Que mierda de cultura.

Venimos desde hace tiempo oyendo como llaman cultura a un bote lleno de mierda, mierda auténtica. Eso lo expusieron en el IFEMA, en Madrid. Y en mi barrio un tipo convirtió unas astillas de madera en la cosa más absurda y falsamente abstracta, llamando bicho con hijos a dos palos pegados con dos clavos, para colmo toda su absurda exposición estuvo casi un mes ocupando un salón de 50 metros cuadrados del centro cultural sin ninguna visita.
En Extremadura ya supimos de aquella repugnante exposición blasfema, a Leo Bassi haciendo el tonto por sucesivos teatros, y ahora un tipo pinta al Papa Juan Pablo II de forma obscena, a Jesucristo y numerosas escenas de la iconografía católica. No se debe seguir utilizando los fondos destinados a la cultura para financiar obscenidades u obras ofensivas.
Hay que protestar, y con mucha razón. Debieran protestar hasta los colectivos LGTB, por utilizar la homosexualidad como una forma de insulto, en este caso al difunto Papa. En definitiva debiéramos protestar todos para acabar con estas tonterías en nuestro país.
Pienso que deben desaparecer de la televisión las pasarelas de moda, que ya sabemos que son una estupidez. De los centros culturales las falsas obras de arte abstracto, eso no son artistas ni es arte, es una estafa. Para arte abstracto el de Dalí o el del salesiano Siro López.
Los centros culturales no pueden seguir siendo tan mal usados, se va dinero de los impuestos en ellos, y la verdad es que resultan muchos de ellos improductivos. Pienso que la labor que hacen algunos de esos centros de enseñar con cursillos, biblioteca o de ser un lugar de estudio de los estudiantes me parece acertadísimo. Pero la utilización para exponer tonterías, o hacer absurdas exposiciones, o actividades a las que casi nadie acude, es motivo como para plantearse nuevos objetivos para estos centros.