Afirma que las monjas cismáticas cometían 'pecado mortal' continuamente El cura coctelero sobre las exclarisas de Belorado: "Nos pidieron 1,2 millones para pagar el monasterio de Orduña"

El que fuera asesor espiritual de las exclarisas apareció de nuevo en televisión para airear los trapos sucios de su estancia en La Bretonera junto al falso obispo Pablo Rojas
(BURGOS conecta).- El que fuera asesor espiritual de las monjas cismáticas de santa María Bretonera de Belorado, Francisco José Ceacero, aseguraba hace pocos días en un programa de televisión que Laura García de Viedma era una mujer sin vocación de clarisa.
Los supuestos sacerdote y obispo, Ceacero y Pablo Rojas, estuvieron conviviendo desde hoy hace exactamente un año y el 24 de junio, casi mes y medio, recuerda Ceacero. El jienense es muy crítico con las exmonjas: «Ellas se apartaron de la iglesia católica y tendrían que llevar una vida de religiosas, de monjas, que ese es el problema, que no la llevan». Incluso llegó a decir en otro programa de televisión que las exclarisas «son una estafa».

Habla de que un mes casi antes de que firmaran el manifiesto, cuando estaban aún en conversaciones, «el 17 de abril de 2024, yo le explico a la señora Laura García de Viedma cuáles son las exigencias de la vida religiosa» argumenta. «Si ellas dicen que salen de la iglesia conciliar para abrazar la iglesia antes de 1958 cometen pecado mortal si hablan durante el día, cometen pecado mortal si no van a rezar las ocho horas litúrgicas, cometen pecado mortal si salen de la clausura, es más, incluso incurren en excomunión saliendo de la clausura».
Todas esas cosas se las explicó Ceacero a García de Viedma por teléfono. «Y la monja, Laura, me dice al día siguiente, el 18 de abril: «no soy capaz, no soy capaz de ser monja de clausura».
Afirma que las exclarisas «renegaron» de su asistencia espiritual y lo hacen también «en cuestiones de fe» reformando el Manifiesto Católico que él mismo redactó y que supuso la ruptura de las monjas cismáticas con Roma; pero «no en otras cuestiones como en las financieras».
Afirma, un año después que les dieron «también asistencia civil y asistencia económica»; de hecho, el primer abogado que tuvieron, lo pagó la Pía Unión; y las exclarisas llegaron a «pedir 1.200.000 euros para pagar el monasterio de Orduña». El 5 de junio «tuvimos que pagar al primer abogado que ellas tuvieron, porque supuestamente no tenían dinero, y tuvimos que abonar 6.050 euros».
Ceacero también obró de «buena fe ayudando a las hermanas» a la «transformación de la comunidad religiosa en asociación civil que lo hicieron con nuestro asesoramiento», apuntaba.

Etiquetas