Le preguntaron los discípulos cuántas veces habría que perdonar, si siete serían suficientes.
"Hasta 70 veces 7", respondió el maestro. 490 "perdones" a lo largo de una vida pueden parecer pocos, pero
el perdón con mayúsculas es prácticamente imposible de conceder. Cuando se rompe la confianza, cuando se penetra en el lado oscuro, cuando el rencor, el odio, la falta de humildad vencen, el corazón se vuelve de piedra y llegar hasta él se convierte en tarea imposible.
Y eso sin contar con que el perdón suele ser un
arma de doble vía: muy pocos perdonan si antes no se ha pedido perdón. Jesús no es así: muere perdonando a sus asesinos, y perdona muchas veces más que 70 veces 7. Sin Dios, el perdón es una auténtica barbaridad. De su mano, el amor todo lo vence, todo lo puede, todo lo espera, todo lo perdona. Le preguntaron cuántas veces había que perdonar... y seguramente el maestro rió para sus adentros y pensó: "Como para deciros la verdad.
SIEMPRE. Sin el perdón que ofrece el verdadero Amor, el que yo os traigo, no hay nada".
"
Si no rezas para ser liberado de un corazón que no perdona, tú ciertamente continuarás quemándote. Algunas veces, solo Dios puede liberarte de ese horno", dice un amigo franciscano. Qué gran verdad. También para ti, también para mí. Sólo Dios puede liberarte de este horno.
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