El Papa exigirá a Lérida la entrega inmediata de los bienes de la Franja

Benedicto XVI ha convocado la próxima semana a los obispos de Lérida, Javier Salinas, y Barbastro, Alfonso Milián, para exigir el final de la polémica por los bienes de la Franja que, tras 13 años de conflicto, parece haber llegado a un punto de no retorno. Al menos en la vertiente eclesiástica (el Tribunal de la Rota falló esta semana, y su decisión ya no es recurrible por vía canónica), porque todo parece indicar que la Generalitat catalana se negará a hacer efectiva una decisión que implica la pérdida de un caudal artístico de valor incalculable.
La cita será en Roma, y muy probablemente se escoja para ello el lunes 19, el mismo en el que el Comité Ejecutivo del Episcopado sa recibido por el Pontífice. Será un día muy español en Roma, puesto que esa misma mañana se presentará en el Vaticano el pabellón de la Santa Sede en la Expo de Zaragoza. Un acto en el que estarán presentes, entre otros, el cardenal Renato Martino, el alcalde de Zaragoza (Juan Alberto Belloch) y el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña.
A la reunión asistirán, previsiblemente, el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone; y el presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, Gianfranco Ravasi; además de los arzobispos de Zaragoza y Barcelona, Lluís Martínez Sistach (miembro del Ejecutivo). No se descarta que también esté en el encuentro, junto a Salinas y Milián, el presidente del Episcopado español, Antonio María Rouco.
La cuestión religiosa acabará aquí. De hecho, el propio Salinas ya ha afirmado que no se opondrá a la devolución de las 113 obras de arte a Aragón. Cosa distinta será la cuestión política. Como se recordará, cuando se inició todo el proceso, y pese a que las distintas administraciones reconocieron la autoridad vaticana para decidir sobre el destino de dichas obras, las autoridades catalanas las incluyeron dentro del Catálogo del Fondo de Arte de la Generalitat. Y el Gobierno catalán no parece dispuesto a dejar marchar las obras sin pelear. De modo que el final de esta historia no está, ni mucho menos, lejos. Otra cosa es que la Santa Sede tenga que imponer su criterio ante las autoridades civiles. Tal vez, sólo tal vez, a cambio de una visita papal a la Ciudad Condal, y la erección de la Región Eclesiástica Tarraconense. Veremos.
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