Acaparar como síndrome psiquiátrico.
De una forma u otra ya se ha estudiado suficientemente el síndrome del acaparamiento, la acumulación de riqueza, la consecución de bienes... fenómeno psicológico/psiquiátrico ligado en gran manera al egoísmo.
Hay individuos que acumulan fortunas para vivir otras mil vidas. La razón y las causas de tal crimen social las podría explicar la Psicología, pero importa menos saber el porqué cuanto el hecho.
Ninguna sociedad debe tolerar por más tiempo que una persona, un ente individual, reciba de la sociedad el equivalente a las necesidades de millones de personas, cuando no de pueblos enteros.
¿Qué hacen los dirigentes políticos contra eso? ¡Si son ellos los primeros en ponerse a la cola de la acaparación y el despilfarro! ¿Y qué hacen las religiones, qué hacen que sirva de algo? ¿Les recuerdan lo del camello y el ojo de aguja? ¿Les privan de la comunión? ¿Les expulsan de su seno?
Quizá sí o quizá no, todo depende de si esos ricos hacen donaciones a "la causa" o no. Sólo el rico descreído, en su acaparamiento, es injusto. El creyente rico "puede ser", en su riqueza, pecador, pero siempre tendrá el perdón: siempre se le presupone su buena fe.
Habría que gritar tanto que las sociedades se volvieran afónicas.
Desvelar quiénes disponen de mayores riquezas. Y preguntar una y otra vez qué sistema ha permitido tal acaparamiento de recursos; y para qué necesita un individuo tal cantidad de "energía" guardada... en bancos; y qué trabajo ha realizado para recibir tal pago; y hacerles ver cuántas vidas necesitarían para consumir su despensa? ...
El nuevo reto de la nueva civilización será el desarrollo moral y llegará cuando la persona se sienta sobradamente pagada por el reconocimiento público de sus aportaciones; llegará cuando acaparar energía –dinero, bienes, mansiones, tierras, elementos de producción, información, mercados, etc.-- se castigue con el ostracismo social, con la denuncia continuada o con la cárcel.