Francisco Caamaño comparecía esta mañana ante los medios de comunicación para dar cuenta de la
Memoria 2008 de la Fundación Pluralismo y Convivencia. Y vino con la lección bien aprendida: sin rehuir ninguna pregunta, con las intenciones (reforma de la Ley de Libertad Religiosa) muy claras, y dando mucho juego. Varias perlas. Primera:
se "está estudiando" la supresión de los símbolos religiosos de las tomas de posesión de cargos públicos y una nueva estructura para los mal llamados "funerales de Estado". Ojo, que probablemente esta cuestión no vaya en la Ley, sino en una
reglamentación diferenciada, dado que actualmente no existe ninguna legislación que regule este particular. En segundo término, la frase con la que titula
Religión Digital: "
El pluralismo religioso es siempre una virtud, nunca una amenaza". En tercer lugar, en lo relativo a la
objeción de conciencia (porque se trata de una Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia): "
Ninguna convicción personal puede excusar del cumplimiento de la ley". Esto es: sí a las objeciones reconocidas por la ley, pero también a que no choquen con los derechos de los ciudadanos (vamos, que sí a que los médicos objeten respecto al aborto pero no a que el hospital en concreto no ofrezca la interrupción del embarazo a quien la solicite legalmente). Se podrá estar o no de acuerdo con Caamaño, pero lo cierto es que, al menos en su primer contacto con los informadores religiosos, ha demostrado
tener la lección bien aprendida. Me consta que, también, ha sido recibido de buen ánimo por la Conferencia Episcopal.
baronrampante@hotmail.es