Lourdes 4. Disputa sobre las apariciones (Rossi vs. Álvarez)

A. Alvarez y R. M. Rossi representan dos sensibilidades distintas ante el “fenómeno” mariano y ante el cristianismo en general y me parece positivo que puedan presentarse juntas, para que los lectores del blog opinen y puedan formarse un juicio crítico y cristiano. Así lo hice ayer.
Los lectores de mi blog conocen las opiniones de Ariel Álvarez, pues hemos venido colaborando hace años. Desde hace tiempo se ocupa de las apariciones y, en especial, del “culto” católico a María, con el deseo de profundizar en la experiencia evangélica y en la vida cristiana (en breve publicará texto básico sobre el tema en Ediciones Nueva Utopía, Madrid).

A. R. M. Rossi le conozco solo por referencia. He puesto su foto, que aparece en el contexto de Radio Ave-María, una institución que (al menos en España) ofrece un cristianismo militante, en clave devocional y tradicionalista, que a muchos ayuda, pero que a veces enrarece el aire de la libertad y comunión cristiana, en nombre de un amor evangélico miedoso e impositivo.
R. Rossi aparece vinculado con instituciones políticas tradicionalistas, que en España se acogen a un tipo de carlismo e integrismo que, a mi juicio, se encuentra ya sobrepasado, pues no asume la libertad cristiana en línea de modernidad. Digo esto con nostalgia, pues mis bisabuelos (de quienes tengo mucha noticia por mi infancia, es decir, por las historias de mi abuela) eran buenos “carlistas”.
No quiero ni puedo juzgar esta asociación de R. M. Rossi a estos movimientos (de los que pongo dos imágenes, que aparecen al lado de alguno de sus trabajos), pero me parece importante tenerla en cuenta.
(cf. http://caballerodelainmaculada.blogspot.com.es/2011/03/la-visita-de-las-siete-iglesias.html. Caballeros de la Inmaculada, de la Comunión carlista)
Con estos presupuestos paso a la lectura de la crítica de R. M. Rossi, que he publicado por la insistencia de R. Farias. Es una lectura, evidentemente, parcial (como todas). Pero creo que puede ayudar a los lectores de mi blog. Es bueno que sepan por donde van algunas visiones tradicionalistas del catolicismo.
Lectura crítica de la “crítica del libro de Ariel Álvarez”, por R. M. Rossi.
(Recoge y reinterpreta, y en parte se opone a la lectura crítica del P. Rossi, a quien desde aquí reitero mi respeto, en la diversidad (siempre que él nos respete a quienes piensan distinto, como Ariel Álvarez)
P. Rossi. (pág. 9) La primera aparición que conoce el autor habría ocurrido "en el siglo III"; el autor desconoce la aparición de la Virgen en el Pilar, Zaragoza, ocurrida en el siglo I. De acuerdo con una antiquísima tradición, venerada y viva a lo largo de los siglos, la Virgen María cuando todavía moraba en este mundo, es decir, antes de subir en cuerpo y alma a los cielos, vino a Zaragoza para confortar y alentar al Apóstol Santiago que, a la sazón, se encontraba a las orillas del río Ebro, predicando el Evangelio. Este hecho, desde fecha inmemorial, se sitúa en la noche del 2 de enero del año 40 de la era cristiana.
‒ (Pikaza) Me parece críticamente inaceptable la historicidad de la “tradición” de la venida en carne mortal de la Virgen a Zaragoza el año 40… a consolar a Santiago. Por los datos que nos ofrece el libro de los Hechos (y por la historia del cristianismo primitivo) parece imposible que Santiago Zebedeo estuviera en Zaragoza el año 40. Mal podía venir la Virgen en carne mortal a visitarle.
Ciertamente “nada es imposible para Dios”… pero no tenemos el más mínimo indicio de que Santiago viniera a Zaragoza el año 10… precisamente él, del que nos dice Hechos que fue asesinado por el rey Agripa el año 41. Por otra parte, en el caso de que Santiago estuviera en Zaragoza y la Virgen viniera en carne mortal… el hecho sería una visita en cuerpo físico (una bilocación), no una aparición.
En esa línea del Santiago Zaragozano se ha desarrollado la visión del Santiago Matamoros… Son muchos los que le vieron así entre el siglo XI y el XV en España… Muchos los que le llevaron (matando moros) a América (así le vi, por ejemplo, en la Iglesia de los dominicos en Buenos Aires). No parece que esa visión de Santiago matando moros sea cristiana. Es una visión que va en contra del evangelio (y expresamente en contra de lo que Jesús pide a Santiago y Juan por dos veces en los evangelios). Eso significa que puede haber (y ha habido) visiones de santos y vírgenes que pueden ser y son anticristianas.
