Esta es la táctica de VOX para dividir a religiosos y creyentes: “Ya pasó con Cuelgamuros y con la inmigración” "Esta vez se ha pasado": la Iglesia, perpleja ante el "ataque total" de Abascal contra los obispos

Algunos obispos consultados señalan que la última diatriba del líder de la ultraderecha forma parte de “la estrategia de división” que tan buenos réditos le está dando desde el punto de vista electoral, y que les ha servido para provocar una brecha entre los obispos (y también entre los fieles) en temas tan delicados como la resignificación de Cuelgamuros, la regularización extraordinaria de migrantes y, ahora, la deriva xenófoba en Torre Pacheco y Jumilla
Argüello ha sido el único en intentar colocar algún tipo de matiz a la nota de la Conferencia Episcopal, que al no venir firmada se intuye obra de su secretario general y portavoz, César García Magán, con quien Abascal mantiene una relación “tensa, difícil”, tal y como asegura un obispo, y que, siendo un prelado conservador (defendió el derecho de la Iglesia a pedir la dimisión de Sánchez y elecciones anticipadas), ha chocado frontalmente con la ultraderecha por la situación de Cuelgamuros y sobtre todo las cuestiones de política migratoria
“La dinámica es la misma: antes, el enemigo era Francisco; ahora lo son el cardenal Cobo, Omella, Magán o cualquier obispo que se muestre abierto a los migrantes”
“La dinámica es la misma: antes, el enemigo era Francisco; ahora lo son el cardenal Cobo, Omella, Magán o cualquier obispo que se muestre abierto a los migrantes”
No hay –y previsiblemente, no habrá– reacción oficial de la Conferencia Episcopal al virulento ataque del líder de Vox contra “parte de la jerarquía eclesiástica” por su defensa de la comunidad islámica de Jumilla frente a la prohibición del rezo en las instalaciones deportivas de la localidad. “Y no será por falta de ganas”, apuntan a RD fuentes episcopales, que aseguran que “no es la primera vez” que Santiago Abascal dispara contra los obispos, “ni la más grave”.
Tras conocerse el acuerdo del consistorio murciano, ahora impugnado por el Gobierno, la Iglesia católica española lanzó un comunicado en el que calificaba la medida como “una discriminación que no puede darse en sociedades democráticas” y apelaba a la libertad de culto. La respuesta de un “perplejo” Abascal no tardó en llegar: “No sé si tiene que ver con los casos de pederastia dentro de la Iglesia, que la tienen absolutamente amordazada”, lanzó.
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El descontento en el órgano de gobierno de la Iglesia es evidente, aunque enmarquen la ofensiva dentro de una táctica política: “Lamentablemente, no será la última”, apuntan sin querer ir más allá. Siempre extraoficialmente, algunos obispos consultados señalan que la última diatriba del líder de la ultraderecha forma parte de “la estrategia de división” que tan buenos réditos le está dando desde el punto de vista electoral, y que les ha servido para provocar una brecha entre los obispos (y también entre los fieles) en temas tan delicados como la resignificación de Cuelgamuros, la regularización extraordinaria de migrantes y, ahora, la deriva xenófoba en Torre Pacheco y Jumilla. “Aunque esta vez se ha pasado”, admiten, sorprendidos ante la fiereza de las declaraciones de Abascal: “La ultraderecha nunca había sacado a pasar el tema de los abusos”, cuentan en privado algunos obispos.
Abascal - Obispos pro Islamización e Inmigración masiva | "Que cada palo aguante su vela". El líder opositor español y presidente de VOX cree que el "silencio" de la Iglesia española y su apoyo al globalismo y al Gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón pueden ser por el dinero… pic.twitter.com/vZs2FLteAO
— Lasvocesdelpueblo (@lasvocesdelpue) August 10, 2025
Los ultras y los ultracatólicos
El enfrentamiento, en realidad, “viene de lejos”, sostienen fuentes episcopales, que señalan las estrechas relaciones de Vox con los círculos de la ultraderecha eclesiástica, desde HazteOir a los organizadores de los rosarios contra el PSOE en Ferraz, pasando por pseudo medios religiosos como Infovaticana, portal que se hizo mundialmente famoso por haber tratado de impedir, infructuosamente, la designación de Prevost como Papa, acusándole falsamente de encubrimiento de abusos. Este sábado, la web creada por Gabriel Ariza –hoy uno de los principales colaboradores de Abascal– publicó la falsa noticia de la muerte del cardenal Cañizares, ingresado desde hace una semana en un hospital de Valencia.
