Observando el vuelo del Espíritu: Los dos torquemadas

Suele entrar en mi blog un vecino que se hace llamar Torquemada. Le he dicho que me gusta el nombre, pero que a fin de situarle mejor sería bueno que supiera a qué torquemada se refiere, pues hay varios, entre ellos dos que son más significativos.

Ambos fueron frailes observantes, buenos religiosos, austeros, inteligentes... pero pusieron su inteligencia y austeridad al servicio de un tipo de Iglesia que resulta al menos dudosa, uno en línea de teología, otro de política eclesial (impuesta sobre el Estado o por el mismo Estado).

Eran los dos de familia judía, tío y sobrino, hombres leales a una Iglesia que salía de la "disputa" sobre el conciliarismo, una iglesia que necesitaba mucho poder para imponerse... Eran leales a un tipo de Estado católico, al servicio de la unidad religiosa impuesta. Fueron grandes, lo mejor de su tiempo, aunque ahora muchos les critiquen.

La España de los judíos conversos dio entonces teólogos e inquisidores a la Iglesia, hombres de mente poderosa, que se han creído llamados a limpiar su sangre (¡pensaban que la suya era manchada!) con reclamos de pureza teórica y práctica, pasando de una teología del poder único a una práctica inquisitorial de la sangre única.



Por eso, como guía de navegantes, espigando una página de mi DICCIONARIO DE PENSADORES CRISTIANOS, quiero citar a los dos torquemadas más famosos, como recuerdo de lo que fuimos, como aviso de lo que podemos ser.

-- Lo haré con cariño, la historia nos enseña a respetar el pasado, para no repetirlo.

-- Lo haré pensando (queriendo) que la era de los torquemadas acabe, que sople un Espíritu Nuevo, la Paloma de este Pentecostés del año 2013, que puede ser pentecostés del Papa Francisco, pero que quiero que sea también Pentecostés de Domingo de Guzmán, hermano predicador, con los cientos y miles de dominicos que han servido y sirven a la Iglesia en humildad, al servicio de los más pobres, desde el P. Las Casas hasta G. Gutiérrez.

En la primera foto aparece el tío, como gran teólogo y cardenal
En la segunda foto aparece el sobrino, como austero hombre de iglesia.


TORQUEMADA, JUAN DE (1388-1468).
Primer torquemada, se empieza por la teología al servicio del poder.


Hombre de Iglesia español y teólogo, de la Orden de los Dominicos, descendiente de judíos conversos. Es lo que pasa, el judío que se convierte a un tipo de "catolicismo" (no al cristianismo de Jesús y de la Gran Iglesia) suele querer demostrar su fidelidad, y acaba siendo más duro que los cristianos normales, hombre del sistema.

Asistió al concilio de Basilea (1432) y al de Florencia (1439), donde defendió la superioridad del Papa sobre el Concilio. Fue elegido obispo de Tusculo y Cardenal de la Iglesia (1455).

Es uno de los que ratificó la derrota del conciliarismo, de la iglesia hecha de pactos, de concordia, de libertades... Fue un hombre del sistema única, impuesto desde arriba, como voluntad de Dios. Era partidario de la lucha contra el Islam (los pérfidos sarracenos), en la línea de una Teología de la Cruzada (cruzada teológica y militar).

Escribió la primera gran Summa de Ecclesia (1449-1453), que ha determinado gran parte de la eclesiología posterior, desde la perspectiva de la supremacía papal; tuvo numerosas ediciones y ha sido quizá el tratado de eclesiología de más influjo en la Iglesia Católica hasta el Vaticano II.

Sus restantes libros han influido también en la teología oficial de la Iglesia católica posterior, hasta el Vaticano II (y de hecho hasta después del Vaticano, a no ser que el Papa Francisco y con él otros muchos lo remedien):

-- Commentarii in Decretum Gratiani (Lyon 1519);
-- Flores sententiarum de auctoritate summi pontificis, excerptae ex dictis beati Thomae de Aquino (contra los conciliarista, Augsburg 1473);
-- Tractatus de sacramento eucharistiae (1436); Tractatus de veritate conceptionis beatissimae Virginis (1437);
-- Tractatus super principales errores perfidi Machometti et Turcarum sive Saracenorum (Roma 1465).

TORQUEMADA, TOMÁS DE (1420-1498).
Segundo torquemada, el poder puro al servicio de un tipo de Iglesia


Hombre de Iglesia español, primer Inquisidor General de Castilla y Aragón, de la Orden de Santo Domingo (sobrino de Juan de Torquemada, y como él de una familia de judíos conversos, que necesitaban hacer cada día su prueba de limpieza de sangre, al servicio de la unidad impuesta de la cristiandad).

A partir del año 1985 fue el inspirador y organizador de la Santa Inquisición, con grandes poderes sociales y religiosos, sobre todos los reinos de España. A su juicio, la Inquisición debía actuar como una organización territorial y estatal, al servicio de la “pureza de la fe”, entendida de un modo social, para “vigilar” la conversión de los judíos y después la de los musulmanes.

Fue uno de los “inspiradores” de la expulsión de los judíos no convertidos, que debían abandonar los reinos de España (año 1492). Estableció y organizó varios tribunales inquisitoriales en las ciudades más destacadas por la presencia de posibles “judaizantes”, conforme a los principios de la “pureza de religión” (vinculada a la pureza de sangre, conforme a la cual los descendientes de judíos resultaban sospechosos como cristianos).

El año 1485 redactó las primeras Instrucciones de la Inquisición española, que son la base del derecho procesal inquisitorial. Tuvo que imponerse sobre los núcleos de judeoconversos de Sevilla, Toledo, Barcelona y Zaragoza, quienes querían modificar sus métodos, sobre todo en cuanto al «secreto de testigos».

Fue un "hermano duro" contra sus viejos hermanos, judíos conversos que querían mantener de alguna forma su recuerdo y su principio de identidad en el pueblo del Dios de la Primera Alianza.


La eficacia de su tribunal (Santo Oficio) contribuyó a la creación de una fuerte conciencia nacional de unidad católica de España, desde la perspectiva de una “limpieza étnica”, muy problemática desde una perspectiva de evangelio.

En el plano personal fue un religioso observante, sin ambiciones de poder, celoso de la pureza de la fe, gran organizador y con un estricto sentido de la justicia, pero de una justicia entendida en línea de imposición racial (radical) católica.

La bibliografía sobre Tomás de Torquemada y la Inquisición resulta inabarcable (con sus luces y sombras...). Como ejemplo, desde dos perspectivas, cf.

-- B. Netanyahu, The Origins of the Inquisition in Fifteenth Century Spain (New York 2001)
-- B. Bennassar, Inquisición española: poder político y control social (Barcelona 1984).

CONCLUSIÓN.

Pues aquí estamos, amigo "torquemada" del blog. No sé si eres más del primero o del segundo torquemada. Le tengo más miedo al primero, que sigue gobernando la mente de gran parte de la iglesia oficial de las españas.
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