Los renglones de Dios

Una cosa es conocer: en esto los universitarios nos ganan a todos, y otra saber y sentir, y en esto las gentes sin “conocimientos (universitarios)” son las más aventajadas. El mundo es claro y transparente sólo en apariencia; la realidad es claroscuro, sol y sombra. La tragedia tiene mucho de comedia y lo que nos hace reír de la comedia es lo que tiene de trágico. La recta y la curva no hacen parte del mismo camino, son el mismo camino. Las raíces, con el peso de los montes, como el silencio de la noche de los tiempos, con una fuerza enorme muda se quieren inamovibles pero las ramas buscan a un lado y a otro el sol de cada día y de cada instante. Los caminos del corazón se cruzan con frecuencia, como los renglones de Dios.
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