La relación entre el líder de la ultraderecha y parte de la Iglesia española no ha sido fácil. Ya en sus tiempos en el PP vasco, Abascal azuzó con fuerza a los obispos Setién y Uriarte por su postura “complaciente” con el diálogo con ETA. En aquellos años, el hoy autodefinido como “católico” Abascal se alejó de la Iglesia, a la que solo volvió años más tarde, tras la fundación de Vox, vinculándose con sectores eclesiásticos ultras, fundamentalmente a través de sus amistades con Ignacio Arsuaga, el Opus Dei y responsables de la Asociación Católica de Propagandistas. Esto ocurría con el aval de los entonces líderes de la Iglesia española: Antonio María Rouco Varela y Antonio Cañizares. Más tarde llegó la relación con el que es considerado su filósofo de cabecera, Miguel Ángel Quintana Paz, vinculado estrechamente con el actual presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello.
¿Cuál es la responsabilidad real de los medios en que cada vez más españoles estén amordazados? @Santi_ABASCAL responde en @Bipartidismo_ ⬇️ https://t.co/OpKwHcCVyHpic.twitter.com/SJbQWK1tkR
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) August 10, 2025
De hecho, Argüello ha sido el único en intentar colocar algún tipo de matiz a la nota de la Conferencia Episcopal, que al no venir firmada se intuye obra de su secretario general y portavoz, César García Magán, con quien Abascal mantiene una relación “tensa, difícil”, tal y como asegura un obispo, y que, siendo un prelado conservador (defendió el derecho de la Iglesia a pedir la dimisión de Sánchez y elecciones anticipadas), ha chocado frontalmente con la ultraderecha por la situación de Cuelgamuros y sobtre todo las cuestiones de política migratoria.
Luis Argüello, quien recientemente presentó el libro de Quintana Paz junto a Abascal, defendía en un artículo en ABC la celebración de los ritos musulmanes en Jumilla, pero aprovechaba para reclamar reciprocidad para los cristianos en países islámicos, en la línea del líder de Vox: “Qué bueno sería que nuestros amigos musulmanes españoles o que viven entre nosotros reivindiquen la libertad allí que para ellos defendemos aquí”, escribió el arzobispo de Valladolid, que tampoco se ha salvado de las críticas de la ultraderecha por su defensa de la regularización de migrantes.
La estrategia de la división entre los católicos utilizada por Vox les llevó a criticar abiertamente al papa Francisco –al que Abascal llamó “ciudadano Bergoglio”– por su defensa de los migrantes, y a ensalzar a sus principales oponentes en la Curia (fundamentalmente los cardenales Sarah, Burke o Müller, con quienes la cúpula del partido mantiene contacto estrecho), con la excusa de la defensa de las tradiciones en la liturgia, que ahora trasladan a los valores “católicos” de la nación española.
¿En qué país sus obispos más se meten en política, hasta despedir a empleados laicos por ser de un partido del todo legal?
— miguel ángel quintana paz (@quintanapaz) August 11, 2025
El mismo donde la Iglesia más depende en dinero del Estado: Alemania. Y donde sobrevuela un cisma.
Por eso conviene separar Iglesia y financiación estatal.
“La dinámica es la misma: antes, el enemigo era Francisco; ahora lo son el cardenal Cobo, Omella, Magán o cualquier obispo que se muestre abierto a los migrantes”, afirma un influyente prelado, que incide en los ataques que, a través de sus terminales mediáticas, está sufriendo el mismísimo obispo Munilla, al que nadie consideraría dentro del bando renovador en la Iglesia, pero que ha defendido la libertad religiosa y el papel de los migrantes en la sociedad española. Hasta la fecha, el único prelado en activo a salvo de las críticas es el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. Un obispo que, por otro lado, nunca ha puesto pegas a que los inicios de las campañas electorales de Vox se dieran en el santuario de Covadonga, mítico origen de la Reconquista.
En los últimos meses, Vox incrementó su presión contra la Conferencia Episcopal, coincidiendo con dos temas clave: de un lado, el acuerdo entre el Vaticano y el Gobierno, adelantado por RD, para la resignificación de Cuelgamuros; del otro, el aval de la Iglesia a la Iniciativa Legislativa Popular que reclamaba la regularización extraordinaria de más de medio millón de migrantes.

En lo que respecta a Celgamuros, portavoces de Vox como Buxadé o José Antonio Fúster pidieron a los obispos “hacer examen de conciencia”, mientras que Herman Tersch anunció, en plena campaña de la Renta, que no iba a marcar la casilla de la Iglesia. “Si la Conferencia Episcopal no tiene ningún respeto a los sentimientos de los españoles, no tenemos que tener ninguna consideración a sus ganas de cobrar”, llegó a decir. Sus huestes calificaron a los obispos de “cobardes” y “traidores” y se llamó a un escrache en la sede de la Conferencia Episcopal en el que se vivieron momentos complicados, especialmente en el caso del cardenal de Madrid, cuyo coche fue zarandeado.
En el segundo caso, Vox acusó a la Iglesia de no defender las tradiciones y los valores católicos de España, y de plegarse –como hizo, en su opinión, Bergoglio– a la manida Agenda 2030:7 “Para hablar de un tema tan serio hay que tener un mínimo conocimiento de lo que se habla, y no un discurso vacío, político y demagógico”, dijo a la CEE el portavoz de Inmigración del partido, Samuel Vázquez.
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