Año bisiesto (y 4)

Febrero era como un cajón de sastre a donde iba a parar todo lo que sobraba o no quedaba bien en otro tiempo. A principios de febrero se celebraba "amburbium", rito de circunvalación con oraciones, sacrificios de truchas, de una oveja y de un toro (en cada villa). El día 2 de febrero aún se celebra en todo el ámbito católico el día de la Candelaria, día de purificación. Del 13 al 21 celebraban la parentalia, un período nefasto para la celebración de matrimonios. La "parentalia" empezaba con un sacrificio ofrecido por la gran vestal, encarnación de la vida de la ciudad y del orden público. Durante los nueves días siguientes a la parentalia todas las actividades públicas se interrumpían y se celebraba la feralia. Las familias depositaban sobre las sepulturas de sus antepasados, ofrendas de flores, especialmente violetas, que hasta nuestros días, continúan siendo las flores de los muertos por antonomasia. Hacía el 15 de febrero se celebraban las lupercalias en honor de Luperco, organizadas por las más importantes cofradías sacerdotales romanas. Las lupercales continúan hoy con los carnavales.
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