Sin cuidar del planeta nos moriremos de pobreza
¡Qué coincidencia!: un Expresidente y un Arzobispo
Jesús de Nazaret aportó un cambio revolucionario que todavía no se ha comprendido comprenido en todas sus dimensiones, ni mucho menos puesto en práctica.
| Faustino Vilabrille
Terminábamos el Comentario del domingo pasado con esta reflexión:
¿QUE PODEMOS DECIR?: La Humanidad y el Planeta de nuestro tiempo, sí necesitan y mucho del Mensaje de Jesucristo, porque las injusticias, las desigualdades y los sufrimientos que nos estamos infligiendo unos a otros, y especialmente a los más empobrecidos y necesitados, incluida la Madre Tierra entre ellos, son un grito desgarrador que no debemos ni podemos dejar de oír y que necesitan una respuesta esperanzadora. En el próximo comentario diremos algo de esto.
Estos son algunos datos que ofrece el panorama del mundo actual: después de leerlos, sin duda concluiremos que Jesús y su Evangelio suponen un cambio revolucionario, que aun no hemos comprendido y ni mucho menos puesto en práctica.
-migrantes muertos o desaparecidos en 2020: 1471 en el Mediterráneo, 849 en el Atlántico. (Fuente OIM).
-migrantes muertos o desaparecidos en lo que va de 2021: son ya más 600 africanos.
-700.000 suicidios en 2019 con una alta tasa en jóvenes de 15 a 29 años: ¿Dónde está el sentido de la vida?
-la degradación de la tierra y el fracaso de las políticas medioambientales socaban el bienestar de 3.200 millones de personas, sobre todo en el Tercer Mundo, o países en vías de desarrollo.
-En el Sahel, África, (que abarca total o parcialmente estos países: Argelia, Burkina-Faso, Chad, Libia, Mauritania, Níger y Senegal), antes del cambio climático, se producían sequias cada 10 años, ahora cada tres. Eso hace que la población destinada mayoritariamente a la agricultura y a la ganadería, sea vulnerable de forma crónica, y cada día haya más miseria y aumenten los empobrecidos.
-China, Corea del Sur, Reino Unido, Francia, Alemania y Rusia ya han obtenido 29 licencias para explorar las profundidades marinas en busca de cobalto, níquel o manganeso: eso es violar el sagrario más recóndito de la vida acuática, con consecuencias incalculables para el medio marino y humano, porque el verdadero pulmón del planeta está en los océanos, pues el fitoplancton produce entre el 50 y el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera. Los bosques y selvas del planeta, y en especial la selva amazónica, son imprescindibles para la vida de la tierra, porque también producen el 28 % del oxígeno. Pero los organismos unicelulares del fitoplancton son los principales productores del oxígeno que respiramos, porque producen unos 27.000 millones de toneladas de oxígeno al año, a la vez que entierran unas 10 gigatoneladas de carbono en las profundidades de los océanos. Esos microorganismos realizan una doble función esencial para la vida: liberar oxígeno a la atmósfera y retirar de ella grandes cantidades de CO2 (Fuente: National Geographic). Con esas licencias estamos diciendo que nos preocupa muy poco cuidar la vida.
-en 2020 se registraron 30,7 millones de nuevos desplazamientos de tierras, que desde 1970 se han duplicado, causados por el cambio climático, provocando millones de desplazamientos humanos forzosos: a finales de 2020 ya sumaban más de 82.4 millones de personas desplazadas a causa de las guerras, los conflictos, las persecuciones, la violencia y las violaciones de los derechos humanos. (Fuente ACNUR).
-Cada día 24.000 personas mueren de hambre en el mundo y, de ellas, 18.000 son niños y niñas de entre uno y cuatro años: ¡qué horrible ver a una persona o a un hijo morir de hambre! (Fuente: FAO). Lo hemos visto en Cahabón (Guatemala) en el Dispensario Betánia y también en otros dos de Ruanda. ¡Qué impotencia, y hasta qué rabia contra las causas, los causantes y los indiferentes, te invaden en esos momentos, cuando ves a otras personas pasarse la vida, año tras año, yendo de un lado para otro en cruceros de lujo, o gastarse millones en viajes espaciales!
-A la vez que tantos miles de personas se mueren de hambre, 672 millones de adultos en el mundo sufren obesidad y 40 millones de niños, menores de cinco años, tienen sobrepeso.
Por otra parte estamos tirando anualmente 4689 millones de toneladas de comida a la basura, sin contar frutas, hortalizas, caza, frutos secos, etc. A nivel mundial supone 121 kilos desperdiciados por persona y año, que en España es de 169 kilos. (Fuente: (PNUMA-WRAP, Alimenta ODS).
¿Qué hay detrás?: