Entrevista al arzobispo de Compostela con motivo de la festividad de Santiago Francisco Prieto: "No ideologicemos el Evangelio, no confundamos la teología con la ideología"

Francisco Prieto
Francisco Prieto

"El papa León, ya en sus primeras palabras, nos recordaba que el cristiano debe tender puentes, no levantar muros; nos invitaba a escuchar sin juzgar, a no cerrar puertas, dejando de lado incomprensiones y prejuicios. Y nos urgía a recorrer un camino de comunicación de paz, desarmando las palabras y promoviendo el diálogo"

"En el origen de la civilización europea se encuentra el cristianismo, sin el cual los valores de la dignidad, libertad y justicia resultan incomprensibles. En nuestro mundo multicultural tales valores seguirán teniendo plena valor si saben mantener su nexo vital con la raíz cristiana que los engendró"

"Frente al odio y la violencia verbal, propongamos la ternura y el perdón, aunque nos llamen ingenuos". El arzobispo de Compostela, Francisco Prieto, afronta una nueva celebración de Santiago, este viernes 25 de julio. En tiempos de polarización, Prieto reivindica la figura del apóstol no como un Santiago 'Matamoros', y el Camino, como "símbolo de encuentro, aportando un valor de fraternidad universal y fomentando el diálogo, la convivencia y el respeto mutuo".

En esta entrevista, el arzobispo rechaza "análisis, valoraciones, detalles e historias" que buscan "relatar con propósito de verdad casi 'dogmática' y retratar con brocha gruesa o pincel fino todo lo que se pueda referir al Papa Francisco o al Papa León", y recuerda que "no me importa el apellido. Es Pedro".

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¿Cómo afronta la fiesta de Santiago de este año?

Cada celebración del Apóstol, y esta será para mí la quinta desde 2021 (dos como Auxiliar y tres como Arzobispo) es un momento que se vive entre lo habitual y lo inesperado. Entre la multitud de peregrinos y visitantes que llenan Santiago y la solemnidad y bellezas celebrativas, procuro vivir con sencillez y hondura cada gesto y cada palabra. Este año, especialmente, en el marco del Jubileo Romano, quisiera celebrar la fiesta del Apóstol bajo el signo de la esperanza, aquella que dice Dante que resuena aquí en Santiago, y que nos viene de Dios. La esperanza cristiana no es un optimismo barato. No se trata de pensar que todo va a salir bien simplemente porque queremos que así sea. Nuestra esperanza no se basa en los datos del momento, ni en las encuestas, ni en nuestras propias fuerzas. Se basa en una promesa: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).

Francisco Prieto
Francisco Prieto AC

¿Qué nos dice Santiago a la España de hoy?

La figura del Apóstol Santiago, profundamente arraigada en la tradición cristiana y en la cultura europea, especialmente en España y América Latina, es una llamada a la unidad, a la búsqueda espiritual, a la acogida y al compromiso ético. Estos valores son esenciales para construir una sociedad más humana y solidaria. Santiago es un eje de identidad religiosa y cultural que refuerza el sentido de pertenencia a una herencia común de raíz cristiana.

El mismo Camino de Santiago, asociado a la figura del Apóstol, se ha convertido en un símbolo de encuentro, aportando un valor de fraternidad universal y fomentando el diálogo, la convivencia y el respeto mutuo.

Santiago, como personificación del peregrino, representa la búsqueda de sentido, la transformación personal y el esfuerzo por superarse. En una sociedad muchas veces acelerada y desorientada, su figura recuerda la importancia de detenerse, caminar y reflexionar. Al mismo tiempo, la acogida al peregrino, o sea la hospitalidad, ha sido un valor clave en torno al apóstol Santiago, un valor esencial que contrasta con el individualismo y el aislamiento contemporáneos. Como apóstol y mártir, Santiago representa el compromiso con la verdad, la fe y la justicia, incluso ante la adversidad. En una época de crisis de referentes éticos, su figura puede inspirar una vida con sentido y entrega.

Monseñor Francisco Prieto. Ofrenda al Apóstol Santiago
Monseñor Francisco Prieto. Ofrenda al Apóstol Santiago Archisantiago

A veces se suele identificar la figura del Apóstol bajo el epígrafe del ‘matamoros’, de un símbolo de un modo de entender España en el que no caben otras miradas. En estos tiempos de polarización, ¿cómo podemos romper con esa visión?

Podemos empezar por mirar y redescubrir al Apóstol Santiago en aquello que lo describe de modo genuino: discípulo y mártir, o sea, testigo del Evangelio de Jesús. Y desde este rostro apostólico, en medio de esta sociedad tan extremada, somos llamados, como Iglesia, a ser transparencia y cauce de Evangelio, teniendo esa palabra y gesto oportunos con sabor evangélico. En Fratelli tutti(2020), el papa Francisco nos proponía superar la polarización mediante una fraternidad abierta que trascienda fronteras, ideologías y religiones. Tendríamos que, valga la redundancia, cultivar una cultura del encuentro. Y el papa León, ya en sus primeras palabras, nos recordaba que el cristiano debe tender puentes, no levantar muros; nos invitaba a escuchar sin juzgar, a no cerrar puertas, dejando de lado incomprensiones y prejuicios. Y nos urgía a recorrer un camino de comunicación de paz, desarmando las palabras y promoviendo el diálogo. 

