Fratria aragonesa (y Vivencias y convivencias 32)

La manía aragonesa es una mañía que consiste en llamarse mutuamente maño o maña, que significaría hermano o hermana. Al modo como los mexicanos se llaman mano o manito, y los afroamericanos hermano (brother). Pero aquí en Aragón esta manía o mañía es como una vieja compañía que nos acompaña especialmente en Zaragoza, así pues en la capital maña. Por eso algunos piensan que maño podría significar magno o grande, por cuanto se usa específicamente en la gran urbe aragonesa, a la que alguna vez hemos denominado por su grandeza o magnitud como Zaragón.

Así que maño significaría grande o hermano, aunque no gran hermano en su sentido negativo o autoritario. Todo lo contrario, maño vería en el otro alguien majo y afín, hermanado, tanto si se deriva de alguna rara etimología que lo remite al trato fraterno que se daban los mudéjares aragoneses, como si se hace derivar más ampliamente de una versión cristiana de fraternidad interpersonal y cívica. Es como tratar al otro de forma igualitaria, basada sin duda en un toque coterráneo de parecido familiar.

En El Criticón de nuestro Baltasar Gracián se nos ofrece un tipo de hermandad complementaria entre Andrenio el pasional y Critilo el racional, urdiendo entre los dos una especie de fraternidad de contrastes. Curiosamente ambos buscan la felicidad (Felisinda) en el eterno femenino: la madre el uno y la esposa el otro. La odisea vital de ambos personajes deja un poso de desengaño existencial, el cual reaparece en el último héroe aragonés: el Pedro Saputo de Braulio Foz. Se trata de un héroe antiheroico que simboliza la hermandad y fratriarcalidad de los humanos, abocados a entenderse bien que mal en las encrucijadas de su existencia. Solo que este entendimiento interhumano sufre el mismo desengaño gracianesco, adquiriendo un versión somarda o socarrona de la vida.

El héroe aragonés trataría de mediar gracianescamente entre la razón y la pasión, o burlescamente entre las contradicciones de la vida protagonizada por el sabio Saputo. Es una mediación fratriarcal, ya que trata de hermanar y remediar las contradicciones de la vida humana, aunque recurriendo finalmente a una re-visión socarrona o socarrada de nuestra coexistencia. Una visión crítica que reaparece en nuestro Goya sensiblemente, así como en nuestro Buñuel surrealmente. Es una actitud corrosiva de lo inhumano, en nombre y en pro de un hermanamiento interhumano.

Uno piensa que esta visión aragonesa de un mundo precisado de articulación de un sentido amenazado por el sinsentido, resulta sintomática de la propia posición física de Aragón, situado geopsíquicamente entre los contrarios: el mediterráneo y el atlántico, Barcelona o Cataluña y Madrid o Castilla, Europa e Iberoamérica. En efecto, Aragón es una encrucijada simbolizada por la Madona del Pilar, a la vez pagano y cristiano, matriarcal y patriarcal, hispánico e hispano. Quizás por todo ello funge de Fratria y predica explícita o implícitamente hermandad y hermanamiento político y cultural.

Entre el estado que encarna la patria y la nación que encarna el origen o nacimiento, Aragón simboliza hoy en día la fratria que posibilita el diálogo entre la patria estatal y la matria nativa,entre el centro y la periferia, entre los contrarios u opuestos mediados relacionalmente. Pues bien, en este mismo territorio aragonés, mediador y mediado, renace el concepto emergente de fratria y fratriarcalidad, frente al puro estado central y al impuro nacionalismo periférico. Pues la fratria se basa en la fratriarcalidad, así pues en la vieja manía o mañía aragonesa de llamarse recíprocamente maños, es decir, grandes y hermanos.

VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS

---Dios nos ama como somos: la Iglesia como deberíamos ser.

---Amar es desarmar: armar es desamar.

---¿Amarse o armarse?: amarse para no armarse, y armarse por si no amarse.

---La violencia es maniquea: el maniqueísmo es violento.

---El yo es disjunción conjuntiva: y-o.

---En la vejez decrece la luz: pero crece cierta lucidez.

---Frente a los superhéroes de papel han aparecido los supermonstruos también de papel: el viejo mito del héroe y el dragón pierde hoy realismo y gana en surrealismo.

---Dícese que el papel está en crisis: pero no el papel realmente higiénico.

---Este mundo tiene mala pinta: y el otro Dios dirá.

---El arte de la pedagogía consiste en enseñar al que no sabe lo que no sabemos.

---Stevenson afirma que no huyó nunca del miedo: pero quizá el miedo lo persiguió siempre.

---Nada viviente acabará viviendo: excepto esa enigmática nada viviente (¿!).

---Nuestros antepasados eran conservadores: navegaron hasta la India y las islas de las especias para conseguir la pimienta con la que conservar la carne.

---La enfermedad del médico, el pecado del cura, el egoísmo del político: y la insapiencia del sabio.

---La soledad es un cero a la izquierda de uno: la compañía es un cero a la derecha de uno.

---La oscuridad aclara lo claro: porque decanta la trasparencia.

---El simbolismo como trasfiguración: sublimación cultural.

---A unos les da vida la muerte: a otros les da muerte la vida.

---Mi filosofía es contrastativa y no castrativa: contrasta los contrastes asuntivamente (coimplicacionismo).

---A menudo necesito pasear al aire libre para quitarme la costra humana: propia y ajena.

---Ser hombre es ser una castaña pilonga: ser mujer no lo sé (quizás la castaña no sea pilonga).

---Idealizar a la mujer es exigirle demasiado: y ser defraudado.

---El filósofo quiere reconciliar el mundo, pero el mundo no le entiende: el mundo se desentiende.

---Nuestros políticos se mojan: en la playa.

---El viejo pierde amigos que ya no los reemplaza.

---Los necios nos dan lecciones de neciedumbre: y los tontos de tontonazgo.

---El Tinglado del mundo como Thinglado o Dinglado: el Gestell heideggeriano (la cosificación y masificación).

---El tonto no me entiende y el listo me malentiende: solo el necio me entiende (t)ortizeramente.

---Veo que mi arquetipo se ha desgastado: reconvertido en tipo.

---No hay que matarse por los muertos: ya están muertos.

---En francés “à bientôt”, en español a tomar viento: en alemán “aufwiedersehen”, en español olvídense.

---Hay una tontona en la red que dice que digo que Jesús y Nietzsche dijeron lo mismo, y que Marcuse lo redijo: la muy dicharachera.

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