El necesario renacer de las cenizas

El descrédito de los políticos no es bueno para ellos pero tampoco lo es para nosotros como ciudadanos. Menos aún para esos millones de personas con nombres y apellidos afectados hasta la médula por la crisis.
La crisis también ha sido impulsada por el comportamiento irresponsable de determinadas empresas obsesionadas por la búsqueda del beneficio a corto plazo.
Unos y otros deberían renacer de sus cenizas. La solución pasa la Responsabilidad, y la Transparencia, como valores imprescindibles para el buen funcionamiento de nuestras instituciones políticas y empresariales. Y sólo así lograrán recuperar la Confianza perdida.
Pero es fácil echar balones fuera y culpar a los demás de todo lo que ocurre. ¿No tenemos nosotros ninguna responsabilidad como ciudadanos? ¿Hemos hecho todo lo que podemos y debemos para cuestionar, denunciar y penalizar la ausencia de responsabilidad social?
La ceniza que acabamos de recibir es símbolo de la conciencia de pecado. Tomo de mi primo Pablo Largo unas preguntas incisivas: “¿qué sentimientos, qué expresiones, qué actitudes y conductas de mi vida diaria debería poner en la pira y reducir a cenizas? ¿Qué renacimientos puedo pedir a Dios que se originen en mí, o se susciten en mi familia, mi comunidad, mi entorno?”
Ojalá esa reflexión nos lleve al arrepentimiento y se traduzca en medidas concretas para renacer de las cenizas y contribuir a hacer una sociedad más justa, responsable y solidaria. Porque (como dice Pablo): sería triste que esta cuaresma pasara “sin pena ni gloria”, es decir, sin ser camino de “muerte y resurrección”.