La salvación más allá de la cruz

Día plomizo en Madrid. Lluvia intermitente, planes familiares descompuestos... El corazón, quiérase o no, también está gris en Viernes Santo. Cristo muere por nosotros. Es clavado en la Cruz, destrozado y humillado. La síntesis de la fe se mueve en estos días. Ayer, nos enseñó el camino a seguir. Hoy, lo toma. Se sacrifica por nuestra salvación. Por la de todos. Es un día para el recogimiento... pero también, y sobre todo, para la esperanza. Porque la salvación no está sólo en la Cruz, sino en el sepulcro vacío. Sin la muerte no hubiera sido posible la salvación, pero con la Resurrección se hace evidente. Cristo vive y nos da la vida. Es importante tener esto presente, pues lamentablemente algunas dinámicas sólo giran en torno al sufrimiento, al padecimiento y a la restricción. Así no va, y al propio Cristo, al que seguimos crucificando a diario con nuestra miseria y nuestro egoísmo, con el odio que a veces destilamos y la falta de misericordia. Y la cruz no sólo es eso. La cruz es la esperanza en la Resurrección, en la vida, en la alegría. Y Cristo lo hizo posible. Es un día triste, pero al fondo se adivina la luz. La del amigo que nunca falla.

baronrampante@hotmail.es
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