El Mito de la Globalización Neoliberal

span class="imagen">

"Allí donde la propiedad es un derecho individual
y donde el dinero sea la medida universal
jamás podrá reinar la justicia
y la prosperidad social" (Tomás Moro)


"¿Debe hacerse una revolucion? Sí es
nuestra exigencia espiritual profunda.
Entoces preparémosla.Y para quien no
puede culminar queda al menos testimo
niar. Para quien ha dado un gran testi-
monio la vida no está vacía

(E. MOUNIER)

3.2.PROFUNDIZANDO LA DEMOCRACIA

"Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no sólo es permitido, sino exigido, el ser persona"(María Zambrano).

A lo largo de los capítulos anteriores, ha quedado de manifiesto la necesidad de recuperar el valor de la auténtica política como búsqueda del bien común y la justicia social. Ello supone profundizar en la democracia, para ir perfeccionándola hasta conseguir una sociedad en la que, como escribe M. Zambrano, no sólo se pueda permitir, sino también exigir "el ser persona".

Veamos cómo esto es posible, repasando el desarrollo histórico de la democracia, para entender las causas de la situación actual, en la que la democracia ha acabado convirtiéndose en una pantomima al servicio de los más poderosos.

El término "democracia" identifica un régimen político caracterizado por tres rasgos: 1)la participación de todo el pueblo en la organización y ejercicio del poder mediante la comunicación entre los gobernantes y gobernados; 2)el respeto a los derechos y libertades de los individuos y grupos sociales; y 3) el establecimiento de condiciones económico-sociales con la igualdad de oportunidades para todos.

El fundamento ideológico de esta formulación es la afirmación y reconocimiento del pueblo como depositario de la soberanía nacional, de lo que se deriva que si la soberanía reside en el pueblo, en un régimen democrático la voluntad popular es la única fuente de legitimación del poder, constituyéndose en la más alta y suprema autoriad del Estado. En las sociedades democráticas occidentales, la voluntad popular se expresa a través de las elecciones libtres, origen y fuente de legitimación de los representantes elegidos para ejercer, durante un período determinado, el poder político.

Sin dejar de reconocer el valor histórico que ha supuesto el derecho al voto como forma de participación ciudadana en la res pública, fruto de años, de luchas y sacrificios, debemos reflexionar sobre las posibilidades reales que nos presenta el derecho al voto en las condiciones del tipo de representación libre, frente a la representación vinculada. La representación
libre adoptada en la mayoría de las sociedades democráticas occidentales, ha supuesto un grave recorte al desarrollo de la democracia real.

La representación libreimplica que el representante elegido no está ligado a instrucción alguna, sino que es señor de su propia conducta. Sólo necesita atenerse
con carácter de deber moral a lo que son sus propoias convicciones, pero no a tener en cuenta los intereses colectivos de sus electores. El representante así elegido se convierte en el "señor" investido por sus electores y no en el "servidor" de los mismos.

Por el contrario, la representación limitada supone unos representantes elegidos, cuyo poder de representación está limitado por mandato imperativo y derecho de revocación, ligado al sentimiento de los representandos, es decir, los represnetantes se convierten en auténticos "servidores" de aquellos a quienes representan, teniendo éstos la posiblidad de destituirlos durante su mandato en caso de servir otros intereses que no sean los de aquellos que los han
elgido.

Esta distinción es fundamental porque cada uno de estos tipos de representación presupone un grado diferente de responsabilidad política y democratitación. La represntación vinculada por mandato imperativo implica una responsabilidad personal y dependiente por parte del representante, por la que está obligado a responder y rendir cuentas ante sus repeesentados.

La representación libre contrariamente, presupone una responsabilidad funcional e independiente, por la que la conducta del representante se confía a su propia conciencia y competencia, y frecuentemente, a las consignas de su partido. Por eso se habla ya de "democracia de partidos" más que de democracia reprentativa.

Ver: El Mito de la Globalización

Neoliberal
Desafíos y Respuestas
Volver arriba