En más de una ocasión he dicho que las páginas web de los obispados sin malísimas. Nada de extraño pues que no las visite nadie. Pero hay una excepción: la de Teruel y Albarracín.
Su obispo, monseñor Lorca, nos dice que en cinco meses ha recibido un millón de visitas. Lo que nos parece una pasada en una diócesis que debe tener unos noventa mil habitantes.
Me cae muy bien ese obispo. Y ahora todavía más. Se ha dado cuenta de la importancia de internet y la utiliza. Ojalá el resto de sus hermanos en el episcopado sigan su ejemplo.