condenar el pecado y salvar al pecador
Escuchábamos en la eucaristía de este lunes unas palabras de Jesús en el evangelio de Mateo.... decían lo siguiente:
"No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano"
En una conversación no hace mucho... la persona con la que dialogaba hizo referencia indirectamente a este texto alegando que Jesús nos pide que no juzguemos....
¡OJO! Lo que Jesús nos pide es que no juzguemos a nuestro hermano/a por su error o su debilidad pero en ningún momento Jesús pide que no juzguemos lo que está bien y lo que está mal.
En la sociedad en que vivimos impera la dictadura del RELATIVISMO y este texto mal interpretado se saca a colación.... "ves, Jesús mismo pide que no hagamos juicios"...
¡Qué importante es que sepamos interpretar bien los textos bíblicos!
Jesús cuando se encuentra con la mujer adúltera que iba ser apedreada (Juan 8,11) tras salvarla la vida le pregunta si alguien la había condenado.... a lo que ella contesta: "Ninguno, Señor." Entonces Jesús le dijo: "Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más."
JESÚS SALVA A LA PERSONA PERO CONDENA EL PECADO.
Cuidado de no engañarnos con el relativismo moral que invita a no juzgar nada, a no emitir un juicio sobre el bien y el mal porque todo depende de cada persona... eso no es lo que nos pide el evangelio. Jesús es claro en la condena del pecado y profundamente compasivo y amoroso con las víctimas del pecado.
Discernir con valentía y claridad lo que está bien y construye humanidad de lo que está mal y la destruye, ese es el juicio que sí podemos y debemos emitir. Pero salvar siempre a la persona que por algún motivo pueda caer en ello... con compasión y ternura como Dios nos mira y trata a nosotros.
Un hermoso ejemplo es el modo como los padres que AMAN a sus hijos los corrigen de sus errores sin despreciarlos ni tratarlos mal.... siempre desde la corrección del amor que busca lo mejor para el amado.
Vayamos y hagamos lo mismo.....
"No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano"
En una conversación no hace mucho... la persona con la que dialogaba hizo referencia indirectamente a este texto alegando que Jesús nos pide que no juzguemos....
¡OJO! Lo que Jesús nos pide es que no juzguemos a nuestro hermano/a por su error o su debilidad pero en ningún momento Jesús pide que no juzguemos lo que está bien y lo que está mal.
En la sociedad en que vivimos impera la dictadura del RELATIVISMO y este texto mal interpretado se saca a colación.... "ves, Jesús mismo pide que no hagamos juicios"...
¡Qué importante es que sepamos interpretar bien los textos bíblicos!
Jesús cuando se encuentra con la mujer adúltera que iba ser apedreada (Juan 8,11) tras salvarla la vida le pregunta si alguien la había condenado.... a lo que ella contesta: "Ninguno, Señor." Entonces Jesús le dijo: "Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más."
JESÚS SALVA A LA PERSONA PERO CONDENA EL PECADO.
Cuidado de no engañarnos con el relativismo moral que invita a no juzgar nada, a no emitir un juicio sobre el bien y el mal porque todo depende de cada persona... eso no es lo que nos pide el evangelio. Jesús es claro en la condena del pecado y profundamente compasivo y amoroso con las víctimas del pecado.
Discernir con valentía y claridad lo que está bien y construye humanidad de lo que está mal y la destruye, ese es el juicio que sí podemos y debemos emitir. Pero salvar siempre a la persona que por algún motivo pueda caer en ello... con compasión y ternura como Dios nos mira y trata a nosotros.
Un hermoso ejemplo es el modo como los padres que AMAN a sus hijos los corrigen de sus errores sin despreciarlos ni tratarlos mal.... siempre desde la corrección del amor que busca lo mejor para el amado.
Vayamos y hagamos lo mismo.....