La Iglesia española, a través de un representante del Arzobispado de Madrid (el delegado de Liturgia, Daniel Alberto Escobar), trabaja en un clima "sereno", de buena sintonía, asesorando al Jurado internacional que en estos días examina los 34 proyectos presentados ante el Ministerio de Justicia para el concurso de resignificación del Valle de Cuelgamuros.
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Se espera que a lo largo del verano haya un dictamen sobre el proyecto vencedor en una primera fase, en la que se seleccionarán un máximo de diez propuestas. Dos meses después, en una segunda fase, se elegirá el proyecto ganador, que recibirá un premio con una cuantía de 60.500€ en calidad de anticipo.
Según apuntó este fin de semana el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, la idea del Ejecutivo es arrancar las obras a lo largo de esta convulsa legislatura.
Tal y como ha podido confirmar RD, la participación de la diócesis está siendo muy valorada por los expertos, conscientes de la relevancia de la visión de la Iglesia para ofrecer los ecos que cada intervención puede tener en el lugar, y de la necesidad de “escuchar la sensibilidad religiosa” dentro del espacio.
Por su parte, la diócesis está insistiendo en la aportación de la Iglesia a la paz y la reconciliación en el complejo, así como en que se respeten los espacios litúrgicos y de vida monástica en la basílica y la Abadía. El Gobierno ha asegurado que el proyecto elegido no atentará contra los símbolos religiosos ni contra el decoro del monumento, propiedad de Patrimonio Nacional.