Una parte de los prelados acompañan desde el primer día a centenares de jóvenes en Italia Los obispos catalanes, rejuvenecidos en Roma: “Podrían haber cogido un vuelo, pero también han venido en autocar”

Muchos de los 3.000 jóvenes catalanes que pronto hará una semana que están en Roma apenas conocían de cerca a su obispo antes del Jubileo que la Iglesia católica les está dedicando estos días. Ni siquiera se habían acercado a ellos para hablar durante unos segundos, pero, en tan solo unos días, prelados como Xabier Gómez, Josep-Lluís Serrano, David Abadías, Javier Vilanova, Salvador Cristau, Octavi Vilà, Romà Casanova o Francesc Conesa han llenado las expectativas de decenas de ellos al mantener ratos de conversación y reflexión
| Xavier Pete
(Flama).- Muchos de los 3.000 jóvenes catalanes que pronto hará una semana que están en Roma apenas conocían de cerca a su obispo antes del Jubileo que la Iglesia católica les está dedicando estos días. Ni siquiera se habían acercado a ellos para hablar durante unos segundos, pero, en tan solo unos días, prelados como Xabier Gómez, Josep-Lluís Serrano, David Abadías, Javier Vilanova, Salvador Cristau, Octavi Vilà, Romà Casanova o Francesc Conesa han llenado las expectativas de decenas de ellos al mantener ratos de conversación y reflexión.
Si bien la agenda de otros miembros del Episcopado catalán les impidió hacer este trayecto y subir a bordo de un autocar para recorrer centenares de kilómetros, la presencia de obispos como el de Sant Feliu de Llobregat, por ejemplo, ha ayudado a jóvenes como Leonard Ortega a tener un segundo encuentro con Gómez, según él, “después de verlo, de lejos, y por última vez, el día de su ordenación episcopal [en octubre de 2024]”. Y, a raíz de este nuevo encuentro, este joven de 26 años no se imaginaba que el vasco fuera “tan próximo”. “De hecho, al principio no osaba confesarme ante él, pero lo hice, observando por su parte una sonrisa que no borró en ningún segundo, a pesar de exponerle mis males”, apunta.
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Los tan solo 10 años de diferencia que separan al obispo de Urgell, Josep-Lluís Serrano, de 48 años, de uno de los peregrinos más ‘veteranos’ del grupo urgellense que también está en Roma han permitido a Leonel Swistoniuk, de 38, tener un vínculo generacional más estrecho con el de Tivissa. Serrano, convertido en un “guía turístico” en la capital italiana y demostrando que “conoce perfectamente la ciudad por todos los años que residió en ella antes de aterrizar en la Seu d'Urgell”, manifiesta Swistoniuk, “nos ha enseñado todos los rincones de la basílica de San Pedro dejándonos, eso sí, encantados tanto con sus explicaciones como con su amabilidad“.
Y mientras la coincidencia de esta gran celebración jubilar con el cumpleaños de otro obispo como es uno de los dos auxiliares de Barcelona, David Abadías, que llegó a los 52 años este pasado 31 de julio, reunía en un restaurante una representación del Secretariado de Pastoral con Jóvenes del Arzobispado de Barcelona, una de las imágenes que más eco tenían en las redes sociales de esta delegación era la de Abadías y el resto del grupo volviendo con bicicletas y patinetes, ya de noche, hacia la residencia donde dormirán hasta este domingo.

Otros jóvenes como Ivan Zamora, de Berga, o Laura Rodrigo, de Sabadell, habían tenido un vínculo puntual, “pero escaso”, con sus respectivos obispos (Francesc Conesa, de Solsona, y Salvador Cristau, de Terrassa). Pero al compartir instantes como los de comer un helado a su lado en un establecimiento de Roma o desayunar cada día con él, como afirman los dos jóvenes, “la experiencia se ha enriquecido mucho más“. “Se ha notado la proximidad, la disponibilidad y la apertura que nos ha ofrecido el obispo Salvador”, señala Rodrigo, que también pone de relieve “la posibilidad de acercarse a él en cualquier momento para hablar de cualquier tema”.
También ha despertado admiración entre la juventud de su diócesis el obispo de Vic, Romà Casanova, quien, para la vicense Irene Gómez, de 26 años, “es un sabio que durante su ministerio episcopal ha sabido unir nuestra diócesis desde el amor y el esfuerzo”. Ella y poco más de unos setenta chicos y chicas han sido acompañados por el obispo desde que subieron al autocar que los llevó a Roma, asegura Alba Masnou, de la Delegación de Jóvenes del obispado de Vic. “Podría haber cogido un avión perfectamente, pero decidió acompañarnos, y, posteriormente, se ha despertado siempre el primero y se siente un más entre los jóvenes, respondiendo a nuestras preguntas y actuando como el pastor que anda entre su pueblo“, concluye.

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