Como no podía ser de otra manera, porque el Evangelio está a favor de los más pobres, el responsable de Migraciones de la Conferencia Episcopal, José Sánchez, no aprueba el contrato que la Comunidad valenciana quiere hacer firmar a los inmigrantes.
Su negativa la argumenta diciendo que éste no va "principalmente en beneficio del inmigrante sino en la garantía de nuestros derechos e intereses".
El obispo no está en contra de la regulación de los inmigrantes sino de la filosofía que rezuma la filosofía del texto. El responsable episcopal de Migraciones prefiere otros principios más humanos y cristianos.
Las leyes de extranjería e inmigración, refiere, están todas fundamentadas sonbre la defensa de los intereses nacionales y la regulación de la economía y del mercado" unos principios que "no son los deseables" por no considerar a los inmigrantes en cuanto a sus deberes fundamentales sino como motor de la economía.
Un buen colofón al día del Trabajo que el primero de mayo celebrábamos, muy en sintonía con la encíclica Rerum novarum de León XIII, que desde los principios evangélicos quiere mejorar la situación de los proletarios.
Para ello propone el Papa que "los pensamientos y las fuerzas de todos los órdenes sociales se alíen con la finalidad de mirar por el bien de la clase obrera...y estima que a tal fin deben orientarse, con justicia, las mismas leyes y la autoridad del Estado.