Se antoja complicado que dos de las 18 púrpuras que se aventuran para el próximo
Consistorio de otoño sean para españoles, pero echando cuentas lo cierto es que España ha perdido fuelle de cara a un hipotético Cónclave, y hay sedes, y personajes, que merecen el cardenalato. El
arzobispo de Valencia responde al segundo de los criterios (aunque Valencia, por su amplitud, también), y el
arzobispo de Toledo, al primero (sede cardenalicia). Nos cuentan también que hay posibilidades -aunque estimamos que exiguas- para
Asenjo, Barrio y Blázquez. Lo que parece claro es que los nombramientos responderán a las
distintas tendencias que ya se han planteado, cual escenario sutil de batalla, de cara al
futuro de la Iglesia española. Que no tardará en llegar más de dos años. Y Osoro representa un talante, al igual que Barrio y Blázquez. Y Braulio y Asenjo, el otro. Veremos hacia dónde gira la balanza.
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