A Atónito.

Atónito es un habitual comentarista de este Blog. Correcto en su estilo, crítico en ocasiones, me da un pálpito, por sus intervenciones, que me tiene escasa simpatía. En lo que está en su absoluto derecho. Si ello fuera así yo no le correspondo con la misma moneda.

En ocasiones se empeña en buscarle tres pies al gato y como es normal no los encuentra. Tiene un extraño empeño en indicarme, ¿sugerirme, mejor?, sobre lo que debo o no debo hablar y creo haberle dicho, en alguna ocasión, que los temas los elijo yo. Aviado estaba si tuviera que estar a las indicaciones de los lectores. Estos están en su derecho a aplaudir o criticar un artículo. Pero no a decirme ¿por qué habla usted de eso? La contestación no puede ser otra que la de: porque quiero.

Hoy cree, y así me lo dice, que mi artículo está destinado a "meterse" con un colega. Cosa que desaprueba. Pues le recomendaróa que volviera a leer el artículo.

He dicho que "tengo (con él) una buena relación", que su Blog es "vivo e interesante", que me valgo ´de sus informaciones más de una vez, menciono su "elegancia" y afirmo que "tiene una gran virtud...su caridad". Me refiero a "mi brillante colega" y aseguro que "gracias a él nos hemos enterado algo más de ese embrollado asunto" que es la Universidad católica de Murcia.

Pues si eso es meterse con alguien que venga Dios y lo vea. Una vez más el gato tiene cuatro pies.

Y hay algo que confirma todo cuanto digo. El propio interesado. Que no entiende en absoluto que me haya metido con él. Hasta el extremo que me cita para tomarnos mañana un café.

Usted, Atónito, es inteligente. En mis artículos encontrará mil motivos para criticarme. Pero, con motivo. No diciendo que me meto con quien no me meto. Aunque evidentemente no coincidamos en bastantes puntos. Cuando quiero meterme con alguien suele enterarse todo el mundo. Y en primer lugar el interesado. Déjeme que mis enemigos me los busque yo. Que me basto y sobro. En este caso no vale el refrán de que dos no riñen si uno no quiere. Porque esta vez no queremos ninguno de los dos.
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