Una
marca de helados italiana ha vuelto a desatar la polémica con un ofensivo spot en el que muestra a una
monja embarazada, a otra con un sacerdote en posiciones provocativas, y a dos supuestos curas a punto de darse el lote. Como es natural, los anuncios han causado malestar entre los católicos de Reino Unido -donde comenzó la campaña-, y
las autoridades ya se están planteando retirar la misma. El helado "inmaculadamente concebido" (así se lee en el spot) utiliza unas
imágenes demasiado manidas, de muy mal gusto y que ofenden innecesariamente. Ganas de dar por saco, vamos. Como si no hubiera otros modos de promocionar un producto que ridiculizando a miembros de una institución. Y lo dice alguien que no es precisamente un mojigato.
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