El Papa recibirá a la cúpula episcopal española el 19 de mayo

Benedicto XVI recibirá el próximo 19 de mayo en el Vaticano al Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal. En principio, según han asegurado a esta bitácora fuentes vaticanas, se trata de una visita de cortesía, que normalmente suele efectuarse, en el caso de los Episcopados más relevantes (Italia, Francia, Estados Unidos, Alemania, México, Polonia y España, entre ellos), semanas después de las elecciones. No obstante, lo lógico es que a la cita acudan presidente y vicepresidente. Así sucedió hace tres años, si bien en aquella ocasión Juan Pablo II vivía los últimos momentos de su Papado y, además, se acababa de producir la visita "ad limina" de los obispos españoles.
La cita tendrá lugar en la residencia papal, y junto a Benedicto XVI estará probablemente el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone. Por la Conferencia Episcopal acudirán su presidente, Antonio María Rouco; el vicepresidente, Ricardo Blázquez; los cardenales Carlos Amigo, Lluís Martínez Sistach y Antonio Cañizares; el arzobispo Carlos Osoro; y el secretario general de la Casa de la Iglesia, Juan Antonio Martínez Camino. No está descartado, aunque no parece previsible, que en la misma esté presente en algún momento el embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez.
El Papa está puntualmente informado de todo (subrayo, todo) cuanto sucede en la Iglesia de nuestro país, pues Benedicto XVI considera España como una suerte de "banco de pruebas", tanto a nivel político como en sus implicaciones eclesiásticas, y el impacto de la "nueva evangelización" por la que se apuesta desde Roma. De hecho, el encuentro del día 19 servirá para conocer, de primera mano, una serie de cuestiones.
En primer lugar, la situación de nuestro país tras la nueva victoria de José Luis Rodríguez Zapatero y los contactos -que todavía no se han producido, pero que se llevarán a cabo en próximas fechas, probablemente después de la visita a Roma- con la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que precisamente hace unas horas ha declarado la intención del Gobierno de reformar -como aquí adelantamos- la Ley de Libertad Religiosa; y los ministros de Exteriores y Cooperación (queda por solucionar el definitivo estatuto de los misioneros en países extranjeros, así como la colaboración con las ONG católicas de ayuda al desarrollo, como Cáritas o Manos Unidas), Sanidad y Asuntos Sociales (desarrollo de la Ley de Dependencia, uno de los aspectos que más preocupan a los católicos), Economía (ahora más que nunca, por la cuestión del IRPF) y Justicia (está a punto de caer el nombre del nuevo Director General de Asuntos Religiosos, y queda pendiente una hipotética revisión de algunos aspectos de los Acuerdos Iglesia-Estado).
A su vez, Benedicto XVI está muy interesado en abordar con el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal distintas peticiones llegadas a Roma desde las más altas instancias de nuestro país. En este sentido, la Santa Sede sigue con inquietud el futuro de la cadena Cope -del que hablamos en el post anterior- y del conflicto educativo. El Vaticano no ve con buenos ojos el "divorcio" público entre un sector del Episcopado y las Escuelas Católicas con la excusa de Educación para la Ciudadanía. Desde Roma, la perspectiva es más amplia que desde España, y se observa cada movimiento educativo en lo que pueda suponer de encrucijada para el futuro. No sólo de nuestro país, sino de toda Europa o Iberoamérica.
En lo positivo, el Papa refrendará su confianza en toda la cúpula episcopal, simbolizada en el Comité Ejecutivo, y en la defensa de los valores familiares y de defensa de la vida que ha llevado a gala la Conferencia Episcopal en los últimos años. A su vez, el encuentro del 19 de mayo podría servir para que Benedicto XVI confirmara ante el Ejecutivo, si bien de manera oficiosa, la asignación de la Jornada Mundial de la Juventud para Madrid en 2010, y una ampliación de ese viaje a Compostela.
No es previsible que se hable de otras cuestiones, toda vez que algunos temas polémicos (como el caso del arzobispo de Granada o el pleito por la Ucam de Murcia) ya han sido solventados con el cardenal Rouco. Pero sí una petición: no desgastarse en enfrentamientos estériles, que sólo contribuyen a generar una mala imagen de la Iglesia en España. Ojalá hagan caso al Santo Padre. Aprovechando el viaje, es más que previsible que los prelados españoles se reúnan con el embajador en Roma, con quien podrían celebrar una cena en el Colegio Español.
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