(pág. 11-12) según el autor San Juan de la Cruz estaría "en contra de la validez de estas revelaciones"; pero lo que el santo critica en la Subida al monte Carmelo (II, 3-4-5) no es la validez de las revelaciones en general, sino la necedad de "preguntar a Dios o querer alguna visión o revelación".
‒ El P. Rossi saca de contexto a San Juan de la Cruz y a Ariel Álvarez… San Juan de la Cruz pide a los cristianos que no busquen ninguna revelación nueva… porque la Revelación ha culminado en Cristo (en quien Dios se ha manifestado plenamente). Ciertamente, San Juan de la Cruz podría aceptar la experiencia espiritual de Bernadette… pero estaría en contra de la “explotación” eclesial de esa experiencia. A su juicio, en el lugar de la visión de Bernadette (en el lugar de la cueva y del río….) se tendría que haber colocado la experiencia del camino de Cruz y Pascua de Jesús, con María su Madre (y con Bernadette) iluminados por esa gran.
Algo conozco a San Juan de la Cruz (dos libros he escrito sobre él). Estoy convencido de que el buen Juan de Fontiveros hubiera cantado de gozo viendo la cueva y el río de Lourdes, para unirse allí a María y Bernadette y descubrir de nuevo el gran amor de Cristo, siempre en el centro. En esa línea de Juan de la Cruz se sitúa Ariel Álvarez.
(pág. 12) según el autor Santa Teresa parece que dice que las visiones nacen de hacer mucho ayuno y dormir poco; pero en realidad la Santa reprende a las monjas por falta de discernimiento respecto de los arrobamientos y visiones, sobre si son verdaderos o falsos, no por la mortificación que hacen las monjas. De hecho habla de verdaderas visiones por medio de las que Dios puede hablar al alma: "Otra manera de cómo habla el Señor al alma, que yo tengo para mí ser muy cierto de su parte, con alguna visión intelectual, que adelante diré cómo es". (Moradas del castillo interior, IV. 3. 12)
‒ Ariel Álvarez no va en contra de las experiencias espirituales de Santa Teresa, ni opone a la experiencia del encuentro interior con Dios, sino todo lo contrario. Es evidente que, en un primer momento, lo que Teresa quiere es que las monjas (y Bernadette) sean “normales”, que coman, beban y duerman bien… Quiere que las “visiones” (experiencias espirituales) no nazcan como simple proyección de necesidades, miedos y rupturas psicológicas, sino de la riqueza del encuentro interior con Cristo.
Todos los cristianos en el fondo podemos y debemos tener un encuentro con Dios, en interioridad… Todos… En esa línea, lo que Teresa de Jesús hubiera querido no es que los demás vayamos a Lourdes para apoyarnos en Bernadette…., sino que tengamos nuestros Lourdes en cada una de nuestras casas o jardines, en cada uno de los ríos o montes… Teresa no nos llevaría a Lourdes, sino al interior de nuestro corazón, para que allí sintiéramos a Dios y, en especial, a Jesús….
Teresa de Jesús amaba muchísimo a María de Nazaret y a San José (con quienes hablaba en conversación interior de fe gozosa y de búsqueda emocionada del sentido de la vida….); pero, por encima de todo, Teresa quiso que pudiéramos encontrarnos con Jesús, con su “humanidad”, es decir, con su proyecto de Reino, con experiencia de amor a los pobres, con su radical entrega al servicio de Dios. En esa línea se sitúa Ariel Álvarez, teresiano radical. Lo que Ariel critica es el intento de “crear” nuevas revelaciones, al margen (y a veces en contra) del Evangelio. Lo que critica es el riesgo de sustituir el evangelio vivido por un tipo de búsqueda de posibles revelaciones que se imponen al conjunto de la Iglesia, en una línea que es poco evangélica (que nos pone ante la Señora, un signo grande, pero que puede hacernos olvidar que el centro del evangelio es Jesús, en su mensaje, en su vida, en su muerte).
(pág. 14) Hablando de la revelación divina pública, dice que "está recogida en la Biblia"; en la Pág. 28-29 repite la idea de que "la única revelación... es la que se halla en la Biblia". Pero la Revelación divina no se encuentra solamente en la Biblia, también está contenida en la Tradición Apostólica: "la Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. La Tradición recibe la Palabra de Dios... La Iglesia no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de todo lo revelado" (Catecismo de la Iglesia Católica nº 81-82). Por eso "el depósito sagrado de la fe, contenido en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura" es interpretado "auténticamente por el Magisterio vivo de la Iglesia" (ídem, nº 85).
