‘¡El momento de defender la vida!’, proclaman los organizadores del Católicos y Vida Pública Reig Plá: "Ya basta de decir que el aborto es el derecho a decidir, ¡no, hombre, que no!"

Restán, Reig, Ginés y Argüello presentan el Católicos y Vida Pública
Restán, Reig, Ginés y Argüello presentan el Católicos y Vida Pública

Los tres prelados abogan por una mayor presencia de católicos en la política, los sindicatos, la empresa o los medios de comunicación

Luis Argüello: “En la vida, como en el fútbol, y yo soy futbolero, la mejor defensa es un buen ataque”

Ginés García Beltrán: “Estamos ante una cultura del usar y tirar, también en lo que se refiere a la vida. La vida que no llega a un nivel aceptable, pues no merece la pena”

El obispo de Alcalá de Henares denuncia el “dogma laicista” y advierte que “la batería de leyes que están presentando en España son tremendamente injustas"

‘¡El momento de defender la vida!’. Este es el lema del XXII Congreso Católicos y Vida Pública, que del 14 al 16 de noviembre próximos se celebrará, en su modalidad virtual (la pandemia manda), organizado por el CEU y la Asociación Católica de Propagandistas. Un evento que se presenta como el punto de partida del asociacionismo católico en favor de la vida y contra las políticas sociales, educativas y sanitarias del actual Gobierno de coalición que, como apuntó el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plá, “son tremendamente injustas”.

Reig, el portavoz de la CEE, Luis Argüello, y el obispo de Getafe, Ginés Beltrán, moderados por José Luis Restán, protagonizaron un debate previo, en el que dejaron claras las diferencias entre la actual mayoría social y el posicionamiento de una sensible porción del episcopado español. Abrió el turno el periodista de la Cope, que advirtió de la “confusión que vivimos”, que “hace que las grandes certezas que podrían reunir a personas con sensibilidades culturales y religiosas diferentes, se haya ido difuminando”.

“Es ciertamente momento de defender la vida. No basta levantar una pancarta o apretar los puños: hay que comprender de qué se trata, cuál es la visión cristiana de la vida humana”, proclamó Restán, antes de dar la palabra al obispo auxiliar de Valladolid.

Destinos y orígenes

Luis Argüello comenzó hablando de ‘Sapiens’, de Harari, para demostrar cómo “algo se mueve en las aguas” frente a los que piensan que “el amor, o la vida, pueden ser una experiencia solo de las máquinas”.

“La pregunta sobre nuestro destino está respondida en nuestro origen, dice Ratzinger”, apuntó el portavoz de la CEE, quien reivindicó la Evangelium Vitae de Juan Pablo II como “una encíclica de la Doctrina Social de la Iglesia, aunque los especialistas se niegan”, y defendió “un movimiento en favor de la vida” en España. “En la vida futbolera, y yo soy futbolero, la mejor defensa es un buen ataque”, culminó.

Por su parte, el obispo de Getafe comenzó admitiendo una “crisis cultural de la visión judeo-cristiana-helenista del hombre”, cuya alternativa “es ambigua” y trae consigo “una ideologización del hombre y de la vida”.

Una tesis demoledora: nada es verdad. Y si nada es verdad, todo está permitido”, advirtió el obispo de Getafe, quien denunció el “debate ideológico” en el tema de la vida en España. “En el fondo, está en juego la concepción de la verdad y de la libertad”, señaló.

¿Dónde se puede cortar, y dónde no?

El streaming le jugó una mala pasada al prelado, pues no pudieron escucharse completas sus palabras en referencia al aborto y la eutanasia, pero sí al advertir que “estamos ante una cultura de lo efímero, del usar y tirar, también en lo que se refiere a la vida (...). La vida que no llega a un nivel aceptable, pues no merece la pena”

“¿Dónde se puede cortar, y dónde no?”, se preguntó, lamentando que “podemos decir tranquilamente, la vida no vale nada. Y esto es grave”.

Finalmente, Ginés advirtió del individualismo que hace que “los otros se convierten para mí en un límite, incluso en una amenaza. La gran enfermedad de nuestro tiempo es la soledad”. “Hay mucha gente que hoy se siente una carga, y no un don, y pienso en la madre gestante y en las personas mayores. Una carga en la familia y en la sociedad, que genera una relación contractual: yo pago, para que tú me trates bien, y en el momento que pueda, te quito de en medio”.

“¿Quién ha puesto el límite de edad para que cuando llegue un señor de 80 años al hospital y se le dé morfina, y ya está? ¿Qué diferencia hay entre 79 y 80? ¿Quién pone ese límite?”, denunció el prelado, señalando lo que Juan Pablo II denominó ‘cultura de la muerte’, y que Francisco apunta como ‘cultura del descarte’.

Una sociedad nihilista

Finalmente, Reig Plá subrayó que “en estos momentos estamos ante una sociedad nihilista, que ni siquiera quiere preguntarse por la verdad”, abogando por “desprivatizar el debate en torno a la vida”.

“Estamos dentro de un espacio totalmente ideológico, que ha creado una mentalidad muy distanciada de la realidad”, con “proyectos de ingeniería social que están cambiando la vida de los españoles”, un auténtico “dogma laicista”. Esta sociedad no tiene respuestas ni para el sufrimiento ni para el dolor. Una sociedad como la nuestra, nihilista e ideologizada (...). La batería de leyes que están presentando en España son tremendamente injustas”.

“Ya basta de decir que el aborto es el derecho a decidir, ¡no hombre, que no! Hay que remediar las situaciones, no eliminar al que está sufriendo”, culminó.

Generar un pueblo

En sus conclusiones, Argüello abogó por “anunciar con obras y palabras el kerigma y su dimensión social”. ¿Cómo? “Generando un pueblo... La DSI corre el riesgo de convertirse en una pila de libros en una estantería. necesitamos generar un pueblo, para que haya esta presencia en la vida pública, que nos permita escucharnos unos a otros, para desde ahí hacer el anuncio de lo que creemos”, aunque, lamentó, “a veces, proponer lo obvio te sitúa en la caverna”.

Por su parte, García Beltrán vio este tiempo como “un tiempo con muchas dificultades, pero también con muchísimas posibilidades”, y abogó por el testimonio, “un lenguaje que entiende todo el mundo”. Y, también, “una presencia de la Iglesia en la vida pública, una asignatura que sigue estando pendiente en España”. “Una presencia en diálogo. Vivimos en un mundo especialmente sensible al diálogo, aunque cada uno tenga su canción”, concluyó.

Finalmente, Reig Plá volvió a denunciar “el eclipse de Dios, que nos ha dejado a oscuras y ha provocado el colapso de la mente, la perversión de la libertad y el apagón de la conciencia moral”.

Hoy España necesita políticos católicos, los sindicatos también, las instituciones y medios de comunicación también”, finalizó.

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