Cristianismo y secularización

El malestar creado en el sector conservador de la jerarquía eclesiástica, por la política del Gobierno de hacer un Estado laico homologable al de la mayoría de los países de la Unión Euopea, va en aumento, porque esto supone una merma de los privilegios que goza actualmente.

El anuncio reciente de la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, la ven necesaria las otras confesiones religiosas, la opinión pública e incluso algunos miembros de la jerarquía católica, dado que la situación ha cambiado mucho en España en los treinta años de democracia.

Los que se oponen son los nostálgicos del pasado que añoran la situación de cristiandad por decreto, cosa que hoy es imposible, porque los españoles ya no nos sentimos súbditos de nadie sino ciudadanos de pleno derecho. Además, la sociedad es mayoritariamente laica o secularizada y cada vez lo será más. Esto no es una desgracia como ellos auguran sino más bien lo contrario.

La teología surgida del C. Vaticano II ve positiva la secularización y la laicidad, porque las considera dentro del dinamismo encarnatorio del cristianismo. El teólogo E. Schilleebeckx que tuvo mucho protagonismo en el Concilio, ha salido al paso del furor desatado por los defensores de la situación de cristiandad, diciendo que el amor de estos a Dios no los hace más humanos que al resto de los hombres.

Es más, en el contexto de desamor e injusticia en que vivimos hoy, quien confiesa tan alegremente su fe le produce la impresión de hablar de un Dios que no se corresponde con el verdadero. Lo decisivo para el teólogo conciliar no es la confesión verbal de la fe, sino el lugar que uno ocupa en la pugna entre el oprimido y el opresor.

Todos los teólogos de la secularización, con Bonhoeffer a la cabeza, ven en ella un designio de Dios que abre nuevas perspectivas a la fe cristiana, porque la despoja de la carga mítica que ha acumulado a lo largo de su historia. Incluso ven ven en ella un origen bíblico.

La nueva teología política europea posconciliar ha aportado al mensaje cristiano dos notas, que se consideran esenciales para que pueda ser entendida por el hombre y la mujer de hoy: el lenguaje secular en que ha sido concebida y su dimensión social y liberadora.

El mundo tal como lo detecta la nueva teología no se constituye ya por la gracia de Dios, sino por la organización del hombre y la mujer. El mundo todo aparece como un gran laboratorio que ellos planifican, de tal modo que ya no se perciben en él vestigios divinos, sino humanos vivificados por una fuerte actividad creativa. Aunque algunos intuyen un álito divino que lo vigoriza desde dentro.

En síntesis, el proceso de secularización actual no hay que verlo de manera negativa, sino todo lo contrario. El régimen de cristiandad que ha perdurado entre nosotros hasta 1979 mantenía a la sociedad española en estado infantil y es bueno que esto haya desaparecido. Dios nos quiere a todos adultos y protagonistas de nuestro propio dstino.

PD. Los interesados en el tema pueden verlo más extensamente en mi libro Cristianismo y Secularidad. Manual de Nueva Teología Política Europea, cap. 5, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia 2007
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