El partido de los curas

Una noticia reciente nos informa que, en Sicilia, debido al caos político que reina en la isla, hay un grupo liderado por un sacerdote que ha fundado un partido nuevo, el de los curas. Parece que la tentación de entrar en política de los clérigos se extiende por muchos países del globo pero es en Brasil donde aparece con más fuerza.

Un quinto de la población brasileña se confiesa de religión evangélica lo que da a este credo grandes posibilidades de influenciar en el resultado de elecciones legislativas o municipales. De los 30 partidos políticos registrados, cuatro llevan el nombre explícito de evangélico y otros seis están ligados a alguna iglesia de esta denominación. El Frente Parlamentario Evangélico cuenta con 3 senadores y 70 diputados y en período electoral, monta en los templos conferencias políticas, todo ello con la intención de “llevar la Palabra de Dios” al espacio del gobierno.

Estos son los partidos influenciados por las diferentes Iglesias:

Partido Trabalhista Cristao, PTC, iglesia Batista
Partido Social Cristao, PSC, Iglesia Asamblea de Dios
Partido Humanista de Solidariedade PHS, Iglesia Batista
Partido Social Democrata Cristao PSDC, Iglesia Asamblea de Dios
Partido Republicano Brasileiro PRB, Iglesia Universal del Reino de Dios
Partido da Republica PR, Iglesia Universal del Reino de Dios y Asamblea de Dios
Partido Ecológico Nacional PEN, Iglesia Asamblea de Dios
Partido Trabalhista Nacional PTN, Iglesia del Evangelio Cuadrangular
Partido Renovador Trabalhista Brasileiro PRTB, Iglesia Metodista
Partido da Mobilizacao Nacional PMN, Iglesia Batista

Dentro de los casi 43 millones de fieles evangélicos (¿qué hace la Iglesia Católica para frenar esta huida masiva?) la Iglesia de la Asamblea de Dios es la más numerosa con 12 millones y médio de adeptos. Se presenta aliada con cuatro partidos políticos porque, como dice el presidente del Consejo Político de las Iglesias de la Asamblea de Dios, Lélis Washington: “avalamos los valores y la conciencia de las personas com estos cargos electivos”. Entre los criterios que se buscan para los candidatos es el repudio del aborto o el matrimonio de personas del mismo sexo.

La Asamblea de Dios hace una fuerte apuesta para las próximas elecciones de octubre. Dicen que su proyecto es contar, al menos, con un representante en todos los municípios y cuando les critican por su entrada en política, se defienden diciendo que pagan sus impuestos como el resto de los ciudadanos, lo que les da el derecho a participar en la administración.

Otra denominación que tiene estrecha relación con la política es la Iglesia Universal del Reino de Dios con 2 millones de fieles en el país. Es la iglesia del obispo Edir Mecedo que está al frente del PRB, un partido que forma parte de los que sostienen el gobierno de Dilma Rousseff y que cuenta con el ministro de la pesca, Marcelo Crivella.

La influencia en la política de estas Iglesias es muy grande. Cuando Dilma Rousseff era candidata le pidieron explicaciones por unas declaraciones que hizo favoreciendo el aborto y que fueron aprovechadas por sus enemigos.

¿Y la Iglesia Católica? sigue un camino muy distinto en cuanto que no apoya a ningún candidato, ni partido político, La Conferencia Episcopal Brasileña ha sacado una nota oficial en la que asegura “no estar de acuerdo com la militância político – partidista de los miembros del clero o religiosos” ya que, según el código de Derecho Canónico, tienen prohibido asumir cargos o participar en el poder civil. En Tocantins el obispo fue más radical, advirtiendo a todo aquel que aceptara um cargo, de su eventual suspensión del uso del orden sacerdotal.

Pero tampoco respalda a candidatos laicos, Benedicto XVI defiende que la Iglesia no puede ni debe tomar en sus manos la batalla política para realizar la sociedad más justa posible pero, a su vez, sostiene que no debe quedar al margen de la lucha por la justicia. A mi me parece bien por aquello “ de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” pero comprendo que la tentación es grande, cuando se ve lo que se ve, en los gobiernos de medio mundo.
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