Amistades peligrosas.

Peligrosas para la diócesis de Cartagena. Porque no es poco lo que se juega.

En el terreno privado no tengo nada que oponer a la amistad entre el Secretario de Estado y Don José Luis Mendoza, factótum de la Universidad Católica de Murcia. Si todo se limitara a que fueran tifossi del mismo equipo y presenciaran juntos ante la televisión los partidos de fútbol poniendo Don José Luis el Jabugo y el cardenal el Chianti o cualquier otro tipo de relación privada pues estaría muy bien. Si como fruto de esa amistad el señor Mendoza abriera generosamente su cartera para el óbolo de San Pedro, todavía mejor. Pero estando por medio el lío de la UCAM todo adquiere tintes más preocupantes.

El cardenal Bertone ya había tenido una sonada intervención tomando partido en favor de Don José Luis y en contra del obispo diocesano. Muchos se preguntaron que pito tocaba el Secretario de Estado en ese asunto tan ajeno a sus competencias. Y ahora parecen aclararse las cosas. Porque era amigo de Don José Luis. Y muy amigo. Como para preocuparse mucho en la diócesis cartagenera. Porque es un amigo de peso.

¿Por qué digo lo de la amistad? Por lo que dice la prensa. Concretamente M.B.B en La Verdad. "La mano derecha del Papa hizo un hueco en su apretada agenda oficial en España para hablar de la Universidad Católica de Murcia. José Luis Mendoza explicó ayer que el jueves mantuvo un encuentro con Bertone después de la conferencia que el jefe de la diplomacia vaticana realizó en la sede de la Conferencia Episcopal Española".

Igual habló con más laicos, seguramente saludaría a varios de los asistentes a la conferencia que sobre la marcha le iría presentando el cardenal Rouco: Fernández Bermejo, Mayor Oreja, Fraga, Trillo... pero conversación, sentados, que sepamos hasta el momento, sólo ha habido con el Rey, el presidente del Gobierno, la vicepresidenta, el ministro de Exteriores y Don José Luis Mendoza.

Con los primeros por razones de protocolo, con el último no se me alcanza otro motivo que por amistad. Y muy grande tiene que ser para tan excepcional excepción. Porque la cuestión, la UCAM, no se la merecía. Ningún español se cree que tal materia esté al nivel de los acuerdos internacionales, el aborto, EpC, la eutanasia...

El señor Mendoza, siempre según lo que leo en la prensa, se apresuró a dar noticia de la noticia. Y de lo que se habló en el encuentro. Y de quienes asistieron a él. Todo muy interesante y revelador. No estando en la agenda pública del cardenal parece una cierta indiscreción manifestarla a bombo y platillo. ¿Sólo por presumir ante los amigos como en aquel famoso encuentro de Luis Miguel Dominguín con Ava Gardner? Diría que no. Porque Don José Luis dijo mucho más que tuvo un encuentro con el cardenal Bertone. Muchísimo más.

En él se trató de la situación de la UCAM y el cardenal Secretario de Estado "mostró su apoyo a las tesis de la Fundación". Es decir, a su amigo Mendoza. Que también señaló que "Bertone mantiene el contenido de la carta que envió el año pasado, en la que señalaba que la propiedad y titularidad no es del Obispado, sino de la Fundación".

En ese encuentro "también estuvieron presentes Martínez Camino, secretario general de la Conferencia Episcopal, y Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y valedor de Mendoza durante su paso por Murcia". Las cursivas las hemos puesto nosotros. Lo demás es literal.

Como digo muy preocupante para la diócesis de Cartagena. Preocupación que monseñor Bertone podría disipar mañana mismo. Pero no creo que lo haga. Bastaría con que asegurara que, si se produce un descalabro económico en la UCAM, sería responsable subsidiaria, caso de que hubiera responsabilidad eclesial, la Secretaría de Estado. O el óbolo de San Pedro. Con esa sencillísima manifestación la diócesis de Cartagena se quedaría feliz y su obispo también. Don José Luis Mendoza haría de la Universidad los sayos que se le antojaran, concedería los doctorados honoris causa a todos los cardenales que quisiera e incluso a algún pululante cuyo nombre me callo, ampliaría a su antojo su círculo de amistades y se podría mostrar todo lo generoso que quisiera y pudiera con amigos purpurados o sin púrpura.

Porque eso es lo que tiene en un sinvivir a la Iglesia murciana. Aclaren de una vez cosa tan sencilla y dejaría de ser problema la UCAM.

Ya en si ha sido indiscreto, pro domo sua el señor Mendoza no me meto. A mí me es igual que lo sea o no. Que se lo reprochen otros si quieren. Ya siento más el papel que han hecho jugar en todo este viaje al cardenal Cañizares. Primero se aseguró que venía para dar un soplamocos al cardenal Rouco como interlocutor con el Gobierno. Enseguida se desvaneció esa fantasía moruna y el cardenal desapareció. Estaba oficiando un funeral por un sacerdote amigo lejos de los despachos madrileños y de Madrid. Es evidente que si hubiera venido como interlocutor, el funeral se hubiera quedado sin purpurado. Por mucho afecto que tuviera al difunto. Esperemos que la razón de su viaje no haya sido presentarle al cardenal Bertone Don José Luis Mendoza. Porque si el Secretario de Estado no debería tocar pito en la UCAM ya me dirán ustedes el prefecto para el Culto Divino. Que no es el culto a Mendoza ¿O pito, pito, gorgorito?
Volver arriba