El proyecto de Eurovegas

No hago más que oír voces cristianas que se oponen al proyecto de Eurovegas y los hacen desde diversos planos. La mayoría cree que incita a la prostitución mientras que otros consideran que no fomenta los valores adecuados. Yo voy a romper una lanza a favor del proyecto.

Hace años un sacerdote español se fue como misionero a una república de centro América. Cuando llevaba varios meses le avisaron que, en su parroquia, había una mujer que se estaba muriendo en una chabola infestada de ratas. Al entrar se le cayó el alma a los pies pues, junto a la cama de la moribunda, había varios chiquillos que eran sus hijos. Tras presentarse le preguntó a la mujer por el padre de los pequeños y ésta le replicó: “Padrecito, cuando se tiene hambre, no se pregunta el nombre”. Aquel hombre se tuvo que tragar toda la moralina que en principio había pensado formular.

Esta historia me recuerda que hoy en España hay mucha gente que lo está pasando mal y a la corta, la única solución que tienen es la creación de puestos de trabajo. Nuestro clima e infraestructuras favorecen la llegada de turistas que es lo que quiere aprovechar Eurovegas. Hoteles, centros de convenciones, golfs, galerías comerciales, tiendas… necesitan mucha mano de obra para su construcción y luego, una vez en marcha, mucha gente para su gestión. Esos sueldos, a su vez, tienen un efecto multiplicador porque se gastan, con lo que el dinero cambia de mano y genera otros puestos de trabajo. Los economistas cifran en un descenso importante de la cifra de parados, si el proyecto se llevara a término.

Los opositores creen que ese dinero se enfrenta a un problema moral ¿Y moralmente es tan grave? He estado en Las Vegas un par de días y lo pasé muy bien. Jugué 20 euros en la ruleta (no me gusta jugar) y disfruté de unos hoteles maravillosos y unos espectáculos grandiosos, con un costo muy reducido, ya que la diferencia parece que la pagan los jugadores y las grandes empresas que utilizan sus instalaciones para realizar convenciones. No estaría más tiempo pero me pareció una experiencia divertida y agradable.

Imagino que en estos sitios habrá prostitución pero yo no la vi, cuando en las calles de Madrid está por todas partes y dicen que España es uno de los sitios de Europa con más prostitución. Es un oficio que me daña, cuando lo realizan personas obligadas pero lo respeto si es un acuerdo libre entre partes y muchas veces pienso que, en las condiciones de vida de muceshas mujeres, es la única salida que tienen: “cuando se tiene hambre…”.

En cuanto al juego, hay gente que querrá mejorar su vida y acabar con sus deudas jugando. Están en su perfecto derecho y ¿por qué impedirlo? Otros se matan bebiendo o drogándose. El Real Madrid lleva en la camiseta la marca de una casa de juego virtual, que maneja millones y nadie ha levantado la voz en contra, tampoco lo han hecho con los bingos, los tragaperras, los casinos y la lotería. Los ludópatas siempre encuentran donde satisfacer sus necesidades y no les hace falta Eurovegas para arruinarse.

Mi conclusión es que a los cristianos nos encantan las prohibiciones y no sirven para nada, valga como ejemplo la ley seca de los Estados Unidos o la que está armando el narcotráfico, en muchas repúblicas americanas. Lo que tenemos que hacer es formar a personas con los valores correctos pues ellos son los que disfrutarán de lo que ofrece Eurovegas, sin caer en todos esos pecados, que nos anuncian algunos clérigos.
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