Los credos políticos (1/4)
Preciso es poner nombres, porque sin ello nos quedamos dando palos al aire. Ellos son los responsables, los que aparecen en los telediarios, los que gobiernan sus feudos, los comunicadores y transmisores del ideario que los guía: Mariano Rajoy con Rubalcaba y ambos con sus Sorayas, Mª Dolores de Cospedal, Juan Vicente Herrera, Griñán, Luisa Fernández, Javier Fernández, Arturo Más, Paulino Ribero, Juan Ignacio Diego, Jopsé Antonio Monaga, Alberto Núñez, Jaime Ignaio González, Ramón Luis Valcárcel, Yolanda Barcina, Pedro Mª Sanza, Alberto Fabra, Ignacio Urkullu... Si me dejo alguno, que venga y proteste
Pues a todos ellos: ¿Les llegan los ecos de la calle? ¿Saben lo que se dice en los bares? ¿Se dan cuenta estos próceres y siempre prósperos políticos de que el foso que les separa del pueblo cada vez se hace más grande? ¿Perciben que lo que se ha venido en llamar la España oficial cada vez se aleja más de la España real? ¡Ay, Ortega, qué razón tenías!
Creo que a estas alturas de la democracia ya no hay votantes de derechas ni de izquierdas, es decir, votantes ilusionados por un ideal: lo que hay es asco, rabia, repugnancia, sentimiento de fraude y de que nos roban para que ellos, sus hijos y sus nietos vivan a cuerpo de rey.
A nuestras casas llegan, nos llegan, día sí y día no cartas exigiéndonos 90€ por haber sobrepasado en 9 Km/h el límite de velocidad... justo en el momento en que oímos cómo alguien del entorno de la casta política ha defraudo dos millones de euros, ha ocultado veinte en Suiza, ha pagado sobresueldos o se le han descubierto cuentas secretas en Lichtenstein (por cierto, se pronuncia 'a la española' "lij-tens-tain" no li-ches-tein", señores paletos de la radio, del fútbol o de la TV).
Podríamos extendernos en consideraciones, pero prefiero dejar este escrito tal como lo tengo, resumido como boceto, sinopsis o recopilación, como "puntos de meditación" sobre "temas" que se cuecen en tertulias ciudadanas. Quizá algún votante-con-cargo del PP (y del PSOE) recoja este post y lo haga llegar al Comité Federal-Provincial-Regional como ponencia para el próximo concgreso. No caerás esa breva.
Los miembros de la casta política (poner aquí los nombres arriba citados y su entorno)
• No tienen en su mente el valor ejemplarizante de los cargos públicos: hoy éstos hacen lo que quieren sabedores de que les protege la ley sin pensar en la repercusión anti ejemplar que esto trae consigo. En alguna ocasión he traído a cuento aquí lo que vivíamos en tiempos caudillistas: si en la cúspide hay un dictador, todos se sienten dictadores en la parcela que les ha tocado regir. Si hay uno, sólo uno, de los representantes del pueblo que roba o defrauda y ¡no le pasa nada! todos se creen con derecho a seguir el mismo camino.
• Han creado tal burbuja de poder y de supuesta “respetabilidad” que no parecen darse cuenta de que el pueblo la ve como un refugio, un cobijo en el cual se refugian y aislan de tal modo que no perciben nada del verdadero clamor popular.
• Para lucir su boato, su respetabilidad y ocultar sus lacras, miserias y enjuagues se rodean de medios de comunicación aduladores y lo procuran como sea, casi siempre en forma de favores cuando no en ayudas contantes y sonantes.
• También se sirven de lo que se llama "tejido productivo": alguien tiene que "hacer cosas". Para ello crean o se apoderan de un mundo empresarial que les sirve a la par que se sirve.
• No tienen el más mínimo pudor para introducirse en las empresas públicas o semi-públicas: consejos de administración repletos de políticos que en cualquier entramado verdaderamente productivo no se atreverían a abrir la boca por no saber qué decir; consejos que suelen ser la dote para el maridaje posterior a su paso por la política.
• Políticos y ex políticos que no serían nada en la vida civil, que ni tienen preparación siquiera, entran en los grandes cargos, generalmente de las grandes empresas para no hacer nada. Se supone que éstas dan por amortizado el saldo que se les introduce sabedoras de que a la larga serán recompensadas por tanta generosidad
• Puede que no sea así, pero es la percepción popular: únicamente hacen las cosas --leyes, mítines, entrevistas, conferencias, actos públicos, visitas-- velando por sus intereses: sólo ven el posible voto o el posible beneficio, primero del partido en el que se refugian y luego en el del doble fondo de su faltriquera particular.
• Engañan --generalmente a quien no tiene tanta capacidad crítica o está ofuscado previamente con sus proclamas-- solapando país con individuo: la defensa del interés propio dicen que es de todo el país. El ataque, el descubrimiento, el aireo de sus vergüenzas lo desvían hacia el pueblo, la región, el país, la nación o la democracia misma.
Sí, también Humanismo sin Credos ha de luchar por desvelar y denunciar la situación que determinadas personas han provocado y que la gente "del común" soporta, con el añadido de la rabia que producen todos los casos de flagrante injusticia o agravio comparativo que día sí y día también vemos en los medios de comunciación. Lo suyo ya no son "credos", porque los han arrinconado: sus "credos" han alterado la segunda y tercera letras. Son cerdos puestos, dispuestos y predispuestos a engordar en nuestras dehesas.