‒ Pienso que el P. Rossi está interpretando mal el Vaticano II (Dei Verbum). Tengo la impresión de que no lo acepta (como algunos nuevos católicos…). No sé si lo hace a conciencia o sin saber lo que dice (prefiero pensar eso). El Vaticano II habla de una única revelación, recogida en la Escritura y acogida por la Iglesia. La Iglesia no tiene pues una revelación nueva (otra 2ª revelación), sino sólo que acoge y transmite la de Cristo, tal como ha sido testificada por la Escritura. Esto es lo que dijo la Dei Verbum hace 50 años, esto es algo que muchos “tradicionalistas” (que ponen su Iglesia por encima del evangelio) no acaban de entender. Al decir que puede haber revelaciones después de la Biblia… se corre el riesgo de inventar nuevos catolicismos (y esto es lo que parecen hacer algunos, en la línea de R. Rossi).
(pág. 19 ss.) El autor declara categóricamente que la Virgen María "jamás se le apareció a nadie ni podrá aparecérsele a ningún ser humano en este mundo"; pero debemos decir que la Iglesia, por medio del Magisterio hace referencia explícita a "apariciones" de la Virgen María: por ejemplo, ver el Mensaje de su Santidad Juan Pablo II al Obispo de Leiría-Fátima en el 80º aniversario de las apariciones de la Virgen (1º de Octubre de 1997). Y en el comentario teológico que hace el Cardenal Ratzinger al Tercer Secreto de Fátima, utiliza dos veces la palabra aparición. Por tanto no se ve porqué el temor del autor de aceptar que la Virgen María se pueda aparecer a quien Ella quiera, sin pedirle permiso al autor ni a nadie.
‒ Ariel Álvarez interpreta aquí la palabra “aparecen” en su sentido radical… La Virgen ya no tiene el cuerpo que tenía viviendo en Nazaret… Ya no es Mujer/Señora antes de quedar embarazada, ni Mujer con Niño, ni Señora Asunta… El cuerpo de María “asunta” por utilizar el mensaje de la Iglesia ha de entenderse de otra forma… Podemos “ver” imágenes marianas… Pero ella no se puede aparecer en cuerpo físico como el nuestro….
Por otra parte, Juan Pablo II y J. Ratzinger cuando hablan de “apariciones” utilizan un lenguaje “popular” (que quizá no debían haber utilizado). La Virgen no se puede aparecer con un cuerpo y vestido como el que le ofrecen las estatuas y cuadros de las “apariciones”. No estamos ante apariciones físicas, pues la Virgen “no está en el cielo de esa forma” (con esos años, y menos con un niño….). Ariel Álvarez expone así un argumento que el 95% de los teólogos actuales asumen (como bien han mostrado en mi blog los diálogos entre Galetel y Sofía, por poner dos ejemplos).
(pág. 22) El autor distingue entre "apariciones" y "visiones"; en ambos casos se trata de una acción exterior sobre la vista del vidente, acción que proviene de alguien que existe realmente fuera del vidente; distinto es una alucinación, donde el vidente ve algo en su propia imaginación, pero que no existe en la realidad externa al vidente.
‒ Habría que distinguir mejor apariciones, visiones y alucinaciones. Es muy posible que R. Rossi no haya entendido a Ariel Álvarez. Nos hallamos ante un fenómeno complejo y rico de “experiencias imaginarias” de visión, que pueden darse en muchas circunstancias… Desde antiguo se han visto “dioses” (casi todos los pueblos los han visto…). Se siguen viendo ovnis. Hay cientos de revistas especializadas en visiones imaginarias… que gozan al pensar que Lourdes es un caso más de imaginación… Como dije ayer la experiencia de “visión” del Cristo pascual ha de entenderse en otro sentido. Desde ese fondo sigue siendo definitiva la experiencia del Antiguo Testamento, donde se repite una y otra vez que “nadie puede ver a Dios” sin morir.
(pág. 24): según el autor, las apariciones marianas verdaderas "tienen como finalidad la santificación ante todo de los videntes"... "sería absurdo, pues, que la Virgen diera un mensaje a una sola persona para que la acatara todo el mundo". Pero no hay contradicción entre una finalidad principal y una secundaria: la santificación del vidente y la difusión del mensaje para todo el mundo, para que todos los hombres (o por lo menos los cristianos) se conviertan a Dios.
