Triángulo amoroso: Éros, Philía y Agápe/ 2

Alle Lust will Ewigkeit, will tiefe, tiefe Ewigkeit //todo amor quiere eternidad, quiere profunda, profunda eternidad (Nietzsche)
ἔστι γὰρ δὴ τῶν καλλίστων ἡ σοφία //la sabiduría es, pues, una de las cosas más bellas (Platón)
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Platón es el primero en plantear a fondo el problema con estas preguntas: ¿Qué significa el Amor y cuál es su naturaleza esencial? ¿Implica semejanza o diferencia? ¿Cuál es su finalidad? En el diálogo Lyýsis, discute Platón el problema de qué sea la philía y qué significa ser amigo (phílos), aplicado al amante y al amado. Como el diálogo es aporético, no aparece aquí una solución, pero plantea preguntas que responderá en el Banquete y en el Fedro.

En el Banquete, la discusión filosófica se centra en el Éros, un Daímon semidivino. En casa de Agatón, que hace de anfitrión, se realiza un banquete nocturno, al que también asiste Sócrates. Después de cenar se entabla una discusión filosófica sobre el Amor (Éros). Cada comensal pronuncia su discurso. El último y más profundo es el de Sócrates, quien explica la teoría del “amor platónico” (véase W.K.C. Guthrie: Historia de la filosofía griega, vol. IV, ed. Gredos).

Fedro, el primero, hace un panegírico sobre Éros como el dios más antiguo, inspirador de acciones nobles y virtuosas de amantes y amados. Pausanias, corrige el encomio de Fedro, distinguiendo dos tipos de Amor, conectados con la belleza y con Afrodita: hay una Afrodita celeste y otra terrestre o popular. De ésta, vulgar (pandemia), deriva el amor sensual, corpóreo e inferior, y de la primera, de naturaleza masculina, deriva el amor espiritual, superior, que ama el alma y la virtud (el espíritu es superior al cuerpo).

En el siguiente discurso, el médico Erixýmaco da al Amor un carácter universal, pues está en todos los seres. Inspirándose en los físicos, lo define como una fuerza cósmica, que crea la unión y armonía de los contrarios. Cita ejemplos de la medicina, de los elementos naturales (seco y húmedo, frío y caliente en las estaciones) y de la música (graves y agudos, largas y breves).

El cómico Aristófanes recurre al mito de los Andróginos y distingue tres especies de humanos. El Amor, para él no es unión de los contrarios, sino de los semejantes. De ello resulta que la union heterosexual (masculino con femenino) es inferior y la homosexual es superior. Pero el Amor más noble y verdadero es la unión de hombre con hombre, idea que resulta chocante para el pensamiento actual. El retórico y poeta Agatón ensalza a Éros como el más hermoso (kállistos de Hesíodo), el más fuerte, el más justo y el más temperante.

Finalmente, Sócrates, representando la filosofía platónica, desarrolla el discurso más importante, donde eleva el Amor del plano físico y psicológico al metafísico, mediante la escala ascendente de los diversos grados de amor. Sócrates expone lo que aprendió de Diótima de Mantinea. Refutando a Agatón (el élegchos típico del método socrático), Éros no es hermoso ni bueno (ambos conceptos van siempre unidos en el compuesto kalakaghathía). Es deseo de belleza y solo se desea lo que no se tiene. Por tanto, es carencia, privación y no plenitud, rasgo esencial del amor platónico.

Éros no es un dios, sino un semidiós (Daímon) entre otros, un ser intermedio entre los mortales y los inmortales, que desea la inmortalidad. De su madre Penía, heredó la penuria y su condición de desvalido. De su padre Póros heredó la abundancia, la sabiduría y la condición de cazador: “es varonil, osado, perseverante, gran cazador (thereutès deinós), siempre inventando algún artificio, ansioso de saber y aprendiendo con facilidad, filosofando durante toda la vida, encantador, mago y sofista”.

No es bello ni bueno, puesto que desea la belleza, que no tiene. Tampoco es sabio, como los dioses, sino amante del saber, filó-sofo, y desea poseer la belleza y el bien para ser feliz: “el Amor ama lo que es bello…es amante de la sabiduría, es decir filósofo, y como tal ocupa el lugar entre el sabio y el ignorante". Aspira a la inmortalidad de una forma doble: mediante la procreación corporal, imperfecta y la espiritual, que es la perfecta, a través de las obras de arte y del conocimiento.

El amor, se eleva con esfuerzo desde el grado inferior, el físico, al superior o ideal, metafísico. El poseído por Éros, se enamora primero de un cuerpo hermoso para poseerlo, luego de muchos cuerpos hermosos. Pero pronto descubre la superioridad del alma bella (el alma es superior al cuerpo). En el siguiente grado, contempla la belleza lde las leyes, de las tradicionesasy de las ciencias, los saberes bellos y descubre el amor por la sabiduría (philosophía).

Finalmente desde el conocimiento filosófico se asciende al grado supremo del amor, que es el conocimiento de la Idea de Belleza (autò tò kalón), que Platón identifica con la Idea de Bien (autò tò agathón). Es la Idea eterna de Belleza, cuya contemplación teorética da la maxima felicidad. Todas las demás bellezas son imitaciones y pálidos reflejos de la Belleza en sí, de la que participan. Los grados del amor son análogos a los grados del conocimineto y a los grados de la realidad, qoe ascienden de lo sensible a lo inteligible.

El Banquete termina con el contraste entre un Alcibíades excesivo y orgiástico, que entra borracho con las flautistas y un Sócrates temperante y prudente. Y al final, Platón pone en boca del mismo Alcibíades un magnífico elogio del genial Sócrates y de su superioridad ética, que destaca por la virtud de la sophrosýne (= autocontrol). Un Sócrates que por fuera parece un sátiro feo y por dentro tiene un alma admirable y bellísima.
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