J. L. Elorza: Lectura existencial del AT. Obra impactante, obra maestra


José Luis Elorza Ugarte,
Drama y esperanza - I (Lectura existencial del Antiguo Testamento)
Dios, conflicto y promesa (Pentateuco y libros históricos),
Verbo Divino, Estella 2016, 384 págs.

Drama y esperanza - II... Un Dios desconcertante y fiable (Libros proféticos), Verbo Divino, Estella 2017, 416 págs.

Drama y esperanza - III... El ser humano interrogado por la realidad (Libros sapienciales), Verbo Divino, Estella 2017, 384 págs.


Ésta es la obra de conjunto más importante e impactante que conozco de lectura "total" del Antiguo Testamento, un trabajo que justifica toda una vida de estudio y pensamiento, de trabajo académico y de acompañamiento pastoral a grupos de cristianos que quieren penetrar con libertad creadora en el mundo de la Biblia.

Es una obra para cristianos maduros, que tienen su propio pensamiento (y quieren entender por sí mismos la Escritura de Dios, según la Biblia), y para hombres y mujeres que quieran conocer recorrer por dentro los caminos de la Biblia (de forma personal y comunitaria).



José Luis Elorza es un hombre especialmente dotado para ello. Nació en Oñati (Gipuzkoa) y entró en la Orden Franciscana, una vocación que le ha permitido vivir siempre a ras de tierra (de humanidad), con todos los hermanos. Estudió teología y Biblia en Friburgo (Suiza), en el Estudio Franciscano de Jerusalén y en la Escuela Bíblica de Roma (donde fuimos colegas, en los años sesenta).

Ha sido profesor de Biblia en Vitoria-Gasteiz, en Arantzazu y Donostia, y tiene una larga experiencia de pastoral bíblica (en línea de acompañamiento y escucha compartida de la Palabra). Al mismo tiempo, forma parte de un grupo de especialistas (J. Garrido, L. Gaya y G. Echegaray) que preparan materiales para el Catecumenado de Jóvenes y Adultos, en línea de Fe y Personalización (con dos libros publicados sobre el tema en la Editorial Verbo Divino).


En esa línea de “catecumenado bíblico” se pueden situar estas tres obras, que forman, como he dicho, el mejor manual de “lectura bíblica” que yo conozco. Digo "en esa línea", pues éste no es un libro para "alimentar a catecúmenos" (sea de confirmación, sea de algún tipo de (neo-)catecumenado al uso, sino un manual de uso, para entrar en la Biblia, y caminar por ella, en libertad humana y cristiana, con gozo de formar parte de una larga tradición de lectores/recreadores de la Biblia.



Se trata de una especie de “libro de uso” de la Biblia. Por eso, lo que importa no es este libro (este manual), sino la Biblia, de forma que, en un momento dado, sabiendo manejar bien el material (que es la Biblia), este libro se podría dejar a un lado en la mesilla o en la biblioteca, para algunos momentos especiales (en los que es necesario volver de nuevo al manual).

A la mayoría de la gente (estudiantes de religión, confirmandos, simples cristianos…) les ponen una Biblia en la mano, pero si no les dicen cómo manejarla, se cansan pronto, no logran entender lo que leen y, de un modo normal, se pierden en la lectura. Por eso, al dar una Biblia, al e ofrecer sin más una Biblia en manos de alguien (de una persona, de un grupo), sería conveniente darle al mismo tiempo (en el mismo paquete) un libro como éste, una buen manual de uso, pues sin un buen manejo no se entiende ni goza la Biblia.

Más aún, esta trilogía puede entenderse y leerse de un modo personal, individual, pero sólo alcanza su verdadero objeto a través de una lectura comunitaria de los textos y de su interpretación,




Sólo me queda, antes de entrar en el breve análisis que sigue, darle gracias a José Luis por esta obra. ¡A ver si volvemos a vernos, mayores pero enteros, los dos en el estudio de la Biblia! Te veo bien en la foto.¿Noiz eta non ikusiko gara? ¿Donostin?

Quiero saludar también a sus alumnos y compañeros, amigos y amigas (¡algunos que yo bien conozco!) a quienes este libro, en fase de elaboración conjunta (con ellos) ha emocionado y acompañado en el camino de la vida, de la mano de la Biblia. Muchos lo han tenido ya como libro de cabecera, a medida que se iba elaborando... Muchas más han de tenerlo (y lo tendremos) ahora que se ha publicado en tres tomos de ágil e intensa lectura.

