La novedad pastoral en mi vida... es de continuidad en algunos aspectos en una nueva situación y por otra parte de comienzos en otras tareas: parroquia de san José Obrero en Guadajira y coordinación de la delegación de migraciones en la diócesis.
En mi estancia en Madrid, puede descubrir personas que me provocaron bastante interés y admiración. Una de ellas fue el joven Antonio, electricista de profesión, que cada Domingo nos acompañaba y dirigía en la contemplación y el silencio. Su forma de vivirlo y compartirlo me enriqueció, descubrí un hombre de Dios con fundamento y seducido. Su inquietud y búsqueda, producía paz en los que le rodeábamos.
Amar, sin más, en todas las direcciones. No hay otro camino para la vida. Vivir es amar. Profundizar en este mandamiento es adentrarse en una selva sin límites llena de tesoros inconmensurables que sólo se pueden descubrir haciendo camino por ella. La luz entre la arboleda, el agua estancada y la que corre, la noche oscura, los silbidos alegres y los aullidos de miedo, el animal benigno y alegre o el que asusta y se espanta. Todo está en el camino de esa realidad no escrutada, pero disponible para el viajero y seductora a la vez, que temerosa.
Recuerdo hace bastante años que en una revista religiosa el obispo Iniesta escribía una columna con asiduidad. En una de ellas relataba un robo que habían hecho de joyas y del tesoro que "poseía" una Virgen de bastante seguidores piadosos y contaba que no se imaginaba a la virgen corriendo por las calles llorando y gritando con los pelos revueltos porque le habían robado sus joyas y pertenencias lujosas. No correspondía a la figura de María de Nazaret en el evangelio, ni de su hijo Jesús, la casa del carpintero debía ser bastante austera y sencilla. No sé por qué me ha venido al recuerdo con los sucesos que he vivido en estos últimos días ante el hurto sufrido en mi casa, como uno de tantos.
La Iglesia actualmente, en su revisión pastoral y en su conversión organizativa, ha de tener presente esta invitación a lo calmado y profundo. Ha de saber buscar el lugar de lo tranquilo y adentrarse en la soledad habitada para volver a ser como aquellos discípulos que, invitados por Jesús, se sentaban a su alrededor con el espíritu de leer en creyente el momento. Más que buscar estrategias, se trata de dejarse llenar con paz de los verdaderos sentimientos de Cristo, aquellos que se adquieren en la relación personal y comunitaria con él. Hoy necesitamos de equipos apostólicos que tengan claro que no hay misiones en la iglesia, sino que solo existe una misión, la de evangelizar, y esto nadie puede hacerlo por su cuenta y con sus fuerzas, sino en Cristo como equipo apostólico.
La estructura vital y personal de María es la que define en Cristo, “dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”. Escuchar la Palabra en el corazón es el horizonte verdadero de la salvación y la liberación del pueblo y de cada ser. Dios se define en su hacer por saber escuchar el grito, el dolor, la necesidad de su pueblo y de sus hijos.
Los jubileos ocultos. En el día de hoy nos llegan fotografías bellas y festivas de los compañeros sacerdotes, obispos y feligreses que están en la peregrinación a Roma con motivo del jubileo y la recepción del palio arzobispal por parte de nuestro arzobispo. En este mismo día, al atardecer,me llega el relato oracional y sencillo de este hermano Leonardo que me eleva al jubilo sagrado del corazón de Jesús del que él habla. Noto como en su enfermedad y dolor le está dando todo el lugar que puede al amor de Cristo y de su evangelio. Vive con la paz de cada día una paz armada, y es capaz de conquistar el jubilo del vivir aún en las sombras de un mañana incierto. Esa filosofía de feliz dia a dia, me impresiona y se duce. Bendito jubilieo de este sacerdote en lo oculto de su pueblo, junto a su familia, pero comunicado en amor universal.
Hoy es un día de tristeza en la humanidad. Para llorar, hacer duelo, penitencia, ayuno.... retirarse a lo profundo de uno mismo y al corazón de la sociedad humana. ¿Que nos está pasando? ¿Qué nos falta? ¿Qué nos sobra? Ricos y locos... la cordura del don, la armonía, la paz, el acuerdo, el diálogo, el encuentro.... ¿donde están? Comparto esta reflexión viva que me acaba de llegar de Arturo Angulo, un enamorado de lo humano, de lo natural, de la lógica del don y de la vida entregada.
Hoy traigo a vuestra consideración, con gozo, este testimonio vital de un creyente como Enrique que a mí me interpela y que me ha ayudado a ver y sentir el sínodo convocado por el papa Francisco de una manera viva y esperanzada. Enrique de la Frater me confiesa que “la cercanía a Francisco, a su pensamiento y a su persona, ha marcado un hito en mi vida”. Y lo explica:
El 15 de Septiembre comenzábamos una andadura de proceso en la Parroquia de San José Obrero de Guadajira. Había que repensarse y reiniciarse, y ahí andamos...todavía balbuceando, pero ya con palabras propias de una comunidad que poco a poco quiere serlo en torno a la Palabra y el Pan de la Eucaristía desde la vida del pueblo. Así será nuestra liturgia en el pueblo.
