Menos bromas con "Los Santos Inocentes".

Les han llamado “santos inocentes” y el pueblo, que de todo eso por increíble hace cuento, deriva tal fiesta en en “día de las inocentadas”. ¿Por qué? Porque no hay mayor inocentada que hacer creer a la gente cosas como

1. que hubo tal matanza de niños

2. que la gente tiene que celebrar una matanza... inexistente.

3. que se tiene que venerar como santos a niños... que no murieron.


De ahí que, como siempre hace el pueblo, desvíe por el camino de la risa lo que no puede conseguir por el camino del enfrentamiento.

Buscando algún origen, precedente o explicación, revolvemos en leyendas antiguas... Porque, ¿puede haber explicación normal y racional de algo que repugna al sentimiento humano?. Hoy, que se pueden comparar leyendas, que se ha estudiado todo, que se ha relacionado... es bien sabida: la matanza de los inocentes es una leyenda más que, si bien puede dar explicación a matanzas reales, sin embargo lo que reproduce es la matanza ordenada por el Faraón en tiempo de Moisés, que a su vez reproduce la leyenda hindú cuando nació el dios Krishna. Ésta nos parece la fuente más plausible de donde proceden otras similares.

Cuando Krishna nació (en Mathura, India), el sabio volador Nárada Muni habló con el malvado rey Kamsa de Mathura y le dijo que este bebé estaba destinado a matarle. Como el rey no conocía el paradero de Krishná, mandó matar a todos los kumaras (en sánscrito literalmente ‘muere fácil’, bebé de menos de dos años de edad) de la zona de Mathura.


Es de suponer que los fieles católicos celebren tal fiesta como lo que es, como legendaria. Pero a la vista de lo que sucede con otros hechos y otras festividades, mucho sospecho de que haya suficientes crédulos que mantengan todavía este hecho como real y celebren que existan en el cielo “santos inocentes”. Ya el hecho de que la Iglesia dedique una efeméride a esta leyenda es sintomático.

Y es que este relato, como otros, tiene derivaciones muy graves: no se puede mantener por irreal; es un relato de un solo evangelista (que la Iglesia sigue manteniendo que es algo revelado); se ha instituido como fiesta; hay muchas iglesias, altares, iconos... dedicados a ellos; han declarado santos a unos "inocentes" inexistentes... Y esto, en lo que hace a la racionalidad que debe regir la vida social (la individual es otra cosa), sí es grave.

No escurra el bulto, pues, el muy creyente católico cuando se le apostrofa:

 ¿cree que hubo tal matanza de niños en Belén y alrededores?

¿creen que lo que era mito en otros sitios se convirtió en realidad en Judea?

¿creen que un reyezuelo sujeto a la autoridad romana se habría atrevido a ello?

¿cree que los romanos hubieran consentido tamaño crimen?

¿cree que el “no nos es permitido condenar a nadie a muerte” respecto a Jesús sí lo era con los niños de Belén?

¿creen que el relato –único, por cierto, de Mateo— se refiere a algo ocurrido, algo real?.



Lo que en un principio pudiera parecer sonrisa misericorde necesariamente se tornará INDIGNACIÓN si quieren seguir haciendo tragar a tanta gente como verdades lo que sólo son mitos.

Si dijeran: “Son alegorías, son mitos, son formas de hablar...” quizá no dijéramos nada, que sí lo diríamos por los otros elementos concomitantes. Pero no: tratan de hacerlo pasar como algo REAL, HISTÓRICO, A CREER y DEFENDER COMO SUCEDIDO... cuando es un puro cuento que revisten con moralina.

Volvemos a la explicación lógica del porqué de tal relato: había que justificar de alguna manera que el Mesías tuviera que “bajar” a Egipto, lo mismo que lo habían hecho anteriormente sus antepasados José y Cía. La floreciente comunidad cristiana de Egipto se lo merecía. Hoy retorcerían el relato de tal manera que este Mesías tuviera que descender en helicóptero sobre la plaza Columbus, allí, en la esquina del Central Park en Manhatan.

Esta fiesta es una más de las grietas que tiene la represa de la credulidad, que si no revienta por más sitios es por la conmiseración de la sociedad civil.

Hay otra deducción que podría ser más onerosa para la Credulidad Oficial. Si esta fiesta, para mantenerla, la han de reciclar en sentido simbólico, así debe suceder con el resto de sus credos dogmáticos: Navidad, Resurrección, Ascensión, Corpus, Espíritu Santo... Y nos estamos refiriendo nada más a aspectos dogmáticos, no todavía legales ni jurídicos. A este propósito merece la pena recordar la denuncia de Cascioli presentada en los juzgados de Viterbo contra el párroco --por cierto, su compañero de seminario y amigo-- por enseñar a los niños mentiras diciendo que eran verdades: que si Cristo tal y cual.

Porque hoy son los Inocentes. Pero mañana es la Sagrada Familia. ¿Qué es eso de Sagrada Familia como reclamo para una concentración--manifestación en Madrid? ¡He ahí el paso de lo irreal a lo real y la relevancia de creer como realidades lo que son símbolos, mitos y alegorías que pretender derivar en verdades!

Esa Sagrada Familia --que tal como la pintan fue inexistente--, con su propio Derecho Canónico en la mano, es una familia ilegítima, ilegal y de vínculo desligable. Es decir, sujeta "de oficio" a divorcio. La tal familia, como la presentan y se mire por donde se mire, no es modelo a imitar en nada. Es una familia absolutamente irreal y mítica, sin consistencia ni posibilidad alguna de ser imitada.
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