Imágenes 1-3: La Trilogía de la Lectura existencial del AT
Imgen 4: J. L. Elorza



Una lectura existencial, no existencialista en el sentido estrecho del término


No es existencialista, en el sentido estrecho que algunos filósofos han dado a esa palabra: no es individualista, sino personal (individual y comunitaria), no es angustiada, en la línea de otros, sino comprometida, en línea de conflicto y compromiso, de comunión y de esperanza.

En ese sentido podemos afirmar que se trata de una lectura vital, como gran parte de la exégesis clásica del cristianismo (Padres de la Iglesia, teólogos del siglo XII etc.), pero sabiendo siempre que esa lectura ha de estar de acuerdo con la interpretación científico (no ir en contra e ella). En esa línea, José Luis Elorza ha seguido básicamente tres criterios, que él formula con claridad en Vol 1 pag. 20-21:

1. Ha de estar en la base una lectura crítica, que es hoy necesaria en un mundo de crítica científica. Por eso ha de estar en la base la Crítica Literaria (lenguaje bíblico, géneros literarios, lectura simbólica…) y la Crítica Histórica (la historia o proceso de formación de los pasajes y libros bíblicos, así como su grado de historicidad). Pero ese tipo de lectura crítica no es suficiente, pues el núcleo de la Biblia se sitúa en el plano de los grandes temas humanos, sobre el origen y sentido, sobre la trama y meta de la vida.

2. También es importante la lectura teológico-catequética,
pero sabiendo siempre que la Biblia es mucho más que un libro de teología racional o un simple manual de catequesis, entendida como inmersión en un camino de fe. Ciertamente, las preguntas de la teología son importantes (sentido de Dios, creación…), lo mismo que el método de la catequesis. Pero entender la Biblia es algo más que eso.

3. Por eso, J. L. Elorza propone y desarrolla una lectura existencial, centrada en las entrañas de la vida humana, allí donde se plantean y despliegan los grandes temas de la humanidad: “el sentido y el destino final de la vida, el bien y el mal, la vida y la muerte, la esperanza en medio de los dramas de este mundo, la fe en un Dios lejano y desconcertante…”.

Leída y entendida así, la Biblia viene a presentarse como un “manual de vida humana”, no un manual técnico para que funcione un aparato que acabamos de comprar, sino para que podamos descubrir y recorrer mejor el camino de la vida. Ciertamente, no es el único libro (hay otros muy importantes, desde los Vedas al Tao, desde los trágicos griegos al Corán), pero es para nosotros, hombres y mujeres de occidente, el más significativo.

J. L. Elorza ha realizado con esta obra algo que es nuevo, y lo ha hecho (paso a paso, tradición a tradición, figura a figura, libro a libro) de un modo magistral. Pero es evidente que no es el único, pues en esa línea se movía de algún modo la exégesis de los cuatro sentidos de la Escritura (en la Edad Antigua y Media) y el trabajo de otros muchos exegetas actuales, entre los que humildemente quiero contarme. Pero José E. ha realizado algo que nadie hasta ahora habíamos hecho, y que quizá se puede ampliar, formando un tipo de “corpus” de lectura existencial del Antiguo Testamento que serviría, al menos, para dos o tres generaciones de biblistas y amigos de la Biblia.

‒ J. L. Elorza realizado una exégesis orgánica de conjunto del todo el AT, centrándose especialmente en algunos textos y figuras, tanto en el Pentateuco como en los profetas y en los sapienciales. De todas formas, yo hubiera dividido la obra en cuatro (o incluso) en cinco partes. De esa forma nos ha ofrecido una visión de conjunto de la Biblia, en línea crítica y pastoral, pero sobre todo existencial.

‒ Yo hubiera “ensanchado” algo más el Pentateuco, insistiendo en las tradiciones histórico-legales de Num y Dt, para dedicar todo un volumen nuevo a los históricos (llamados en la Biblia Hebreo Profetas anteriores. Pienso que ellos, de Jos a 2 Rey (con la obra del cronista, y Esdras-Nehemías) bien merecen un volumen. No sé si Elorza tiene tiempo y deseos de hacerlo, pero sería algo maravilloso que lo hiciera. ¡Aupa, Joshe Luis! ¿Por qué no te animas?

