Nos encontramos ante una crisis económica entre los no pocos problemas que tiene este país, y a pesar de todo nos vamos a poner a discutir la presencia o no de una Biblia y de un crucifijo en los juramentos de los ministros. También sobre la confesionalidad del estado.
Son debates absurdos alentados por ERC e IU, no sirven para nada y a casi nadie le preocupa. No sé si algún ministro se ofende jurando ante un crucifijo, pero si así fuera que la queja sea del ministro y dejemos el congreso de los diputados para debatir y aprobar cosas verdaderamente importantes.
Tampoco puede faltar el concordato. Seguramente hablen que la palabra Iglesia Católica aparezca en la constitución. Y se pondrán a criticar que en actos oficiales de la corona como una boda, un bautizo o un funeral aparezca la Iglesia. Pues esto son delirios absurdos que a pocos interesan.
Seguramente alguno de IU o de ERC crean que quitando el crucifijo y la Biblia la Iglesia pierde un privilegio o el estado se vuelve más aconfesional. Pues con crucifijo o sin él, nada va a cambiar, ni creo que con él o sin él sean mejores o peores los ministros, o más laicos o menos laicos. Cada uno es de su padre y de su madre.
Pues con esto se perdió una sesión parlamentaria y se pospone la aprobación de otras medidas más importantes. Así nos va y así iremos.