Hermanos de Jesús, virgen madre o diosa madre.


He leído unas cuantas páginas del libro del profesor-doctor James D. TaborLa dinastía de Jesús”. Ed. Planeta. 2007 (5.95 €, precio módico que no supone obstáculo monetario para su lectura). El currículum, preparación y dedicación de este profesor no es el de aquellos que se embarcan en elucubraciones e hipótesis sobre asuntos religiosos (como este blog, diría el comentarista de todos conocido). Dice la solapa del libro que James D. Tabor basa su obra en más de treinta años dedicados a la exhaustiva y rigurosa investigación de los primeros documentos del cristianismo y en los últimos descubrimientos arqueológicos.

No es que uno vaya a suscribir todas sus afirmaciones, pero fundamento para decir lo que dice hay. Me he fijado en un tema quizá menor en la historia del cristianismo, pero que supone un encontronazo contra esa creencia o dogma tan estrambótico cual es el de la virginidad perpetua de María, algo que se contradice con la afirmación evangélica de “los hermanos de Jesús”.

A decir verdad eso de la virginidad de María es otro de esos trágalas salidos de mentes alteradas por años de encierro, penitencias y ayunos; personajes que santifican lo anti natural proponiendo como virtud suma el modelo de vida degenerado que ellos eligieron. Vidas que podrían ser objeto de un psicoanálisis que descubriría las lacras mentales que les corroían el cerebro después de haber estragado el cuerpo.

Pero no adelantemos calificativos y vayamos a los datos. Remitimos a dos textos claros: Marcos 6.3 y Mateo 13.55, aunque tal referencia a los hermanos de Jesús aparece dos veces en el Evangelio de Mateo, dos en el Evangelio de Marcos, una en el Evangelio de Lucas y dos en el Evangelio de Juan. Algo que parecería tan natural, como que Jesús tuviera hermanos, choca frontalmente… ¡con una creencia!, la de que María fue virgen antes del parto y después del parto (lo primero, aunque difícil de creer, podría pasar pero... ¡lo segundo no tiene pase!).

En los evangelios aparecen cuatro hermanos de Jesús, Santiago, José, Judas y Simón, y se citan dos hermanas, sin nombrarlas. Ver Mat. 12.46, Juan 7.5, También Pablo habla de Santiago, hermano del Señor, y otras referencias (Gálatas, 1.19; I Cor. 9.5 y Hechos 13, 17; 15.13).

Si quitamos las costras culturales adheridas, es preciso preguntarse qué implica ser virgen y si importa mucho el aspecto fisiológico del asunto. Referido a María, estaríamos más cerca de las afirmaciones protestantes que se refieren a otro concepto de la virginidad, más en relación a la fidelidad conyugal de María y a una cierta virginidad espiritual (que tampoco sabríamos decir qué quieren decir con esto).

¿En qué fundamentan la virginidad de María, es decir, que no tuvo relaciones sexuales ni con José ni con ningún otro marido posterior (como era normal en las viudas) y que, por lo tanto, no tuvo más hijos?

1) En el concepto sobrevenido de que las relaciones sexuales son algo pecaminoso, algo impropio de la “Zeotokos”, es decir, la madre de Dios.

2) En la traducción de una palabra hebrea ambigua –‘aj--, que lo mismo podría significar hermanos que primos (lo mismo que la barragana del cura, que siempre era una sobrina). Pues si tal es la ambigüedad, también podría significar “hermanos”. De hecho Pablo escribió claramente la palabra “hermanos”: en griego sí que hay diferencia entre “hermano” y “primo” y entre “hermanos” y parientes”. “Adelfós, -ou” en griego es hermano; primo, exádelfos y pariente “sjetikós”.

La nota al pie con que la Biblia traducida por Nácar & Colunga explica tal vocablo, es un verdadero exabrupto en defensa de la virginidad perpetua de María, partiendo precisamente de una creencia surgida en la Iglesia muy tardíamente, creencia inducida, como decíamos arriba:

No han faltado ¡herejes! que, basándose en esta denominación, hayan querido atacar la virginidad de María, suponiendo que ésta tuvo otros hijos además de Jesús”. Y dice que la palabra “hermano” tiene en la Biblia un significado amplio: primos, sobrinos, parientes… Aporta citas de la Biblia donde se produce la misma confusión. Y aporta un argumento “rotundo” y convincente: en el NT nunca se dice “hijos de María” sino “hermanos de Jesús”.


El texto de Mateo 1, 25 es meridiano respecto a la vida que José y María tuvieron después. Por si a alguien le cuesta cosultarlo, dice que José no “la conoció” hasta que dio a luz un hijo y le puso por nombre Jesús”. ¿Más claro? ¿O hay que explicar ahora lo que en la Biblia se entiende por “conocer”?

El cotejo de unas y otras opiniones, induce a conclusiones más cercanas a la realidad que la que los doctrinarios fanáticos han venido afirmando:

1) María no fue virgen fisiológicamente hablando. Otra cosa sería que el concepto que la Iglesia entiende por virginidad fuera distinto. Pero… en esto como en "mi Reino no es de este mundo" es tal el peso de su tradición/traición que no pueden dar marcha atrás: María fue virgen y es la Virgen. ¡Lá virgen! Y hasta tal punto ha crecido el concepto que uno ni siquiera puede acercase al vocablo "virgen" para relacionarlo con la realidad denotada. Como mucho se atreve a decir que tal CD es virgen.

2) Precisamente el no sostener tal virginidad es lo que haría de María una persona real y no lo que ahora es, una diosa en nada diferente a otras diosas de la mitología. María recibe más culto que el mismísimo Dios Padre, como sucedía en aquellos tiempos de paganismo rampante con Cibeles y cía.

3) Afirmar que María tuvo más hijos en nada enturbiaría o cambiaría las creencias religiosas. De hecho es tan menor el asunto que ya ni se plantea siquiera: ahí sigue, sustento de letanías, denominaciones y festejos (cayendo en una mariolatría de facto, en una “diosa madre” más, como decimos)

4) Que en los primeros tiempos veían como cosa natural y digna de encomio y prestigio que José y María hubieran tenido hijos posteriores, una vez legalizado el matrimonio tal como dice Mat.1, 25. Contra argumento de los Nácar&Colunga: "La virginidad de María después del nacimiento de Jesús tiene su fundamento en los evangelios; pero su demostración clara hay que buscarla en la tradición de la Iglesia". ¡Sí señor, con dos pares!

5) Que la cultura judía lo que consideraba menoscabo y baldón para un matrimonio era el no tener hijos. La virginidad como opción personal de vida no tenía el sentido que posteriormente se le dio en el cristianismo. Otro préstamo más del prestigio que tenían en Roma las vestales.
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