Desde el dolor por los acontecimientos que desvelan corrupción y males en la gestión de lo político y lo común, no podemos menos que valorar, apreciar y defender la riqueza de la política en la democracia y en la libertad. Solo ahí caben caminos para la justicia, la dignidad y el mayor bien común. No podemos hoy aceptar valoraciones radicales que ponen en cuestión lo mejor de nuestro proceso político y ciudadano. Todo hemos de enfrentarnos al mal con el bien y sabiendo distinguir el trigo de la cizaña sin querer quemarlo todo junto.
Cuando el evangelio se hace grito, el pequeño dignifica y glorifica al que está dispuesto a acompañarle en su debilidad amada y esperanzada. No dejes pasar este relato de Leticia sin entrar en él con tu corazón. Un corpus para creer en la presencia real de Cristo en Anyoli.
Convaleciente, orante y contemplativo... un modo de vivir el límite de una enfermedad que quiere seguir su curso en un batalla fuerte con el sujeto. La paz calmada del doliente esperanzado se hace oración callada y sentida al atardecer cuando el agua refresca los cuerpos cansados, rotos, dolidos de una jornada calurosa y fuerte. Permanecer firmes en Cristo y reconocerlo como único absoluto nos consagra y nos une con la vida monástica contemplativa.
No podemos permanecer en silencio ante la barbarie que está aconteciendo y que mancha de sangre a la humanidad, fueta de toda justicia y dignidad. Los cristianos hemos de trabajar por la paz y por la justicia, para ser coherentes con nuestra fe. No podemos permanecer pasivos e indolentes. Queremos visibilizar el apoyo a las iniciativas que luchan por la paz y el desarme.
Ayer nació Alejandro y fui a visitarle al hospital materno, allí estaba la sagrada famiia, Adela, Jorge y el recién nacido. Bueno faltaba, Manuel, el primer hijo que tiene algo más de dos años y que poco antes había estado a visitar a su madre -es quien más le importa- y su padre y de paso a su hermanito. Ahora le toca paceder el duelo de perder el individualismo sin dejar de ser único, nada fácil. Adela para darle protagonismo, aparte de darle un regalo bonito por venir, le decía :"mira Alejandro se parece a tí Manuel...", pero el respondía con rotundidad:"NO. Alejandro se parece a Alejandro". Hoy fiesta de la Trinidad celebramos la dimensión comunitaria de lo divino, que nos ha hecho a su imagen, potenciandoso para el amor. Habremos de perder el individualismo ante el hermano, para conquistar el nosotros, donde sin dejar de ser auténticos y originales somos unos de los otros. Así entiendo la trinidad. Pero traigo a colacion hoy un hecho de vida de hace unos días, donde otro "Alejandro", en el día de pentecostés me alumbraba este mismo misterio mostrando que su originalidad y autenticidad está en su trasparencia para los otros y con los otros sin más mediación que él mismo y su personalidad no escondida. No somos doblaje, somos único y los somos en la comunión y la relación amorosa con los otros.
Nuestras diócesis se van llenando de clero que llegan de otros continentes, de América, África...vamos viendo cómo nuestros presbiterios se van coloreando y tomando tonos nuevos y multiculturales. La situación requiere reflexión a fondo y de raíz...desde la Trinidad, la eclesialidad, la sinodalidad, la circularidad. No se trata de que lleguen porque hacen falta a tapar huecos, ni de una mirada de migrantes que vienen a cuidarse en seguridad en la comodidad del bienestar... ¿Cómo lo están haciendo ellos y cómo lo estamos haciendo nosotro? Analicemos nuestros presbiterios y las realidades que se están produciendo. Todos callamos y no sé si lo estamos haciendo en claves trinitarias y eclesiologicas verdaderas.
Va terminando el curso, ha sido el primero que he compartido camino con la parroquia de un pueblecito de colonización de Badajoz, Guadajira. Han sido mis primieros pasos, buscando con ellos las veredas y caminos de un quehacer diario en una iglesia llena de pobrezas pero no ha perdido su capacidad de soñar. Ayer estuvimos más de dos horas un grupo de una veintena de mujeres, sólo dos varones, analizando nuestro año y vislumbrando posibilidades de avanzar en el logro de una comunidad más viva. La cosa debíó estar muy bien, porque no me paré ni hacer una fotografía del evento.
Os sirvo por curiosidad lo que fue el guión de nuestro encuentro, a veces más iluminador que una tesis sobre la iglesia.
Estamos en la semana del Espíritu, ayer celebrábamos su fiesta. Buen momento para dejarnos interpelar por la realidad de espiritualidad y religiosidad de nuestra sociedad española. Seguro que, a la luz del Espíritu, podemos encontrar llamadas vivas y profundas para la renovación de nuestra interioridad, nuestra espiritualidad y nuestra religiosidad. Estamos llamados no a ser muchos sino a vivir con profundidad lo que somos y a buscar caminos nuevos que nos ayuden a renovarnos en el verdadero Espíritu de Cristo.