La visita a España del cardenal Bertone no cuestiona, en mi opinión, el liderazgo del cardenal Rouco.

Bastante es un acreditado periodista y sabe titular. Conoce perfectamente que en muchísimas ocasiones el título es lo único que queda después en la memoria y además que es el cebo en el que pican los lectores. Creo que en el de hoy acierta plenamente en lo uno y en lo otro: "La visita de Bertone cuestiona el liderazgo de Rouco". Ahí es "na".
¿Es así? Yo creo que en absoluto. Porque estamos tratando de ámbitos diferentes. Uno es el de las relaciones internacionales entre el Estado Vaticano y España, con acuerdos internacionales entre ambas instituciones. Y en ello el cardenal Rouco no toca más pito que el de la información a Roma de la situación de la Iglesia española. Mientras que en las relaciones entre el Estado español y la Iglesia de España el que no toca pito es el cardenal Bertone sino los obispos españoles. Y estos no dependen del Secretario de Estado sino directamente del Papa.
¿Qué se producen interferencias en todo ello? Seguro. Pero en el sentido de que Roma está perfectamente instruida de la situación española gracias al cardenal Rouco y los demás obispos de España. Aunque más por unos que por otros.
Su Eminencia Tarcisio Bertone tiene dos representaciones. Una diplomática y otra eclesial. En la primera viene a entrevistarse con el Estado español y en la segunda con la Iglesia de España. En las entrevistas con el ministro de Asuntos Exteriores, la vicepresidente del Gobierno y, por últimon con su presidente, el señor Rodríguez Zapatero es normalísimo que no figure para nada el cardenal de Madrid. Lo extraño es que estuviera presente. Sí es más extraña la presencia del cardenal Cañizares pero sería un error creer que Roma está haciendo un feo al cardenal de Madrid introduciendo en esas conversaciones a otro obispo de España en menoscabo del presidente de la Conferencia Episcopal. Como dando a entender al Gobierno que es otro obispo el que goza de la confianza del Papa.
No cabe entenderlo así porque el cardenal Cañizares aunque siga siendo español no es ya un obispo de España. O, si se quiere, es sólo un obispo interino, con los días contados, como administrador apostólico de la archidiócesis de Toledo. El cardenal Cañizares viene por su representación vaticana como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Con competencias no sobre España sino sobre la Iglesia universal. Otra cosa sería si el acompañante del cardenal Bertone fuera el cardenal Amigo, el arzobispo Osoro o el obispo Blázquez. Eso sí que cuestionaría el liderazgo del cardenal de Madrid.
También es puramente diplomática la entrevista con el Rey. Pero me apostaría algo que en la comida oficial que el Rey va a ofrecer a la alta embajada vaticana va a estar presente el cardenal Rouco. Como también lo estaría si el presidente del Gobierno ofreciera un "caldito" o un banquete al Secretario de Estado. Y si no fuera así, la descortesía con el cardenal madrileño no sería romana sino española. Pues es España quien invita.
Otra prueba más del carácter diplomático, y por tanto político, de la visita es el encuentro del cardenal Bertone con el jefe de la oposición. Aunque esta sea tan poco opositora. Encuentro en el que lo normal es que tampoco intervenga el cardenal Rouco.
Que es normal, en cambio, que esté al frente de los obispos españoles en el almuerzo que monseñor Monteiro ofrecerá a los obispos en la nunciatura.
Creo que así es como debe verse la visita del cardenal Secretario de Estado. Y si alguien piensa que por decirlo se van a agriar mis relaciones con Jesús Bastante es que nos conoce bastante poco a Jesús y a mí.