Vacaciones y Ejercicios: Ultimo día


Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación, decía Isaías (12, 3). Agua de sentido en las fuentes de la cotidianidad. Es desperdicio calmar la sed con agua embotellada por un euro o cien yenes en la máquina vendedora automática. Redescubrimos el tesoro del sentido del agua lavándonos la cara en el arroyo y bebiéndola en el cuenco de la mano. Tema del día 8: COTIDIANIDAD.

Desfilaban turistas ante el Buda de Nara. En la penumbra, una anciana junta sus manos en plegaria muda. La serenidad del Buda contrastaba con el ajetreo del hormiguero humano.
El monje-guía comenta: "Cuando entré en el monasterio, me gustaba contemplar la serenidad de estas estatuas. Un día me dijo el maestro: "No entenderás la compasión honda del rostro de Buda si no te identificas en la vida cotidiana con el rostro doliente de una persona abandonada. He tardado años en comprenderlo".

Aquel día, antes de visitar Nara, habíamos hecho escala en el barrio marginado de Kamagasaki. La frase lacónica del monje superpuso ambas imágenes. La madre Teresa hablaba de dos encuentros diarios con Cristo: en el momento contemplativo y en el cuidado cotidiano del prójimo necesitado.

Jesús, al hablar del Reino (Mt 13, 11), insistía en lo cercano. En rincones de cotidianidad se palpa el Todo. Sumergiéndose en el momento presente, bebiendo agua en el cuenco de la mano, se descubre la puerta: ¡Yo soy la puerta!, por donde entrar y salir al Todo (Jn 10, 8). Pero no se logra a fuerza de razonar, así no añadimos un codo a nuestra estatura, sino palpando y oliendo los lirios del campo (Mt 6, 28).

Descubrir Presencia en cotidianidd no es como imaginarla virtuosamente. Lo que creíamos era fe impedía, por miedo a perderla matando al Cristo/al Buda, percatarnos de lo hondo de "estar en El".

Lo abstracto y lo concreto se identifican, dicen en el Zen, en la gota de rocío sobre el pétalo, el mosquito, al rascarse el grano en la nariz o tender la ropa a secar. Para hacer este descubrimiento en medio de lo cotidiano, hay que concentrarse en el presente: penetrar en la nada/plenitud de todo. Estás en lo que estás, te dejas absorber y, desde ahí, irradiar a todo.

Textos bíblicos para el día octavo

1 Jn 1, 2-4: Os anunciamos la Vida
Rom 8, 39: Nada nos separará del amor de Dios
Gal 5, 1: Para que seamos libres, nos liberó Cristo
Lc 24, 35: Contaron lo ocurrido por el camino y cómo le habían reconocido al partir el pan
Gal 3, 28: Ya no hay más judío ni griego, siervo ni libre, varón ni hembra, dado que vosotros hacéis todos uno con Cristo Jesús
Col 1, 29: Sostenido por su fuerza, que despliega en mí su eficacia
Ef 5, 20: Dad gracias por todo sin cesar
Lc 17,20-21:"El Reino no viene de modo que se le vea"
Rom 14, 8: "Vivimos y morimos para el Señor”
Gal 2,20: "Vive Cristo en mí".
Para concluir, textos apropiado al último de los ocho dias son los de la Ascensión:
Cinco maneras de expresar el simbolismo de la Ascensión:
1) Subir al cielo (Lc 24, 51): lenguaje apocalíptico de victoria. Sirve en momentos difíciles a comunidades perseguidas, mártires que "resucitan en el pueblo".
2) Vendrá desde allí de nuevo (Hch 1, 11). Lenguaje escatológico: consumación en otro espacio y tiempo. Ambivalente, como esperanza o con peligro de evasión.
3) Se separa de nosotros, pero estamos alegres (véase Lc 24, 51-52). Lenguaje profético-sapiencial; no se ve, se escucha en lo cotidiano; retorno al lugar de donde veníamos, para encontrar el secreto de la vida.
4) Envía testigos hasta el fin del mundo (Mt 28,19-20; Lc 24, 48-49 y Hch 1, 8). Envío: "Id por todo el mundo.. Estoy con vosotros todos los días" (Mt 28, 19-20)
5) No os quedéis embobados mirando hacia arriba. Recibiréis su Espíritu dentro de vosotros (ver Hch 1,11 y 1, 8 y Lc 24,49). Lenguaje místico, que se hace "cósmico" al interpretar “subió” como camino "para llenarlo todo" (Ef 4, 10). No esperar que venga volando por los aires; sino vivificando desde dentro a la comunidad y al mundo.
Volver arriba