Quién y por qué filtró la noticia de la renovación de Losantos


Todo se fraguó el miércoles 14 de mayo por la tarde, momentos antes de que un locutor estrella marchase a Estados Unidos por motivos familiares. "¿Cuándo anunciamos la renovación?" "El lunes, cuando los obispos estén en Roma con el Papa". Y así se hizo: momentos después de que el Comité Ejecutivo se reuniera con Benedicto XVI, Libertad Digital anunciaba, a bombo y platillo, que Losantos y César Vidal renovaban por dos años más (uno con opción a otro más) en la cadena Cope. La noticia cogió de sorpresa a los obispos, y a la propia Cope, que tuvo que improvisar una nota oficial reconociendo la noticia.

Se lo cuento porque lo sé de primera mano, de la de uno de los que tuvo que tomar la decisión de hacer una nota de prensa después de la filtración a Libertad Digital. Una nota, por otro lado, mal escrita, y en la que daba la impresión de que era Federico el que había aceptado renovar, y no la Cope quien había decidido ampliar el contrato del locutor.

Pues bien, cuando como acertadamente relata hoy Enric Juliana en La Vanguardia, Fernando Giménez cuelga el teléfono y anuncia a los obispos que se ha hecho oficial dicha renovación, el disgusto es palpable en el Comité Ejecutivo. Con la sorpresa de un Cañizares que, desde el 9-M, no termina de entender cuál es la política de oposición que se marca desde los micrófonos de la cadena episcopal. Y con el profundo malestar de unos obispos que, tras la reunión del 8 de mayo, sabían que la renovación era un hecho, pero querían deslindarla de la visita papal.

No fue así. Pero no por culpa de Cope o de los obispos, sino por la intencionalidad de otros, que filtraron la noticia a través de Libertad Digital. No fueron pocos los obispos, y los fieles, que pensaron que el Santo Padre había dado el plácet a dicha renovación. Pero no fue así. Y el disgusto de los obispos presentes en Roma se hizo extensivo en la Santa Sede. Una nueva muestra de la ineptitud de ciertos jerifaltes de la cadena episcopal, y del poco poder que la Conferencia Episcopal en su conjunto mantiene sobre los principales comunicadores de su emisora, que incluso llegan a marcar la agenda y los tiempos episcopales, como se ha demostrado.

¿Actuó Rouco en solitario? Cuesta creerlo, aunque pocos hilos se mueven en la Iglesia española sin el conocimiento del cardenal de Madrid. ¿Se ha arrepentido dado cómo han evolucionado los acontecimientos? Tras la visita al Santo Padre, evidentemente que sí. Lo único cierto es que los dos locutores han renovado por la Cope, que la división episcopal en este sentido se ha agudizado todavía más y, sobre todo, que la emisora propiedad de la Iglesia -con responsabilidad evidente de algunos de los responsables del Episcopado- está ejerciendo de ariete contra el principal partido de la oposición, aquel que, en principio, es el único junto al PSOE que puede gobernar en España. Y, si Zapatero ya dijo que las relaciones con la Iglesia no iban a ser iguales tras el acto de las familias en Colón, lo cierto es que, después de junio (sobre todo si Rajoy vence, como es previsible, en el congreso del PP), las relaciones entre Añastro y Génova quedarán sensiblemente tocadas.

De hecho, tras la publicación de la noticia en La Vanguardia, algunos dirigentes del PP ya han salido a la luz pública. Entre ellos, el presidente del Partido Popular en Cataluña, Daniel Sirera, quien ha afirmado esta misma tarde que "la Iglesia se debería mantener al margen de los partidos políticos. Quien quiera influir se equivoca, ya que el futuro presidente del PP saldrá elegido por los compromisarios, que son los representantes de los militantes, no por los medios de comunicación ni por ninguna institución".

Pues eso: quien tenga oídos, que oiga.

baronrampante@hotmail.es
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