¿Está pagando el PSOE el trapicheo del 11-M?


Desde los atentados de Atocha España ha ido de mal en peor. No es cuestión de adjudicar culpas, porque los verdaderos culpables son los que cometieron los atentados, los que los prepararon, los que indujeron a ello y, quizá, los que han tapado lo que allí se urdió. Y nada de eso sabemos.

Aquello de “España no se merece un gobierno que mienta” del infausto Rubalcaba hizo más daño a la sociedad, en los años que han seguido a aquel atentado, que la torpeza o prepotencia de Aznar que veía en el atentado mayoría absoluta en las urnas.

Decimos que España ha ido de mal en peor desde aquel fatídico 11 de marzo. Subió al poder el más inepto de los gobernantes de la historia reciente, que consiguió llevar a España al borde de la bancarrota y que, por acción y omisión, dio vuelos a sus desmembrdores; la banda terrorista ETA ha conseguido instalarse en las instituciones y, lo que es peor, en la mente de muchos ciudadanos; la deriva nacionalista va camino de romper España en trozos sin que haya nadie que ponga coto a sus excentricidades y despilfarro; la corrupción –peccata minuta frente a un atentado de tan grande magnitud-- ha invadido hasta la médula a los dos partidos en el poder; y, finalmente, el PSOE se rompe.

¿Está ahora el PSOE purgando la mala digestión de los frutos de un engaño ocho años usufructuado? Mentir, o quizá algo más, achacando la mentira a otros, vale con tal de conseguir el poder. Ante eso --y aquí entra el de ansias infinitas por gobernar-- ¿qué más da una alianza con populacheros mitineros y con toda suerte de separatistas, que es lo único que puede hacer un ávido de poder? Ésta es una más de las corrupciones en que se ahoga España.

Una de las líneas de investigación que se suelen seguir cuando de averiguar hechos delictivos se trata, es la vía del “cui prodest”, es decir, “a quién aprovecha”. En el caso del 11 M es clara la respuesta: al PSOE y a ETA. Pero esa línea de investigación se cerró desde el primer momento. La llegada al poder de “los que no mienten”, unido a los aplastantes altavoces de prensa, radio y TV, dio al traste con el conocimiento de toda la verdad.

También se cerró, en falso, el juicio. La misma sentencia reconoce que no se puede saber quién o quiénes fueron los instigadores del atentado. La mayor parte de los condenados lo fueron por hechos delictivos ajenos a la masacre del 11 de marzo. Y, directamente con los atentados, a uno solo. ¿Y por qué no se ha seguido investigando? Respuestas oficiales y oficiosas: ¡Ah, eso es cosa juzgada, no se puede ceder ante los “conspiranoicos” y, sobre todo, ya no le interesa a nadie! Mejor pasar página...

Es opinión personal, pero no puedo creer que “sólo” haya sido condenado uno, Jamal Zougham, con hechos previos tan raros como que el día anterior estaba en un gimnasio, que el día del atentado estaba tranquilamente en su tienda, que fue identificado pasado un año por dos testigos, dos mujeres rumanas, pagadas sin demostrarse que estuvieran en los trenes y que lleva nueve años negando a diario que él pusiera bomba alguna. Pero la ley está por encima del sentido común.

Quizá algún día podamos saber por dónde iban los tiros. Pero el PSOE va camino de la desintegración. Generalmente no sale gratis el delito y el 11 M nos está costando mucho a todos. Incluso a los que ocultan la verdad.
Volver arriba