Parece que os debo una explicación.

Pienso que el afecto al Blog y a mi persona os hizo ver lo que no había. Posiblemente motivado por una apariencia de estar yo llorando por las esquinas, cosa que por no acostumbrada os sorprendió. Haciéndoos pensar que algo raro ocurría.
Y sólo hubo la conjunción de un día melancólico con una constatación de un hecho que, de no producirse en tal día, no hubiera dado lugar a nada.
Este Blog tiene fama de ser cañero, de incluso pasarse en ello, y es casi una hermanita de la Caridad. Porque hay muchísimos más memos que los que aparecen por aquí. Con los que uno es bueno, compasivo y olvidadizo. Los que no es que aburran a las ovejas sino que incluso a las ostras, los que no atraen a nadie y alejan a cualquiera que se acerque, los que por tener un cargo se creen alguien y son más tontos que Pichote, los más cortos que las mangas de un chaleco y se tienen por los siete sabios de Grecia juntos, los maleducados en potencia y acto, los dictadorzuelos que no serían nadie sin la parcelilla de poder que tienen, los...
Si fueran bien nacidos serían agradecidos por tenerles tan olvidados. Y a veces siente uno el impulso, que casi siempre vence, de recordarles, retratarles, presentarles. Deberles no les debo absolutamente nada. Ellos a mí, sí. Mi silencio misericordioso.
Y si ya hablo bien de alguien pues con más motivo. Bien sé que soy conflictivo, que comprometo. Entiendo perfectamente la prudencia, la cautela y hasta la cobardía. No pido ninguna declaración pública. Ni siquiera directa. Hay muchísimos medios. Ayer mismo alguien que me llamó por teléfono me comunicaba: Fulano me ha dicho que te leía. Pues vale.
He terminado hace poco un libro que creo es lo peor escrito que he visto en muchos años. Lo terminé ya por la curiosidad de seguir descubriendo barbaridades. Las tengo anotadas por decenas. Pues al autor, que escribe en bastantes sitios, le interesaría caerme simpático. Con lo que tendría asegurado mi silencio. No voy a ponerle en la picota porque me parece buena persona aunque pésimo escritor. Pero un día se me cruzan los cables y se le cae la cara de vergüenza.
Pues eso, más o menos, fue lo que me ocurrió ayer. Que tuve un día melancólico. Lo pagaron Alba y Alfa y Omega. Y creo que estuve muy moderadito.
Muchos de vosotros hicísteis que la melancolía no me durara nada. Los que no tenéis nada que agradecerme y yo tanto a todos. Si es cierto lo que dijo el poeta: no se ganan, se heredan, elegancia y blasón, vosotros tenéis ambos heredadísimos. Y a los que no tienen ni idea de lo que es la una y el otro pues a seguir viviendo sin conocerlos. Pero que tampoco se molesten si algún día les saco al ruedo y les doy unos muletazos o les coloco unas banderillas.