‒ Toda la teología escolástica (Ud.es dominico, P. Rossi), sabe que las “experiencias” espirituales son para la maduración espiritual del “vidente”… si es que son auténticas. Así ha pasado, creo, con Bernadette… aunque tengo la sospecha de que un tipo de Iglesia se aprovechó de su persona, de su bondad, llevándole por un camino que ella no discernió personalmente…
Para el “despliegue” de la “aparición” de Lourdes fue necesario que Bernadette desapareciera… y fue providencial que muriera pronto, en “olor de santidad”. Pero no estoy seguro de que eso fue lo mejor. No estoy seguro de que se le “metiera” monja, sin dejar de verdad que ella asumiera su camino de mujer y de persona….
Dicho eso, debo añadir que creo que Lourdes (y Fátima) pueden convertirse en espacios de evangelización, pero siempre que se vuelva en esos lugares al evangelio, a la palara de Jesús, a la experiencia pascual… al auténtico testimonio de fe de María, Madre de Jesús.
(pág. 28): Cuando el Papa "aceptó la devoción a la Virgen de Fátima, no avaló la autenticidad de sus tres secretos": Pero expresamente el Papa Juan Pablo II avaló la autenticidad del tercer secreto de Fátima (lo hizo público para el jubileo del 2000).
‒ Somos muchos los que pensamos que el Papa no debería haber entrado en el tema oscuro del “secreto de Fátima”, que ha terminado siendo un asunto “penoso” para la inmensa mayoría de los cristianos. Los Papas como signo de la Iglesia universal no deberían haber “avalado” las apariciones de Fátima y Lourdes. Han cedido a un tipo de piedad popular, ponen en riesgo la universalidad del Magisterio.
(pág. 29): Le molesta al autor "el papel protagónico de María en sus revelaciones privadas"; pero es lógico que si es Ella la que se aparece, sea la protagonista. El problema sería si la Virgen diera algún mensaje en contradicción con el mensaje de Cristo. Pero el autor se olvida que la Santísima Virgen María tiene un papel secundario pero necesario en el plan de salvación de Dios: Ella está unida íntimamente a la Redención: "por su obediencia fue causa de la salvación propia y la de todo el género humano", ..."en dependencia de su Hijo y con Él" (Catecismo de la Iglesia Católica nº 494). "Puesto que pareció oportuno a la divina providencia que recibiéramos al Dios-Hombre a través de María, a nosotros no nos queda sino recibir a Cristo de manos de María... Nadie es más eficaz para unir los hombres a Cristo que esta Virgen." (In diem illum, S. Pío X). En las varias objeciones del autor a la acción de la Virgen, se olvida de que Dios, Causa Primera, actúa por medio de las causas segundas, entre las cuales descuella evidentemente su Santa Madre. Dios actúa, y Ella también actúa, subordinada a Dios; El sacerdote lo es de Cristo, y también de María: "que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
‒ Ariel Álvarez está en la línea del Vaticano II, Lumen Gentium, situando a María dentro de la Iglesia, en relación a Cristo. Usted, P. Rossi, parece sentir dificultades en admitir el Vaticano II, de manera que busca su inspiración en fuentes anteriores (buenas pero limitadas) y en interpretaciones posteriores muy sesgadas. Colocar a María en su lugar es el mayor honor que se le puede hacer.
(Pág. 30): También le molesta que la Virgen "hable muchísimo": pues la Virgen puede hablar cuanto quiera, para lo cual tampoco necesita pedir permiso a nadie.
‒ No veo que Ariel Álvarez se moleste por la presencia eclesial de María… Lo que nos molesta a muchos es que pueda haber un tipo de veneración a María que no esté en línea radical de evangelio (como sucede en numerosos santuarios marianos, espacios de folclore emocional, más que de seguimiento de Jesús).
(pág. 31): dice que la Virgen sería anunciadora de catástrofes y desgracias, como algo opuesto a la palabra de Cristo: pero en el Evangelio Cristo no sólo anuncia la paz y la alegría, sino también la guerra, persecuciones, apostasías, etc.
