Jubileo Sinodal: taller de teólogos Cannavina y Luciani ofrecen en Roma claves para una Iglesia participativa y misionera
Entre las sesiones del Jubileo de los Equipos Sinodales y de los Organismos de Participación, que se celebra del 24 al 26 de octubre en el Vaticano, se desarrolló el taller “La práctica del sensus fidei en la vida de la Iglesia local”
La conducción del taller estuvo a cargo de Daniela Cannavina y Rafael Luciani, quienes ofrecieron una reflexión sobre el sensus fidei y el discernimiento en la vida eclesial
Marcado por la escucha y la comunión, las bases ofrecidas por los especialistas permitió profundizar en dos temas decisivos del camino sinodal: la participación de los fieles en la fe y el discernimiento como dinamismo espiritual de la misión
Marcado por la escucha y la comunión, las bases ofrecidas por los especialistas permitió profundizar en dos temas decisivos del camino sinodal: la participación de los fieles en la fe y el discernimiento como dinamismo espiritual de la misión
| Luz Marina Medina
(ADN Celam).- Entre las sesiones del Jubileo de los Equipos Sinodales y de los Organismos de Participación, que se celebra del 24 al 26 de octubre en el Vaticano, se desarrolló el taller “La práctica del sensus fidei en la vida de la Iglesia local”, un espacio formativo y de reflexión destinado a profundizar en la experiencia del Pueblo de Dios que, guiado por el Espíritu, discierne y camina unido en la misión.
La conducción del taller estuvo a cargo de la hermana Daniela Cannavina, integrante del Equipo Continental para América Latina y el Caribe en la recepción del Sínodo, y del teólogo Rafael Luciani, miembro de la Comisión Teológica Internacional, quienes ofrecieron una reflexión sobre el sensus fidei y el discernimiento en la vida eclesial.
Marcado por la escucha y la comunión, las bases ofrecidas por los especialistas permitió profundizar en dos temas decisivos del camino sinodal: la participación de los fieles en la fe y el discernimiento como dinamismo espiritual de la misión.
"Luciani: El gran reto es crear una cultura del consenso eclesial, capaz de manifestarse en estilos, eventos y estructuras que den cauce a un nuevo modo de proceder en la Iglesia del tercer milenio"
Caminar juntos exige escuchar, orar y decidir en común
En su exposición, la religiosa Daniela Cannavina propuso el tema “El discernimiento como práctica espiritual al servicio de la misión”, resaltando que este constituye una categoría decisiva para comprender y poner en práctica la sinodalidad en la vida eclesial. Afirmó que el discernimiento es el núcleo que impulsa el proceso sinodal, facilitando leer los signos de Dios en la historia, transformando los conflictos y sosteniendo la unidad en la diversidad.
Inspirada en la experiencia de los primeros discípulos narrada en los Hechos de los Apóstoles, señaló que el discernimiento fue desde los inicios una experiencia comunitaria sustentada en la oración, el diálogo y la docilidad al Espíritu. Explicó que este camino “se nutre del sensus fidei comunicado por el Espíritu a todos los bautizados y conduce a decisiones pastorales que brotan de la participación corresponsable”.
La religiosa insistió en que el discernimiento exige una profunda disposición interior —humildad, libertad interior, escucha recíproca y parresía— para que sea una auténtica experiencia del Espíritu y no una mera dinámica de grupo.
El Espíritu se manifiesta en todos los bautizados
Por su parte, el teólogo venezolano Rafael Luciani subrayó que el sensus fidei, o sentido sobrenatural de la fe, “no es una prerrogativa exclusiva de algunos, sino un don del Espíritu Santo presente en todos los bautizados”. expuso que, según el Concilio Vaticano II, la Iglesia nace del Pueblo de Dios y se edifica sobre la corresponsabilidad de todos los bautizados para cumplir con la misión evangelizadora.
Explicó que esta visión rompe con la lógica verticalista del pasado, pasando de una estructura piramidal a una comunidad fundada en la fe de todos los creyentes. “El Espíritu se manifiesta libremente a través de muchas mediaciones —no solo ministeriales— y su presencia se discierne en la escucha mutua, el diálogo y la construcción de consensos”, afirmó.
El teólogo agregó que redescubrir el sensus fidei conlleva “asumir una eclesiología vivida”, donde la sinodalidad se traduzca en procesos auténticos de diálogo, corresponsabilidad y discernimiento comunitario.
Una Iglesia que aprende del Espíritu en comunión y misión
Ambos expositores coincidieron en que la sinodalidad encuentra su fuerza en el sensus fidei y en el discernimiento comunitario, dimensiones inseparables según los especialistas. Son realidades donde se revela el Espíritu que construye una Iglesia fraterna, corresponsable y misionera.
“El gran reto —señaló Luciani— es crear una cultura del consenso eclesial, capaz de manifestarse en estilos, eventos y estructuras que den cauce a un nuevo modo de proceder en la Iglesia del tercer milenio”.
Las conclusiones del taller iluminaron el Jubileo Sinodal con una perspectiva teológica y pastoral que resalta la centralidad del Espíritu y la vocación del Pueblo de Dios a ser una Iglesia en salida, al servicio de la comunión y la misión.