La Tierra Madre Universal 2




Que toda la Tierra es viviente lo comprueba el biólogo Edward O. Wilson. Dice así:"en un solo gramo de tierra, en menos de un puñado viven cerca de diez mil millones de bacterias, pertenecientes a seis mil especies diferentes".

La Tierra, pues, es Madre Fecunda y existe desde hace 4.400 millones de años. En un momento avanzado de su evolución y de su complejidad empezó a sentir, a pensar y a amar. Es la emergencia del ser humano. Con razón en las lenguas occidentales homo/hombre viene de humus, tierra fecunda, y Adán se deriva de Adamah, tierra cultivable. Por eso el ser humano es la tierra que da, que piensa, que siente y que ama, como decía el poeta indígena y cantor argentino Atahualpa Yupanqui.

Simbiosis entre la Tierra y la Humanidad

La visión de los astronautas confirma la simbiosis entre Tierra y humanidad. Desde sus naves espaciales testimoniaban: Desde aquí, mirando ese resplandeciente planeta azul-blanco, no se percibe ninguna diferencia entre Tierra y humanidad. Forman una única identidad. Más que como pueblos, naciones y razas debemos entendernos como criaturas de la Tierra, como hijos e hijas de la Madre común.

Pero mirando la Tierra más de cerca, nos damos cuenta de que nuestra madre se encuentra crucificada. Tiene el rostro del Tercero y cuarto mundos, porque vive sistemáticamente agredida. Casi la mitad de sus hijos padecen hambre y mueren antes de tiempo. Por eso, son signos de amor a la Madre Tierra las política sociales que se hacen en muchos países, como Brasil que en el gobierno de Lula da Silva, con el Programa Hambre Cero y la Bolsa Familia. En seis años ha devuelto vida y dignidad a 50 millones de hijos de la Tierra.

Hay que bajar la Tierra de la cruz y resucitarla. Para eso existe un documento preciso que nos puede inspirar: la Carta de la Tierra. Nació de la sociedad civil mundia, involucró en su elaboración a más de cien mil personas de 46 países, y ya fue asumida en 2003 por la UNESCO "Como instrumento educativo y una referencia ética para el desarrollo sostenible". Participaron activamente en su concepción Mikhail Gorbachev, Maurice Strong y Steven Rockefeller, entre otros.

La Carta entiende la Tierra como dotada de vida y como nuestro hogar. Presenta pautas concretas que pueden salvarla, cuidándola con comprnsión, compasión y amor, como cabe hacer cariñosamente con nuestra Gran Madre. Ojalá un día esta Carta de la Tierra pueda ser presentada, discutida, enriquecida por esta Asamblea y, si fuera aprobada, tendríamos un documento oficial sobre la dignidad de la Madre Tierra.

Para sentir a la Tierra como Madre no es suficiente la razón dominante, que es funcional e instrumental. Necesitamo enriquecerla con la razón sensible, emocional y cordial en donde se enraíza el sentimiento profundo, se elaboran los valores, el cuidado esencial, la compasión y los sueños que nos inspiran acciones salvadoras. Nuestra misión en el conjunto de los seres es la de ser los guardianes y los cuidadores de esta sagrada herencia recibida del Universo.

Ver Leonardo Boff, Lo esencial del Evangelio
Lo nuevo de la Ecoteología. Qué aporta el Cristianismo
a la Humanidad en esta Fase Planetaria

Ed. Nueva Utopía 2011.
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