Por impartir justicia gratuita a los necesitados Osoro agradece el esfuerzo del Tribunal Eclesiástico de Valencia
(Avan) .- El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha agradecido hoy el "esfuerzo" del Tribunal Eclesiástico de la archidiócesis para "paliar los graves efectos de la crisis económica que durante varios años estamos sufriendo" al "conceder el beneficio del patrocinio gratuito y la reducción de costas" en muchos de los procesos de nulidad matrimonial.
En la apertura del Año Judicial de Tribunal Eclesiástico, que ha tenido lugar hoy con la presencia del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el Nuncio apostólico de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini, entre otras personalidades, monseñor Osoro ha elogiado la "generosidad y dedicación" de los profesionales y abogados del Tribunal por "vuestra solicitud" y por "adaptar honorarios a las dificultades de los fieles cristianos que acuden a la justicia eclesial".
Según el Arzobispo, que ha presidido el acto, "en este difícil momento de austeridad, sería una injusticia inadmisible, en el seno de la Iglesia, que un particular pensase que no puede obtener justicia si no es a alto precio", recordando palabras del papa Pablo VI en 1965.
En este sentido, el prelado ha animado a "poner los recursos diocesanos necesarios al servicio de las personas que necesitan conocer la verdad de su matrimonio para entablar el proceso canónico correspondiente independientemente de su nivel económico".
Durante la apertura del Año Judicial, monseñor Osoro ha expresado, igualmente, su profundo agradecimiento al Nuncio por "compartir" la apertura del Año Judicial, ya que "nos acerca la presencia y cercanía de Benedicto XVI", al igual que al presidente de la Generalitat y a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Pilar de la Oliva.
Igualmente, han estado presentes, entre otras autoridades civiles y eclesiásticas, el conseller de Justicia y Bienestar Social, Jorge Cabré; el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando de Rosa; así como el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Enrique Benavent y el vicario judicial del Arzobispado, Jorge García Montagud.
Lección magistral del Nuncio del Papa en España
Tras la lectura de la memoria del Tribunal Eclesiástico de Valencia, durante la apertura del Año Judicial que se ha celebrado en el Centro Cultural la Beneficencia, el Nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini, ha pronunciado la lección magistral titulada la "Tarea eclesial de los representantes pontificios hoy: unidad y universalidad".
En su disertación, monseñor Fratini ha definido, entre otras cuestiones, la tarea de los representantes pontificios como "un precioso servicio a los obispos, a los sacerdotes, y a todos los católicos del país" y un "servicio a la Iglesia local" . Así, la misión de los legados "no se sobrepone al ejercicio del poder de los obispos ni lo sustituye ni lo dificulta sino que lo respeta y, más aún, lo favorece y sostiene con fraterno y discreto consejo". La presencia del Papa a través de su "representante" está para "ayudar y posibilitar que las cosas sean como deben de ser: ayudar al Obispo a ser Obispo".
Por ello, "entre sus tareas destaca la ayuda a disolver las divisiones internas, a defender la fe, poniendo cuidado en la enseñanza, y a promover la misión ya que la Iglesia Universal está llamada a evangelizar a todos los pueblos". Además, "deben esforzarse para que se promuevan iniciativas a favor de la paz, del progreso y de la cooperación entre los pueblos", ha añadido.
De otro lado, monseñor Renzo Fratini ha recordado en su conferencia la "necesidad de diálogo y de entendimiento entre la Iglesia y la comunidad política" con el fin de "comprenderse y colaborar; evitar desidias y trabajar juntos por la paz".
Así, ha expresado que ese diálogo tiene como "finalidades más específicas": garantizar la libertad de la Iglesia, asegurar al Estado los objetivos pacíficos de la Iglesia, ofrecer la ayuda de la energía espiritual a la sociedad civil para que pueda trabajar por el bien común de todos sus miembros, sin olvidar los valores religiosos".
Por último, recordando palabras de Benedicto XVI, ha defendido, en la sociedad globalizada, la "necesidad de una unidad interior de la comunidad mundial". Según ha expresado, "se ve con claridad que una Iglesia no crece en la medida que se atrinchera a nivel nacional, se separa y se encierra en un determinado sector cultural y lo obstaculiza, sino que la Iglesia necesita unidad".