Ya puestos a pedir, yo le pediría al Prof. Elorza un quinto volumen, dedicado a los apócrifos del AT o, quizá mejor, a los “parabíblicos”. Hay una literatura que ha sido y es muy importante para entender y vivir el AT. Me refiero no sólo a los libros de la tradición de Henoc, con 4 Esd y 2 Bar, sino a otros textos de tipo apocalíptico, hímnico y sapiencial que no sitúan de lleno en el entorno de Jesús. Esto es quizá pedir demasiado, pero sería un buen complemento para la obra completa.

Una lectura total de la Biblia

Más que una lectura existencial, yo pienso que J. L. Elorza ha realizado una “lectura total” en contra de las lecturas parciales, que están muy extendidas en nuestro tiempo, no sólo en algunos ambientes culturales, sino dentro del mismo cristianismo:

a. Una lectura total, no al pie de la letra, es decir, literalista, sin tener en cuenta los contextos histórico-literarios, la retórica, la poesía, el género legal, el símbolo. Leer al pie de la letra significa siempre “traicionar” no sólo el espíritu, sino la misma letra de los textos, que sólo tienen sentido en su contexto antiguo y en el nuestro, en un diálogo constante de horizontes de sentido.

Así lo ha puesto de relieve J. L. Elorza, de un modo más práctico que teórico, enseñándonos a entrar con su ayuda en los libros y en las tradiciones del A. Testamento. Al pie de la letra sólo se pueden tomas las matemáticas y las ciencias llamadas “exactas” (con algunas leyes mal interpretadas). La vida pertenece al campo de la vida, y la vida no es nunca al pie de la letra… aunque hay cosas en ella que deben aprenderse y entenderse de memoria (como el sentido básico de algunas palabras y giros, con algunas fechas y personajes de la historia).

b. Una lectura de fundamento, pero no fundamentalista. No se trata de perder el fundamento, sino todo lo contrario de entrar en el fundamento y sentido de aquello que la Biblia va diciendo de un modo simbólico y narrativo, poético y polémico… Una lectura fundamentalista destruye no sólo al lector de la Biblia, sino a la misma Biblia, a la que priva de su savia viva y de su riqueza como fermento de vida.

En contra de los fundamentalismos sociales o religiosos, políticos o dogmáticos, la lectura de la Biblia sólo puede realizarse en gesto de diálogo sabio, en libertad compartida. Cierta teología antigua tomaba a la Biblia como “cantera” para extraer de ella unas “verdades reveladas” o dogmas que después pueden imponerse a los fieles. Tratar así a la Biblia es no sólo deshonesto sino destructor, para la misma Biblia y para el verdadero dogma (judío, cristiano o musulmán, para ampliar el tema al Islam y al Corán).

c. Lectura espiritual, pero no espiritualista, en sentido superficial o de evasión de la historia. Ciertamente, la Biblia es un libro “espiritual”, y así dice el Creo que el Espíritu Santo habló por los profetas, inspirando los libros santos. Pero una lectura de tipo carismático inmediato o espiritualista en sentido intimista destruye la trama vital de la Biblia, que es libro de historia y poesía, de derecho y de liberación, un libro total que abarca todos los aspectos de la vida humana, no para cerrarnos en un puro registro, sino para abrirnos a la totalidad de la existencia humana, en su plano personal y comunitario.

La Biblia no es el Kempis, ni un libro de meditación transcendental, sino un libro de historia creyente (el relato de la historia del pueblo de Dios), y sólo en sentido histórico total puede entenderse, como han sabido incluso los grandes santos, como Juan de la Cruz o Ignacio de Loyola que no la han interpretado de manera espiritualista, sino en línea de enriquecimiento y transformación total de la persona.

d. Una lectura crítica, pero no puramente cientírica, en sentido histórico/literario, en clave de “ciencia” positiva. Una lectura crítica es necesaria, y J. L. Elorza lo sabe bien y lo va poniendo de relieve a lo largo de sus libros. Pero la crítica no puede quedarse en sí misma, sino que sólo “vale”, sólo cumple su sentido si se abre y nos abre a los diversos campos de la vida humana en los que se mueve la Biblia: Historia y poesía, búsqueda fundante del sentido de la vida, esperanza mesiánica y apertura al misterio divino.

-- Y acabo así... sin querer acabar... Quien quiera conocer algo mejor el libro acuda a la presentación de la Editorial, donde encontrará los índices de cada volumen con las páginas introductorias. Ellas le ayudarán entender y situar el texto mejor que lo que yo he podido hacer.

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