¿Comentarista, talibán, crédulo, fraile, insultador,..?

Hay en Madrid una calle dedicada a uno que fue Fiscal del Consejo de Hacienda Real, otros dicen que alcalde, en tiempos de Felipe III, Gil Imón, propietario del Campillo de su nombre y de las casas de la C/ San Bernabé --en esta calle murió el célebre Duque de Osuna, contemporáneo del suceso que a continuación se refiere-- donde está enclavado el Hospital de la Orden III de San Francisco.
En su tiempo la celebridad de Don Gil Imón le vino no por sus cargos y posesiones, sino por sus tres díscolas hijas --Dª. Fabiana, Dª Feliciana y Dª Isabel--, rebeldes ante la pragmática suntuaria del rey citado. Copio a Pedro de Répide, "Las Calles de Madrid":
"Prohibíase entre otras cosas, el uso de guardainfante por costoso, superfluo y ocasionado a pecar; limitábase la cantidad de seda que podía llevar una basquiña; no se consentí que las mujeres trajesen verdugados en los zapatos y, en fin, mandábase que ninguna daba pudiese llevar jubones descotados si no eran las que vivían de su cuerpo".
Las tres mozas, instigadas por su madre, Dª Leonor de la Vega, la misma tarde en que se ponía en vigor la pragmática, salieron por el Prado vestidas de tal guisa que los corchetes dieron en prenderlas, aunque ellas, en el coche que allí las condujo, regresaron a casa, donde las esperaba su severo padre, que desde entonces las obligó a vestir con hábitos monjiles y a salir de paseo con él.
Madrid supo de todo eso, rió con el suceso y este hecho fue comidilla social durante un tiempo.
De este hombre procede el nombre, el "palabro" que sugiere, porque Don Gil Imón, más que nada para tenerlas controladas, solía pasear con sus hijas --a las jovencitas las llamaban "pollas"-- por el campillo que cita Pío Baroja en "La Busca" y las acompañaba a los bailes que los de su condición celebraban. La gente solía decir: "Ahí van Gil y sus pollas".
Este largo excurso no tiene otro motivo que dar un rodeo semi ilustrado para dar a conocer gentes émulas de Don Gil Imón como aquél que es el objeto de mi diatriba, el comentarista que firma como "Promiscato".
Según los datos que he ido recogiendo, tal Promiscato es heredero "niqueado" del anterior Miscato. Alguien me hizo caer en la cuenta de que tal acrónimo proviene de "misiones católicas franciscanas", lo que casa bien con otros datos que me han ido llegando, sin citar el nombre: franciscano, residente en Tánger, que en otros blogs firmaba como "secundino", fundamentalista visceral, integrista, sin otros argumentos que la Biblia (sobre todo el A.T.) y los escritos del siglo XVI.
Con personas como éstas es imposible contender. No viven en la realidad del común de los mortales. Cerradas sobre sus querencias conceptuales, mentecatos integrales, imposibilitadas de salir de sus vicios mentales, personas que lo único que muestran es la zafiedad de pensamiento de que hacen gala, con un muestrario de argumentos que los convierten en crédulos de lo más obtuso.
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Me dirijo a él directamente:
Don PROMISCATO, Ud. vive SÓLO de SUS libros. Pero sólo de algunos libros. No sabe que la historia de "su" Iglesia es, amén de variopinta, un tanto "criminal" (¿se atrevería con "Historia criminal del cristianismo" que, según mis datos, ya está publicado en España el tomo VII?)
Debiera vivir también de los OTROS libros. ¿Ha leído algo sobre la SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI o EL SIGLO XVII? Tiene muchos a su disposición. Si cita unos --siempre son citas de frailes, sus colegas, que vivían como vivían, a cuerpo de rey-- cite también a Mateo Alemán, al Lazarillo de Tormes, a Quevedo y su Buscón; lea y cite los informes, que existen, sobre mendicidad, muertes infantiles, enfermedades, desnutrición, abandono de niños, penuria, hambrunas... que coinciden en el tiempo con los sublimes deliquios de Santateresa, Sanjuandelacruz o Sanpedrodealcántara.
Y mientras tanto, los usufructuarios de infinidad de sinecuras, prelados, obispos, beneficiados, capellanes, arcedianos... vivían a cuerpo de rey gracias a los diezmos, primicias, portazgos, legados, limosnas... fruto del trabajo de quienes reventaban para mantener tal sociedad de haraganes improductivos: frailes como Ud.
Don émulo de Gil Imón: ¿no le dice nada que la sociedad de hoy, la gente del común, viva infinitamente mejor que la gente del común de esos siglos que Ud. sesgadamente cita? No sea Ud. lo que parece que es, un GyP. No defienda siglos negros, siglos de pestes sin cura pero con muchos curas, siglos de penuria, siglos de hambrunas de las que sólo se libraban vividores religiosos como Ud., donde sólo vivían bien quienes, como Ud. comían la sopa boba, en el convento, sin dar ni golpe.
Termino confesándole --¿Ud. también confiesa o es sólo hermano lego?-- mi cambio de actitud hacia Ud. Comencé por la indiferencia, dado que no me podía creer que alguien escribiera la sarta de sandeces que Ud. escribe; he continuado con la ironía y el sarcasmo; he gozado incluso con la hilaridad que me producían sus chascarrillos; he seguido con la conmiseración (sí, Ud. me ha dado pena)...
Últimamente me inunda la irritación, el disgusto, el desagrado, la desazón... porque sencillamente es imposible contender con seres de su calaña: sí, no sabe Ud. lo que me irrita escribiendo en MI BLOG de manera tan parcial, sesgada y ciega.
Váyase con sus peroratas siempre repetidas a aquellos blogs que le pueden ayudar en el ascenso por la escala de Jacob. Ud. aquí da muestras de ser ejemplo nauseabundo de lo más casposo de la credulidad.