Virgen Pájara María

He estado unos días en El Salvador, ofreciendo un pequeño curso de Lectura Popular de la Biblia a un grupo de catequistas, agentes de pastoral y campesinos, con algunos sacerdotes y religiosas. Ha sido un curso entrañable, de presencia humana, de solidaridad y de esperanza. He podido compartir una luminosa tarde de teología y amistad con Jon Sobrino, visitando otra vez la habitación donde asesinaron a Ignacio Ellacuría (¡Ignacio, amigo!), con sus compañeros jesuitas, el año 1989, con las dos mujeres empleadas y amigas (madre e hija). He querido visitar la catedral, con la nueva tumba de Mons. O. Romero, uno de los mayores cristianos del siglo XX, santo que no necesita canonizaciones... Pero más que sus tumbas de resucitados me ha impresionado, una vez más, el canto a la Virgen Pájara María.


Una Virgen de todos

Me han recibido los mejores amigos, españoles afincados en aquella tierra y muchos otros, nativos de ojos luminosos (¡Paco, Marisa, Carmen-Mercedes, Roberto…!). Me ha conmovido la lluvia incenante, el torrente terroso de la Chacra, las casas caídas tras años de temblores y guerras, el amor cercano, la esperanza de los pobres, el deseo de paz, por encima de opresiones y de maras... Pero lo que más ha emocionado, otra vez, ha sido el canto repetido de Virgen Pájara María, con letra de Jose Cuadra Vega, con música… ¿qué más da de quién? ¡Con música de cielo! La cantaba Norma H. Gadea, la siguen cantando todo.
En España puede sonar mal lo de “pájara”, pero el castellano es mucho más que España y esta “Pájara María” es signo de cielo y tierra, de revolución pacificadores y de esperanza trabajosa, materna, femenina, campesina, obrera... en toda América Central. Así la presento. Si hace falta comentaré algunas palabras, pero hoy la dejo así, con el temblor de haber bajado esta mañana del avión que me ha traído de la tierra del Salvador, con un canto de amor que pertenece también, de un modo especial, a Nicaragua y Guatemala. Es un canto de amor de todos, para todos, uno de los poemas más bellos de la lengua castellana de finales del siglo XX, para cantarse y cumplirse en el siglo XXI:

Virgen pájara María, virgen pájara gozosa
la de plumas doloridas la de espinas y de rosas
pajarita algodonera, pájara del cafetal
virgen pájara morena sanatilla del canal

Te pedimos por tu hijo, de tu vientre el más amado,
el obrero el campesino el humilde el explotado
Te pedimos por tu pueblo virgen pájara al volar;
no dejes manchar tu vuelo, pajarita de la paz

Virgen pájara semilla, María del maíz resembrado
madre pájara María de mi hermano torturado
Virgen pajara soleada fritanquera de la esquina
pajarita desvelada miliciano, pajarita

Pajarita guacirupa, virgen pájara maicera
pajarita cocoroca pájara guardafrontera
pajarita segoviana, pajarita del San Juan
virgen pájara Subtiava, pajarita de Ayapal

Te pedimos por tu hijo, de tu vientre el más amado,
el obrero el campesino el humilde el explotado
Te pedimos por tu pueblo virgen pájara al volar
no dejes manchar tu vuelo, pajarita de la paz

Virgen pájara Maria pajarita Monimbo
Nicaragua pajarita, pájara revolución
pajarita libertaria, pajarita sin fronteras
pajarita necesaria, pajarita guerrillera

Pájara vientre maduro piquito amargo y dulzón
sin jaula será el futuro pajarita insurrección
la esperanza de tus alas prenará todo el dolor
pajarita Guatemala, pajarita El Salvador

Te pedimos por tu hijo, de tu vientre el más amado,
el obrero el campesino el humilde el explotado
Te pedimos por tu pueblo virgen pájara al volar
no dejes manchar tu vuelo, pajarita de la paz

No dejes manchar tu vuelo pajarita de la paz
No dejes manchar tu vuelo pajarita de la paz
No dejes manchar tu vuelo pajarita de la paz.
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