La cigüeña sobre el campanario 2



La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
(Antonio Machado)

JM. Diez.Alegría, cuya espiritualidad es digna de ser imitada, nos dice que con los años su fe se fue haciendo más eclesial y menos eclesiástica, más personal y menos personalista. Fundada en Dios y no en los hombres de Iglesia, en un sentido muy profundo, anticlerical.

Ocho años después de haber publicado el libro "Yo creo en la esperanza", cree oportuno decirnos cómo vive él su fe en otro libro que tituló Rebajas teológicas de otoño. Es una especie de confesión en la que hay, aparte de la experiencia suya, la "gracia" de la fe y el resultado de mucha lectura, mucha reflexión estudiosa. Pero tal como él la ha asimilado e incorporado vitalmente a su fe.

Refiere que un gran obispo anglicano escribió una obra con éste título: "Lo que yo no puedo creer".
Algo semejante pretende hacer él, decirnos lo que cree firmemente y lo que no puede creer. No tiene conciencia de ser hereje. Ni niega frontalmente ningún dogma de fe, que le conste con certeza que la Iglesia lo haya propuesto(rigurosa, definitivamente y responsablemente) como tal.

Ahora hay cierto confusionismo de concepto y lenguaje que se nos quiere imponer no exigencia de nuestra fidelidad a la fe, la adhesión a afirmaciones que la buena teología clásica jamás consideró como dogmas. Se mezcla la fe con una cierta "ideología católica", que puede ser en muchos casos una verdadera carcoma de la fe. El quiere presentar aquí su fe, después de haberla lijado de mucha roña eclesiástica". Pero su fe es eclesial, cristiana y católica.

Se cree incorporado a la corriente de fe que viene de Pedro y de sus compañeros, de Esteban, Bernabé y de Pablo. Estoy en este río, junto con mis contemporáneos creyentes cristianos. Me siento impelido a comunicar con ellos. A escuchar con corazón abierto. Pero también a hablar sin miedo y con sinceridad.

Me he liberado, dice, de cualquier idolatría papalista. Y piensa que había no poco de qué liberarse. pero desea con toda su alma que el sucesor de Pedro exista realmente, y haga hoy con sus hermanos algo que se parezca a lo que Simón-hijo-de-Jonás hizo en el siglo I con los suyos. Con toda su alma estaba abierto y disponible ante el ejercicicio de esa "función petrina" por parte del obispo de Roma, donde Pedro selló su fe con el martirio.

Diez-Alegría ha ofrecido su profesión de fe y sus reflexiones sobre ella por si le pueden servir a alguien. Son, dice, retales de teología, por eso titula su libro rebajas teológicasde otoño. Por eso se compara a una cigüeña, posada sobre el campanario del edificio teológico. Desde allí ha visto mucho y ha cazado algunos ratones y gazapos en el campo teologal y eclesiástico Como la cigüeña de su querido Antonio Machado.

JM. Díez-Alegría, Rebajas teológicas de otoño
Desclée de Brouwer 1980
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