Lecturas para 1'. Psicología de la Cuaresma.

El periodo de la Cuaresma incide en un aspecto de la psicología humana cual es el sentimiento de culpa, las más de las veces sentimiento inducido.

El creyente, por ese sentimiento de pecado que le han "introducido" en la sesera y con el que debe convivir, puede llegar a ser un hombre tremendamente acobardado y avergonzado. Un hombre que arrastra durante toda su vida un trastorno de "culpabilidad sin posible redención" ni siquiera por las vías crédulas.

Llevada al extremo tal situación, en otros tiempos se hablaba de "tener escrúpulos”.

Mientras la Psicología, ciencia y técnica, no penetre con su bisturí en la conciencia del pecador, no habrá “perdón redentor” para sus pecados. Sólo la introspección puede entrar en la herida.

El crédulo piadoso re-vive todos los días sus pecados, los conoce él y sobre todo –le han inculcado- los conoce Dios. Porque es posible, se dice a sí mismo, que Dios conozca otros más graves que para él están ocultos.

Y todos los días renueva esa petición de perdón. Se considera pecador “estructural”: todo su ser es pecado, su condición es ser pecador (Salmo 50), le será imposible por sus propias fuerzas desprenderse del pecado...

¿A dónde conducen tales afirmaciones en un adulto que, en su campo de trabajo, es y se considera un buen profesional? ¡A la infancia! En la infancia de todo pecador “redomado” está la clave del complejo de pecado que ha llegado a fabricar en su interior. Más bien "que le han fabricado".
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