‒ No hará falta repetir los argumentos de Ariel. Tenemos en España el ejemplo de las “apariciones” y revelaciones de El Escorial (admitidas ahora por cierta jerarquía), donde no parece haber ni rastro del mensaje del Sermón de la Montaña y de la experiencia pascual de la Iglesia. María ha podido convertirse a veces en portadoras de miedos y amenazas no evangélicas…
(pág. 32): el autor opina que "lo peor de todo, es que muchos mensajes de la Virgen contradicen abiertamente las palabras de Jesús"… Ariel dice: "Jesús nunca dijo que se salvarán sólo los que amen a Dios". Pero es imposible salvarse sin creer en Dios y amarlo, y amar al prójimo como a uno mismo…
‒ Por desgracia, Ariel Álvarez tiene razón… Hay “apariciones marianas” muy limpias, que han sido “evangelizadas” en línea de acogida a los enfermos (como en el caso de Lourdes…). Pero en otras apariciones que conozco sobresale el aspecto penitencial y judicial… La Virgen de muchas apariciones nos sitúa ante los grandes miedos, ante los integrismos (sólo se salvan los convertidos en un tipo de línea católica….).
En ese contexto, el P. Rossi afirma que sólo se salvan los que se convierten de un modo concreto a Dios (se supone al Dios explícitamente cristiano, el de la apariciones….).En esa línea, al negar las salvación de aquellos que “no aman a Dios” en una clave confesional cristiano, va en contra del Vaticano II y de los principios básicos del ecumenismo (asumidos por el mismo Juan Pablo II). Basta con apelar a Mt 25, 31-46, donde la salvación se vincula al amor al prójimo, es decir, a la experiencia de comunión y de ayuda a los necesitados.
e) p. 35 y ss.) el autor considera que Dios nunca castiga, y que el anuncio de castigos por parte de los videntes contradice a la Biblia: "la Biblia enseña que la idea de salvar a la humanidad es de Dios.... En cambio en muchos mensajes María nos advierte que Dios quiere castigarnos...". Pero en la Biblia muchas veces se nos habla de los castigos que Dios envía, por supuesto que no para ejecutar su odio contra nosotros sino para corregirnos como un Padre Bueno: "A los que amo corrijo y castigo" (Apoc. 3, 19), "el Señor reprende al que ama, y azota al que recibe por hijo" (Heb. 12, 6), "me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte" (Sal. 117, 18).
‒ Hay un tipo de “miedos” expresados en algunos videntes que van en contra el anuncio de la salvación pascual… Dejemos a un lado otros temas, vayamos al evangelio… No quiero seguir leyendo las críticas del P. Rossi, pues parece que provienen de un “miedo al evangelio”, un miedo al amor de Dios y a la libertad cristiana….
Hay una piedad mariana que ha sido y es muy importante. Hay lugares de veneración mariana donde se respira experiencia evangélica, cercanía humana, hondo evangelio… Pero ciertas llamadas “apariciones” marianas han podido convertirse en signos y lugares de hondas disociaciones cristianas… He seguido bastante de cerca el caso de Garabandal y de El Escorial (en España)… No quiero poner en duda la buena intención de las “videntes”; pero el mensaje que allí ha podido advertir no parece en la línea del espíritu del Evangelio.
Conclusión:
Yo mismo le he pedido a Ariel Álvarez que no conteste… Por eso lo he hecho yo, en este blog donde he querido detenerme en ofrecer mi impresión ante Lourdes, lugar donde había ido hace muchísimos años, un par de veces, con mi madre. Así, después de mostrar mi admiración ante ciertos elementos del fenómeno Lourdes (y ante Bernadette, mártir de su propia honestidad), he querido responder al P. Rossi, y así resumo (con todo respeto) mis discrepancias:
‒ No me parece serio hablar de una venida “física” de la Virgen a Zaragoza el año 40
‒ No me parece serio afirmar que para salvarse hay que “creer en Dios” (en sentido externo); esa idea va en contra del Vaticano II, Gaudium et Spes.
‒ Para ser cristiano no hay mantener una exégesis acrítica del NT y de la Biblia. La postura del P. Rossi va en contra de los mayores dominicos del siglo XX, desde Lagrange hasta Congar, desde Chenu a G. Gutiérrez.
‒ No tiene sentido (¡es poco cristiano!) llamar “errores” a unas visiones de Ariel Álvarez que son distintas a las del P. Rossi, pero que no van en contra de la fe de la Iglesia, sino todo lo contrario. No es bueno ser más papista que el Papa. No se defiende el evangelio (ni a la Virgen María) con miedos e imposiciones.
‒ El P. Rossi sigue en el fondo justificando algunos anuncios terroríficos de la Virgen (en pretendidas apariciones), profecías espeluznantes de videntes, y mensajes poco evangélicos… Me basta con haber escuchado algunos de la Virgen de el Escorial para saber que eso no es evangelio.
GRACIAS
De todas formas, gracias a Ricardo Farias por enviarme el texto del P. Rossi… y gracias a Ariel por haberme permitido ofrecer esta lectura de sus textos.