Y, por favor, no ideologicemos el Evangelio, no confundamos la teología con la ideología. La fe no es una divisa ideológica, sino que, como alguien dijo, no es una bandera que se muestra con gloria, sino una vela encendida que se lleva en la mano entre la lluvia y el viento, en una noche de invierno. Frente al odio y la violencia verbal, propongamos la ternura y el perdón, aunque nos llamen ingenuos

El Camino de Santiago a su paso por la provincia de Palencia
El Camino de Santiago a su paso por la provincia de Palencia EFE

Europa se construyó caminando hacia Compostela. ¿Cómo reivindicar la fuerza del Camino, de la religiosidad, para la construcción de un futuro en común?

El Camino de Santiago es una red intensa, preciosa, de presencias del pasado y del presente, un inmenso mosaico de testimonios de historia, de arte, de religiosidad, de actos y actitudes de generosidad gratuita, que lo convierten en una ruta que ofrece al peregrino una posibilidad única de experimentar cada día una historia de belleza, de verdad y de bondad humanas. Y especialmente una historia de belleza, de verdad y de bondad divinas.

El camino de Santiago surge como un camino de la conciencia cristiana hecho desde la fe y con la fe. Hoy, con nueva actualidad, vuelve a cobrar sentido como camino de renovación religiosa, de conversión, de fe en Jesucristo, de redescubrimiento de la propia identidad cristiana, de comunión eclesial y, por tanto, de reconciliación, de unidad y de paz entre todos los hombres.

Peregrino
Peregrino

En el origen de la civilización europea se encuentra el cristianismo, sin el cual los valores de la dignidad, libertad y justicia resultan incomprensibles. En nuestro mundo multicultural tales valores seguirán teniendo plena valor si saben mantener su nexo vital con la raíz cristiana que los engendró. Así, cabe la posibilidad de edificar sociedades habitadas por “una sana laicidad”, tal como proponía el papa Benedicto XVI (frente al laicismo, en cuanto excluyente y hostil), sin contraposiciones ideológicas, en las que encuentran igualmente su lugar el oriundo, el autóctono, el creyente y el no creyente.

¿Cómo ha vivido este año, con la muerte de Francisco y la elección de León XIV?

Os invito a entrar en la basílica de san Pedro en Roma, en su atrio, justo antes de traspasar la puerta de los Sacramentos, y volver la mirada hacia la plaza y hacia lo alto para descubrir, sobre la cancela central, los restos (reconstruidos) del famoso mosaico de la navicella del Giotto, obra salvada de la anterior basílica medieval: los apóstoles en plena tempestad guardan el equilibrio en la frágil barca y observan como Cristo, caminando sobre las aguas, sostiene con su mano a Pedro para que no se hunda. En esa obra del genial Giotto pensaba cuando, en aquellos días, se ofrecían análisis, valoraciones, detalles e historias que pretendían relatar con propósito de verdad casi “dogmática” y retratar con brocha gruesa o pincel fino todo lo que se pueda referir al Papa Francisco o al Papa León.

Francisco José Prieto, arzobispo de Santiago de Compostela
Francisco José Prieto, arzobispo de Santiago de Compostela

Prefiero navegar entre la memoria agradecida y la esperanza que no declina, tal como nos invita este Año Jubilar Romano. Recuerdo muy bien aquella mañana del lunes de Pascua, 21 de abril, cuando nos sorprendió la noticia de la muerte del Papa Francisco, y cuando la emoción y la conmoción iniciales dejaron paso al sereno momento de los tiempos de Dios, que nos empeñamos en apurar y reconducir, por cierto, sin éxito. Cuando en la tarde del 8 de mayo la fumata se tornaba inconfundiblemente blanca y escuchamos más tarde el nombre del nuevo Papa, pensé sencillamente y con gozo: de nuevo Pedro entre nosotros. No me importa el apellido. Es Pedro.

¿Qué mensaje podemos dar a tantos peregrinos que, cada año en mayor número, acuden a la llamada del Apóstol?

Una invitación: poneros en camino siguiendo las huellas de Cristo, para abrir senderos de reconciliación, de escucha y de paz. El Camino de Santiago es un itinerario de conversión, de redescubrimiento de la fe y de comunión eclesial, que nos recuerda que somos peregrinos hacia la casa del Padre. Que sea una oportunidad para buscar a Dios y dejarse encontrar por Él. Y, al mismo tiempo, una espléndida vía de humanidad y humanización, pues nos descubre la necesidad de tener metas y horizonte para caminar en la vida con sentido y hondura, nos induce a conocernos y aceptarnos como compañeros de camino, y suscita actitudes y compromisos de hospitalidad y acogida del otro. Se trata de apreciar, con Don Quijote, que “vale más camino que posada”, o que “el camino es mejor que la posada”.

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